Timothée Chalamet repite con Guadagnino
El protagonista y el director de "Call Me By Your Name" vuelven a trabajar juntos, en el film "Bones & All": una adaptación libre de la novela homónima de Camille DeAngelis, cuyo rodaje ha empezado en Ohio (USA).
Timothée Chalamet y el cineasta italiano Luca Guagadnino desplegaron una energía especial hace cuatro años, algo que pudo comprobarse en la intensa y apasionada historia de Call Me By Your Name (2017). El joven actor neoyorquino de veinticinco inviernos brilló con intensidad y frescura, en la salvaje caracterización del insinuante Elio Perlman; y el director transalpino pudo, con la ambigüedad desbocada por la milimétrica gestualidad de Chalamet, grabar una obra estremecedora y altamente romántica, de la que muchos aficionados esperan una ansiada secuela (segunda entrega que ya se puede degustar en formato impreso, a través de la continuación literaria, firmada por el novelista André Aciman).
Mientras LG deja pasar el tiempo, para que tanto Armie Hammer como TCh puedan regresar a los personajes de la célebre producción de 2017 con algunas décadas de más en el semblante, el responsable del rocambolesco remake de Suspiria y el héroe milenial de la saga Dune coinciden nuevamente en Bones & All: un relato a medias entre el drama existencial y el terror antropófago, cuyas líneas argumentales siguen el texto elaborado por la imaginativa escritora Camille DeAngelis.
El estadounidense David Kajganich (Cegados por el sol) es el encargado de diseñar un guion con espíritu de road movie, en el que el amor y la soledad de los viajeros forman el núcleo sensible de una trama extraña y sorpresiva.
El constante juego al despiste que transmite la historia es la norma general, que permite la evolución de Bones & All. Una fórmula activa, que se ve potenciada por una galería de personajes adscritos a los comportamientos cambiantes, que metamorfosean su ADN a cada salto de cámara.
En el centro de semejante aquelarre de intenciones desconcertantes se encuentra la canadiense Taylor Russell (Escape Room): una actriz de apariencia frágil que muestra su lado más oscuro, a través de la esforzada caracterización de la peligrosa y “hambrienta” Maren Yearly.
TIMOTHÉE CHALAMET RECORRE EL ASFALTO DE LA AMÉRICA PROFUNDA
Ambientada en la época en que Ronald Reagan era presidente de Estados Unidos, Bones & All arranca con una chica a la que persigue una maldición autodestructiva. Un infernal maleficio, consistente en que acaba devorando los corazones de todas las personas que muestran algún tipo de cariño hacia ella. Como una Carrie White con delirios caníbales, Maren Yearly necesita localizar a un padre al que nunca ha conocido, para poder determinar qué le lleva a asesinar a los que, en condiciones normales, debería proteger.
Desde que a los dos años arrancó la oreja a una vecina, la joven es vista con miedo y compasión por su madre, hasta que su progenitora la abandona al cumplir dieciséis primaveras. Sola y sin respuestas para afrontar su futuro en el mundo, la adolescente se traslada por las carreteras, en las que conoce a un vagabundo, llamado Lee (Timothée Chalamet), del que acaba enamorándose. Y eso a pesar de que, al cabo del tiempo, lo más probable es que terminen saltando las alarmas de la antropofagia en el interior de la siniestra dama.
Luca Guadagnino rueda Bones & All con un reparto de intérpretes conocidos, a nivel profesional, por el creador italiano. Al lado del ya mencionado Timothée Chalamet, el cineasta nacido en Palermo ha contratado para el film a la veterana Jessica Harper (quien trabajó en el remake de Suspiria), Chloë Sevigny y Francesca Scorsese (con las que el europeo contó para la serie We Are Who We Are), y Michael Stuhlbarg (el padre ficticio de Chalamet, en Call Me By Your Name).
Esta producción con pizcas de gore y nomadismo social precede, dentro de la apretada agenda de LG, a otros proyectos de enorme interés mediático; entre los que se encuentra una nueva adaptación televisiva de Brideshead Revisited (Retorno a Brideshead).