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Robert De Niro y Michelle Pfeiffer son los protagonistas del telefilime de la HBO The Wizard of Lies, cuyo argumento está centrado en la estafa multimillonaria llevada a cabo por Bernard Madoff.
Barry Levinson (Rain Man) dirige este controvertido proyecto, inspirado en el homónimo libro escrito por la periodista Diana Blackmon Henriques.
El guion, del que se ha encargado el novelista John Burnham, profundiza convenientemente en la situación familiar de un clan destrozado por el fraude y las constantes mentiras del patriarca.
El convicto número 61727-054 de la prisión federal de Butner (en Carolina del Norte) no necesita clases de economía para mover el capital que le puede quedar después de cumplir su condena de 150 años.
Precisamente, su sagacidad para la estafa es lo que ha llevado a este individuo de rostro desafiante tras las rejas de la citada institución. Los 65.000 millones de dólares, en los que se estima el robo bursátil del mencionado señor de 78 primaveras, hablan por sí solos.
Wall Street y el mercado de valores temblaron, y estuvieron a punto de resquebrajar sus cimientos dinerarios, cuando los agentes del FBI se llevaron esposado a Bernard Lawrence “Bernie” Madoff, un 11 de diciembre de 2008. Los cargos que se le adjudicaban al poderoso personaje estaban focalizados en su manera maquiavélica de aplicar el sistema piramidal de ganancias elaborado por Charles Ponzi. Un método de inversión con efecto boomerang acumulativo, que el broker nacido en Queens retorció a su conveniencia, con el objetivo de afanar a sus clientes una cantidad superior a la de cualquier premio de la lotería primitiva.
Barry Levinson se hace eco de la espectacularidad del mediático juicio, y de sus consecuencias en el protagonista y en su entorno más inmediato.
Y lo hace a través de una producción televisiva en la que echa mano de dos actores tan competentes como Robert De Niro (Bernard Madoff) y Michelle Pfeiffer (Ruth Madoff), quienes vuelven a trabajar juntos, después de encabezar el elenco del filme Malavita (Luc Besson, 2013).
ROBERT DE NIRO ESCARBA EN EL FINANCIERO MÁS ODIADO DE USA
En la primera mitad de 2016, la cadena ABC ya se ocupó de la figura de Bernard Madoff, en la miniserie titulada simplemente Madoff, donde Richard Dreyfuss y Blythe Danner dieron vida al peculiar matrimonio M, durante cuatro capítulos. En esa ocasión, Ben Robbins (creador del proyecto) basó su idea en el libro The Madoff Chronicles, de Brian Ross.
Levinson cambia de tercio con respecto a su acercamiento a BM, para tomar su propuesta televisiva por el lado de la exploración psicológica, dirigida hacia el aparentemente frío y controlador economista graduado en la Universidad de Hofstra (centro privado ubicado en Hempstead, Nueva York).
El responsable de La cortina de humo carga el equilibrio dramático en el concepto familiar del hombre que levantó su firma (Bernard L. Madoff Investment Securities LLC) en 1960, al lado de miembros consanguíneos y amigos de confianza.
A partir de ese reducto profesional concebido para hacer dinero, el neoyorquino manejó los hilos de las transacciones y de los inversores a su antojo, siempre con el sentido puesto en el beneficio propio y en la ocultación al fisco de las cantidades recaudadas con mentiras.
Cuando todo el sistema estalló, los dos hijos del poderoso broker estaban incorporados al staff de la empresa.Y, aunque ellos colaboraron con las autoridades para dar a conocer los oscuros planes de su padre, no pudieron evitar las consecuencias de la estafa y del juicio posterior. Estos efectos provocaron que Mark Madoff (Alessandro Nivola, en el telefilme) se suicidara en 2010, y que Andrew Madoff (Nathan Darrow) fuera incapaz de superar un linfoma maligno, que acabó con su existencia en 2014.
Conocedor de sobra de los mecanismos para confeccionar cuadros altamente humanos, Levinson sitúa la acción de The Wizard of Lies en los bastidores de la mansión neoyorquina de los Madoff. Un lugar con atmósfera de esparto y de desamor radioactivo, en el que Bernie ejerce el rol del controlador absoluto, mientras su culta esposa Ruth deambula por adicciones poco saludables.
Las más de 100 entrevistas publicadas por la periodista del New York Times Diana Henriques montan la epidermis de unos seres enfermos con el virus de los billetes verdes, los cuales olvidaron agarrarse a los velos sensibles de los afectos necesarios.
Según los periódicos norteamericanos, Bernard Madoff nunca ha mostrado el más mínimo atisbo de arrepentimiento por sus acciones cuando era el hombre de las fortunas posibles, además de miembro fundador de la National Association of Securities Dealers (NASD). Y pasa sus días a la sombra con los achaques habituales de un anciano con problemas renales y de corazón.
Un tipo al que Robert De Niro intentará sacar las entrañas de la comprensión, aunque para ello deba bajar a los infiernos de las naturalezas esculpidas con la avaricia del sangrante vampirismo financiero.
