The Prodigy electrocutan a Cole Porter
The Prodigy recurren a una canción de Cole Porter (All Through The Night) para presentar el sexto álbum de estudio en su carrera: The Day Is My Enemy (Three Six Zero Music/ Warner Bros. Records).
La claustrofobia acústica suele provocar una sensación extraña, muy similar al miedo irracional que convocan las notas tenebrosas .
Un simple tono de voz particularmente agudo, una frase especialmente macabra, unos gritos inconexos, una cadencia con los beats revolucionados… cualquiera de estos ingredientes es susceptible de generar una reacción de asombro telúrico, tan atrayente como espectral.
En esos terrenos de tumbas abiertas es donde se mueve con soltura el sexto álbum de estudio de The Prodigy. Una sucesión de catorce temas que hablan de las escapadas inútiles, de los figurados monstruos que acechan en la oscuridad, de las formas sinuosas que aparecen cuando la luz guarda complicidad con el Más Allá, de los lobos que aúllan en busca del sustento existencial…
Todo un mosaico con teselas convenientemente ennegrecidas, que porta el mítico y jazzístico título de The Day Is My Enemy (Three Six Zero Music/ Warner Bros. Records).
THE PRODIGY ASUSTAN PARA ATRAPAR
Incómodo e imaginativo son dos adjetivos que definen muy bien la obra que Liam Howlett, Keith Flint y Maxim han orquestado a lo largo de seis largos años. En ese tiempo, la banda estuvo inmersa en la planetaria gira de presentación de su quinto compacto (el eufórico Invaders Must Die), motivo profesional por el que la composición de The Day Is My Enemy se tuvo que gestar en maltrechas habitaciones de hoteles, y durante horas interminables de carretera y locura triunfalista.
Al final, lo que ha surgido de la mencionada y movida experiencia es uno de los trabajos más electropunk de la formación inglesa: aventura sin treguas melódicas, que la atronadora caja de resonancias del grupo ejecuta con la fuerza de los ciclones en plena ebullición creativa.
Dentro de los esquemas habituales de The Prodigy, resulta un tanto sorprendente que el álbum comience con un homenaje velado de la canción All Through The Night, compuesta por Cole Porter y que inmortalizó Ella Fitzgerald. Aunque, versionado por las guitarras y las contorsiones instrumentales de los formados en las entrañas de Braintee, el parecido queda limitado al uso del estribillo “the day is my enemy, the night is my friend”; el cual se repite hasta la paranoia.
Tal apertura alumbra un conjunto de cortes en los que hay sitio para reivindicar las odas after dark de los DJ de moda (Ibiza, la tonada que interpreta el dúo Sleaford Mods, es un claro ejemplo de ello), las celebraciones en plan destroyer (Rhythm Bomb, que corre a cargo del DJ británico Joshua Kierkegaard G. Steele, más conocido como Flux Pavilion), las leyendas urbanas de dentelladas caníbales (Rock-Weiler) o las líricas tribales en torno al concepto de la muerte (Wall of Death).
Sin rupturas de estilo, y con su big beat alimentado con las vitaminas de veinticinco años de rodada, la banda de Essex demuestra que las décadas quemadas no han hecho más que renovar su compromiso con la rebelión de las masas. Cita indispensable que The Day Is My Enemy plantea a través de los duros paisajes del hormigón agrietado.
Unas sensaciones cercanas a la pesadilla colectiva, que los isleños defenderán en el FIB de Benicàssim (Costa Azahar, Castellón), del 16 al 19 de julio.
Vídeo oficial de “Nasty“, por TheProdigyVEVO
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