Arthur C. Clarke refresca su utopía

La editorial Minotauro prepara una reedición de "El fin de la infancia": una de las mejores obras del autor de "2001: una odisea del espacio", en la que describe el apocalipsis de la humanidad, a través de la aniquilación de la individualidad.

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Arthur C. Clarke
Arthur C. Clarke publicó “El fin de la infancia” en 1953

Arthur C. Clarke desplegó una ciencia ficción literaria con espíritu de cábala futurista, en la que la figura de la humanidad estaba en el centro de las peores predicciones posibles. Unos vaticinios que, en contraposición de los elaborados por H. G. Wells, no solían conllevar enfrentamientos violentos, ni extinciones bélicas agresivas.

Las invasiones extraterrestres ideadas por el responsable de 2001 iban más bien por el lado de la anulación de los hombres y mujeres, a través de seres superiores en todos los ámbitos, que solían acabar con los aspectos más vulnerables de una especie no apta para hallarse en el podio de la evolución mental y física a nivel galáctico.

Así lo describió Arthur C. Clarke en libros tan recodados como Cánticos de la lejana Tierra (Minotauro), y de la misma manera lo reproduce en El fin de la infancia: un texto primerizo por su año de aparición, que la editorial Minotauro rescata para los lectores según la versión revisada de 1990, a partir del 8 de septiembre.

¿Es posible ilustrar la muerte de la humanidad con técnicas intrusivas, aunque no especialmente disruptivas o agresivas? Esta pregunta da sentido a una historia extraña y misteriosa, en la que unos invasores llamados los superseñores dominan a los terrícolas, a los que enseñan cómo evolucionar a partir de la negación de ellos mismos, y de la huida de su propia esencia.

Arthur C. Clarke
Arthur C. Clarke plantea un dilema que se parece un poco a la pérdida de identidad que implica el abuso de las redes sociales

Tales diatribas encajan a la perfección en este distópico y trágico 2021, cuando la población mundial intenta ganar la batalla al mortífero coronavirus, y aún existen dudas sobre cómo será la denominada nueva normalidad.

Clarke aporta algunas sutiles respuestas en esta falsa utopía de sometimiento efectivo, que expone en El fin de la infancia; y todas ellas remiten a la anulación de la individualidad, como arma decisiva para eliminar las resistencias a una conquista definitiva del pensamiento humano. Un componente que, si se toma el universo tecnológico como ejemplo, es susceptible de transformar a los hombres y mujeres en simples acumulaciones de contraseñas y avatares, ajenos a la naturaleza y al ADN de sus supuestos e invisibles dueños.

ARTHUR C. CLARKE Y SU EVOLUCIÓN TRASCENDENTE

¿Existe algún riesgo en la uniformidad y en la aceptación del comportamiento general, renunciando a todo lo que se posiciona a contracorriente? Esta pregunta fue una constante en la ciencia ficción de parte del siglo XX, y cobra especial relevancia en el imperio tecnológico promulgado por el aún balbuciente tercer milenio.

Bajo las citadas perspectivas, resulta esclarecedor y bastante curioso acercarse a las páginas de El fin de la infancia desde la plataforma digital, a la que los humanos están subidos en la época actual.

Vivir tras pantallas, sin prestar demasiada atención a la realidad, conforma máscaras con las que los individuos se integran en colectividades binarias; justo como los espejos y cristales tras los que se ocultan los inteligentes superseñores.

Arthur C. Clarke
“El fin de la infancia” inspiró una miniserie de televisión, estrenada en Syfy

Según Arthur C. Clarke, los invasores extraterrestres de su libro tienen la apariencia de diablos alados, y solo se muestran cuando han logrado el crecimiento mental y psíquico de los niños. Precisamente, cuando las generaciones más jóvenes acogen las innovadoras normas de uso autoimpuestas, la antigua Tierra firma su definitiva aniquilación como planeta de virtudes y defectos, de errores y aciertos.

Estos pequeños mutantes son incapaces de pensar en solitario, y se definen como elementos grupales por concepción y metabolismo cerebral. Una característica que impide el pensamiento singularizado, aunque igualmente previene la violencia, las guerras y los ataques entre ellos. Sin duda, un alto precio a pagar si se suprime el equilibrio que se mantiene entre el bien y el mal, y cuya inclinación determina la necesaria individualidad.

Nota: El fin de la infancia estará en la librerías y puntos de venta online a partir del próximo 8 de septiembre.

Más información en

https://www.planetadelibros.com/editorial/minotauro/21

 

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