Selma, cuando USA ardió por los derechos civiles
Selma es el título de la película que dirige Ava DuVernay, la cual narra los sucesos relativos a la célebre marcha ocurrida en 1965. Un acontecimiento social en el que los afroamericanos reclamaron su acceso al voto, como ciudadanos.
Estados Unidos escuchó el rugido de los más desfavorecidos del 7 de marzo al 25 del mismo mes de 1965. Durante esos días de banderas unitarias, miles de personas pidieron el fin de la segregación racial en la mítica marcha de Selma a Montgomery, transcurrida en el estado de Alabama.
Un acto tan sencillo y justo como el de la petición del voto para las personas de piel negra desencadenó uno de los hitos históricos en la reclamación de los derechos humanos, y mostró al mundo la faz más dictatorial de una nación que se vanagloriaba de ser la garante de la libertad y la igualdad de oportunidades.
Al compás de las palabras de gente como Martin Luther King Jr., Coretta Scott King o James Bevel, la población afroamericana clamó por su sitio en el reparto del bienestar social, algo que siempre se le había negado en el país de las barras y estrellas.
No se puede decir que las reivindicaciones produjeran un giro meteórico en el rumbo de la política de La Casa Blanca (comandada en esos momentos por Lyndon B. Johnson), pero sí fueron necesarias para que los gobernantes de USA tomaran nota, sobre todo si querían seguir llenándose la boca en los discursos planetarios con los temas de la equidad ciudadana y la justicia universal.
Los manifestantes recorrieron cientos de kilómetros para llevar su protesta hasta Montgomery (la capital del estado de Alabama), desde donde serían escuchados por el mundo entero, sin importarles las amenazas constantes de los que escondían sus rostros tras las capuchas asesinas del ku klux klan.
La directora, publicista, guionista y distribuidora audiovisual Ava DuVernay resucita esos días de peregrinación en la película Selma; un filme que cuenta con los apoyos financieros de Brad Pitt y Oprah Winfrey (la cual interpreta el papel de Annie Lee Cooper).
SELMA COMO ESTACIÓN METAFÓRICA DEL CAMBIO
Concebido desde la perspectiva de los activistas que participaron en las jornadas, el largometraje narra una época en la que los negros no podían ni usar el mismo servicio que los blancos, acomodarse en las mismas zonas en las cafeterías y en los restaurantes, descansar en los mismos asientos en los transportes públicos, pasear por los mismos espacios de ocio o jugar en los mismos parques.
La segregación estaba a la orden del día, aunque la presidencia de John Fitzgerald Kennedy (malograda con su asesinato en 1963) trajo aires de ansiada renovación a una sociedad cerrada en su tradicionalismo colonial, aposentada en las ideas relativas a la superioridad de una raza sobre otra.
Dentro de ese panorama, las marchas de Selma a Montgomery surgieron de una necesidad para sobrevivir, y en ellas tuvo mucho protagonismo el reverendo Martin Luther King Jr., quien en la película aparece con el rostro del actor británico David Oyelowo (El mayordomo).
Pero DuVernay y el guionista novel Paul Webb no se limitan simplemente a centrar el libreto en el determinante personaje de King, sino que abren el arco para exhibir el papel de otros de los líderes que participaron en los hechos, tales como Fred Gray (al que pone físico Cuba Gooding Jr.), James Bevel (el cantante de hip hop Common en la cinta), Amelia Boynton Robinson (encarnada por Lorraine Toussaint) y Coretta Scott King (la viuda de Martin Luther luce el aspecto de la intérprete Carmen Ejogo).
Un elenco que se completa con las actuaciones de Tom Wilkinson (Lyndon B. Johnson), Tim Roth (George Wallace), Dylan Baker (J. Edgar Hoover) y Giovanni Ribisi (Lee C. White), entre otros.
Las fotografías en blanco y negro quedaron como testimonios sinceros de esas semanas en las que Norteamérica sintió la bofetada de los considerados como gente de segunda clase, auténticos esclavos en un país que acababa de luchar contra las tesis racistas del régimen de Adolf Hitler.
Paradojas del comportamiento que en Selma adquieren la contundencia de las revoluciones necesarias, aunque fueran al ritmo marcado por las alpargatas y las suelas quemadas por el asfalto cuarteado de la U.S. Route 80.
Más información en http://www.avaduvernay.com/selma/