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The Kids from 47A fue la respuesta de la televisión británica a las series sobre familias numerosas con el sello de made in USA, que inundaban el mercado audiovisual a comienzos de los setenta.
Creada por la actriz Charlotte Mitchell, esta obra consiguió meterse a la audiencia en el bolsillo merced al desparpajo de sus jóvenes protagonistas, y a unos guiones que mezclaban con inteligencia el drama y el humor.
Tres temporadas, desplegadas entre 1973 y 1974, dieron cuenta de los peculiares Gathercole: cuatro chavales que, frente a la ausencia de los padres, deciden vivir sorteando la acción de los temidos servicios sociales.
La tribu de los Brady y La familia Partridge habían sentado en la pequeña pantalla las bases del género sobre clanes numerosos con niños de distintas edades. Sin embargo, la visión del American Way of Life que exportaban los citados productos audiovisuales quedaba muy lejos de la existencia europea, ajena por idiosincrasia y cotidianeidad a los estándares propios de la nación de las barras y estrellas.
Encontrar una familia claramente británica, y por ende anclada en el Viejo Continente, se convirtió de esta manera en una aventura que empezó a desarrollar ATV Network, cuando recibió la propuesta de la actriz y escritora Charlotte Mitchell. Un proyecto que difería notablemente de los cerrados patrones provenientes de Estados Unidos; ya que, en la Inglaterra de las amargas depresiones ciudadanas, no cabían los núcleos consanguíneos ubicados en la riqueza medioambiental.
Esto dio alas a Los chicos del 47A para crecer argumentalmente como una especie de crónica dickensiana, ambientada en la época de los pantalones campana y los peinados al estilo Beatle.
Todo ello perfumando con el aroma perceptible del humor light, destinado a entusiasmar a grandes y pequeños.
Los protagonistas de tal hazaña a 625 líneas eran los Gathercole: cuatro chicos que luchaban para no ir a un orfanato. Personajes que estaban interpretados por los inolvidables Christine McKenna (Jess), Gaynor Hodgson (Binny), Nigel Greaves (Willy) y Russell Lewis (George).
THE KIDS FROM 47A HIZO HISTORIA
Una casa de una barriada cualquiera, una sintonía pegadiza y una cadena de escenas simpáticas daban paso a las 41 tramas del serial, cada una de 30 minutos de duración.
El primero de los capítulos mostraba a Jess y a sus hermanos en una situación bastante grave. La madre era trasladada al hospital, mientras el padre permanecía en paradero desconocido. Ante semejante panorama, la mayor de los Gathercole (que contaba con 18 años y un trabajo algo precario como oficinista) resolvía no airear la realidad de puertas para afuera, y seguir como si estuvieran bajo la tutela de sus progenitores.
Tal propósito familiar generaba un sinfín de aventuras, que conquistaron rápidamente con sus ocurrencias a los espectadores de las islas y de otros países cercanos (España y Francia fueron grandes fans de la serie).
El éxito de la primera temporada de 15 episodios dio pie para una segunda de 13 y otra más de también 13 partes. Desarrollo argumental que concluyó con el matrimonio de Jess, y la armonización definitiva de los Gathercole.
No obstante, el público demandó un nuevo reencuentro con los chicos del 47A, en el telefilme Home Sweet Home, de 1975.
Con el final de la serie, los protagonistas del mismo no volvieron a conseguir un triunfo semejante en sus carreras; salvo en el caso de Christine McKenna, quien logró bastante popularidad con La mansión de los Flambard (1979).
Por su lado, el pequeño Russell Lewis enfocó su talento a la escritura de guiones; Nigel Greaves participó en Tenko, y acabó encontrando un filón poniendo voz a diferentes videojuegos y cintas de animación; mientras que Gaynor Hodgson abandonó el mundo del espectáculo tras The Kids from 47A.
Extracto del primer capítulo de The Kids from 47A, subido por RoyBowie
