Saoirse Ronan se convierte en la reina de los escoceses
La protagonista de "Lady Bird" encarna a María Estuardo en el filme "Mary of Scots", que dirige la británica Josie Rourke ("Much Ado About Nothing").
Saoirse Ronan ha empezado con fuerza el curso de 2018, avalado con su primer Globo de Oro como Mejor Actriz de Comedia o Musical, por Lady Bird: la película de índole familiar dirigida por Greta Gerwig.
Una agradable fortuna profesional que ha llevado a esta veinteañera neoyorquina a transformarse en la nueva María Estuardo: la monarca decapitada por su prima Isabel I, a la que han puesto rostro -entre otras intérpretes- la incomparable Katharine Hepburn.
Ronan y el resto del elenco han llenado Edimburgo y sus enclaves más regios de curiosos y fans de las más variadas nacionalidades, todos ellos anhelantes por observar cómo Josie Rourke comandaba una versión supuestamente rompedora de la hija de James V de Escocia y María de Guisa.
Una adaptación más o menos completa de los cuarenta y cinco años que María Estuardo estuvo en el mundo de los vivos, y que cuenta con el eficaz guion de Beau Willimon (el cual está inspirado en el libro My Heart Is My Own: The Life Of Mary Queen Of Scots, del historiador John Guy).
Rourke confía en aportar algo nuevo con respecto a la visión que los espectadores tienen de la mujer que fue ajusticiada por la heredera de Enrique VIII. Trabajo para el que la realizadora ha reunido a un heterogéneo grupo de actores, entre los que destacan -aparte de la ya mencionada presencia de Ronan– Margot Robbie (como Isabel I), David Tennant (como el teólogo presbiteriano John Knox), Guy Pearce y John Alwyn (como el seductor Robert Dudley).
SAOIRSE RONAN SIENTE EL HACHA DEL VERDUGO
María Estuardo siempre fue una mujer de temperaturas gélidas e invernales; y no solo por haber nacido en el mes de diciembre, sino por la sinfonía existencial que marcó sus cuatro décadas y media de curso vital.
La muerte de su padre, cuando ella contaba seis días, puso a Mary en el punto de mira de todos los que ambicionaban el territorio de Escocia. Efecto de peligros escondidos, que no hizo más que potenciar su influjo sobre la joven, a lo largo de la regencia efectuada por su madre (Marie de Guise) y el religioso John Knox.
Josie Rourke se asoma a ese teatrillo de desgracias palaciegas y conspiraciones intestinas, para retratar al personaje de la heredera de James V más allá de la capa de protección histórica que habitualmente se despliega ante empresas semejantes.
De esta manera, y con el humano guion elaborado por Beau Willimon (House Of Cards), la creadora construye un universo altamente identificable con el que supuestamente se podía experimentar entre 1542 y 1587, en las cortes de Inglaterra, Escocia y Francia (nación de la que María fue reina consorte por algo más de un año).
Sin duda, como en el resto de los acercamientos cinematográficos a la pugna mantenida entre las casas de los Tudor y los Estuardo, Rourke ha diseñado un duelo de altura, para tratar la agrietada relación entre Isabel I y su prima escocesa.
A tal efecto, la directora británica ha entregado el rol de la Reina Virgen a la australiana Margot Robbie (El lobo de Wall Street), quien es capaz de exponer con fruición sus dotes ante la cámara, y así contrarrestar el fuego activo que descarga Saoirse Ronan en cada una de sus caracterizaciones.
Para aplacar un poco las chispas, el nutrido cuadro dramático intenta con sus colaboraciones secundarias que el breve reinado de María Estuardo quede reflejado en la película con las debidas notas de interés, como si se tratara de un adictivo thriller ambientado en la Edad Moderna.
Nota.-Mary Of Scots tiene previsto su estreno en las salas de USA para el próximo 2 de noviembre de 2018.