Victoria Vera seduce al personal con los velos de Salomé

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Victoria Vera regresa a la cartelera madrileña, bajo la nacarada epidermis de la maquiavélica hija de Herodías. La actriz capitalina encabeza el elenco interpretativo de Salomé, en una encendida y reflexiva versión del texto original de Oscar Wilde, que dirige el veterano Jaime Chávarri. La obra estará en el Teatro Fernán Gómez, del 3 de marzo al 3 de abril.

Victoria Vera derrocha erotismo y sensibilidad en su encarnación de la peligrosa Salomé
Victoria Vera derrocha erotismo y sensibilidad en su encarnación de la peligrosa Salomé

La cabeza del primo de Jesús de Nazareth cayó por una simple danza cargada con las balas del incesto y la lujuria. San Juan el Bautista sucumbió por el capricho sin fundamento de una joven acostumbrada a poner el mundo a sus pies, en base a su innegable belleza. Una venenosa fémina a la que Oscar Wilde le otorgó la profundidad de las pasiones no correspondidas, además de la conciencia de los espíritus golpeados por los fantasmas de la culpabilidad.

Victoria Vera personifica el número mortal de los siete velos con la coreografía de Ricardo Cue/ Foto: Teatro Fernán Gómez
Victoria Vera personifica el número mortal de los siete velos, con la coreografía de Ricardo Cue/ Foto: Teatro Fernán Gómez

Fiel a las palabras del citado dramaturgo irlandés, Jaime Chávarri monta un espectáculo donde los personajes toman el camino de los razonamientos universales, para sucumbir a la desidia de sus actos. En esa atmósfera de homicidios indiscriminados y traiciones consumadas, la leve llama de los amores fracasados pivota en los movimientos edénicos de la hijastra de Herodes. Ritual pletórico en insinuaciones, que Vera ejecuta bajo la batuta del experto coreógrafo Ricardo Cue.

VICTORIA VERA VIVE LA AMARGURA DE OSCAR WILDE

A tenor de los que cuenta la Historia, Salomé no tuvo especiales remordimientos tras la decapitación de San Juan el Bautista; sin embargo, el escritor de La importancia de llamarse Ernesto quiso arropar la desnudez de la retorcida joven con la tela de la desesperación. Sentimiento que anida en el personaje tras comprobar que ella sola había acabado con la vida del único hombre capaz de convertirla en una persona mejor.

Victoria Vera muestra sus dotes para la seducción en el montaje de Chávarri/ Foto: Teatro Fernán Gómez
Victoria Vera muestra sus dotes para la seducción, en el montaje de Chávarri/ Foto: Teatro Fernán Gómez

En la pieza de Wilde, El Bautista toma el nombre de Yokanaán: un orador y filósofo contrario al régimen de Herodes, el cual denuncia -cada vez que tiene ocasión- la ilegalidad moral del matrimonio de Herodías con el hermanastro de su primer marido. Tal acción provoca los reproches del Rey Herodes y de su esposa, aunque es la pequeña Salomé (hija de la cónyuge) quien se obsesiona más con la figura del hebreo.

Perdida en un cúmulo de nuevas emociones que no conocía con anterioridad, la dama bíblica toma el tono de una fémina despechada, según el argumento ideado por OW; sentimiento que desencadena la indiferencia de Yokanaán hacia sus encantos. Y que ocasiona el arresto y posterior decapitación del predicador, a cambio de un inolvidable baile destinado a encender la lujuria de Herodes.

Victoria Vera es experta en dotar de físico a mujeres marcadas por fuertes contradicciones/ Foto: Teatro Fernán Gómez
Victoria Vera es experta en dotar de físico a mujeres marcadas por fuertes contradicciones/ Foto: Teatro Fernán Gómez

Para mí, la obra de Wilde es también una meditación sobre lo terrible del poder, un manual de amores imposibles, un homenaje a la belleza del lenguaje, y un saludo, lleno de elegancia, a la belleza. Cuando se hace teatro -o cine-, sea cual sea el tema, se está hablando de una sola cosa: la belleza de la vida. Esto es algo que para Wilde era muy importante, y lo tuvo presente hasta en sus peores momentos. Nunca quiso separarse de su teatro“, afirma Chávarri, quien recuerda la poética dolorida del autor decimonónico, encarcelado en la época en que ideó Salomé por causa de su homosexualidad.

Una terraza palaciega es el escenario donde el cineasta de Las bicicletas son para el verano despliega la vertiginosa trama familiar; lugar que acoge con incienso malsano el conjunto de escenas que anteriormente moldearon actrices del calado de Sarah Bernhardt, Rita Hayworth y Glenda Jackson.

A través del aroma emanado por Vera, dentro de las mareantes curvas de la seductora por antonomasia, JCh ilustra la psicopatía colectiva que gobernaba Judea en el tiempo de Cristo. Viaje a los abismos que el creador madrileño emprende al lado de Manuel de Blas (Herodes), Inés Morales (Herodías) y José Carlos Illanes (Yokanaán), entre otros. Sin pasar por alto la necesaria contribución de la música de Richard Strauss.

Victoria Vera condenará a Yokanaán del 3 de marzo al 3 de abril, en el Teatro Fernán Gómez/ Foto: Teatro Fernán Gómez
Victoria Vera condenará a Yokanaán del 3 de marzo al 3 de abril, en el Teatro Fernán Gómez/ Foto: Teatro Fernán Gómez

Más información, entradas y horarios en

http://www.teatrofernangomez.esmadrid.com/espectaculo/999/salome

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