Placebo bailan al dictado melodioso del amor fortalecido
La regresión a estados de ánimo anteriores no siempre lleva consigo el rejuvenecimiento literal de quien la practica. En la mayoría de las ocasiones, si la acción no se acompaña previamente de una estancia en una clínica de cirugía estética, incluso es imposible prescindir de los surcos de la existencia; y eso a pesar de que los adultos embarcados en esa aventura transtemporal se empeñen en calzarse el pantalón corto, y en embutir el torso en camisetas con el emblema motero de rebeld wihout a cause. No es que los chicos liderados por el voluntariamente ambiguo Brian Molko se hayan disfrazado sin control de Harry Potter y Percy Jackson, todo para elaborar convincentemente el que es su séptimo álbum de estudio (Loud Like Love); pero lo que sí es cierto es que –a tenor de los singles y extractos adelantados a la Prensa- existe una atmósfera de embrujamiento adolescente en sus tonadas, licor que emborracha profusamente los diez cortes de los que se compone el CD.
Por lo que se atisba de este trabajo, el lado bueno de la vida parece haber anidado plenamente en el cerebro creativo del terceto fundado en Londres; y así lo ha entendido el productor Adam Noble (siempre avalado por el sello Universal), quien puso al servicio de los autores de Nancy Boy un fantástico un arsenal de felicidad cromática, inspirada en la lírica colectiva de los responsables de Enemy Me Enemy You (la cual fue grabada con envidiable perfección en los Rak Studios).
Baladas pegadizas y sarcasmo mainstream
Fieles a la filosofía activa y profesional de su mentor (el portentoso David Bowie), Placebo son unos músicos a los que les gusta jugar con las diferentes técnicas que tienen a mano. Así, en similar sintonía a las gestas artísticas de Ziggy Stardust; Molko (voz, guitarra, armónica, teclados y saxofón), Stefan Olsdal (guitarra, bajo, coros y teclados) y Steve Forrest (batería, percusión y coros) han virado el rumbo de sus versos al compás de los impetuosos vaivenes de su propia existencia. Vientos caprichosos que les han llevado por los abismos siderales del indie pop, el instrumentalismo del chill out vecinal, el punk rabioso de la era tecnológica o la electrónica pletórica de experimentación industrial.
Ahora, después de casi veinte años de carrera a su espalda, la formación quiere recuperar parte del espíritu iniciático: el mismo que la hizo célebre nada más dar a conocer su compacto de debut en 1996, y en el que las baladas gozaban de un protagonismo que se vio mermado en el comienzo del tercer milenio (cuando los tres colegas se dejaron seducir por un cancionero mucho más ácido y de pegada distorsionadora).
No obstante, Loud Like Love no se puede calificar simplemente como de revival sin carga sorpresiva; ya que, entre sus surcos de arena placentera, se nota la maestría adquirida a través de lustros de actuaciones sobrehumanas y rapsodias de laboratorio. Background que les permite no homogeneizar demasiado el resultado de cualquiera de sus discos. Una consigna que construye sinfónicamente el edificio del presente compacto de Placebo: esqueleto aéreo adornado con cristaleras de amiguismo deslumbrante (Too Many Friends), declaraciones de amor teñidas de oscuridades atmosféricas (Hold On To Me), guitarreos de vitalismo esperanzador (Exit Wounds), letras en las que el pecado se halla en los contoneos prohibidos (Purify) o sincretismos emocionales alimentados con el minimalismo de lo rutinario (Bosco).
Con tal paraguas, las pigmentaciones son múltiples en LLL. Realidad que otorga a este pliego trovadoresco el beneplácito de la atracción, destinada a un público tan multitudinario como ecléctico. Justo como lo que consiguió no hace mucho el profe Bowie, cuando en los ochenta se olvidó de su fragancia elitista para asaltar las pistas de baile al son de China Girl, Let’s Dance y Modern Love. Sin embargo, la leyenda del compositor de Heroes era mucho más sólida que la de Placebo, pese a que éstos ya hayan conseguido llenar salas de conciertos más que señeras con el simple reclamo de sus songs. Aunque, el viaje emprendido por el trío fundado en el underground de la urbe del Big Ben no ha hecho más que mudar la piel, para dirigir sus estímulos a un número mayor de fans. Algo que -sin duda- Molko, Olsdal y Forrest podrán comprobar con la gira mundial por la que piensan pasear sus sensibles discursos (tour al que posiblemente asistirá el escritor Brett Easton Ellis, sobre todo después de haber sido el invitado de honor en el videoclip Too Many Friends), y que les llevará a ciudades como Berlín (O2 Arena, el 28 de noviembre de 2013), París (Bercy, el 10 de diciembre de 2013) y Londres (Brixton Academy, el 16 y el 17 de diciembre de 2013).
Más información en http://www.placeboworld.co.uk