Moby y su ambient combativo
El músico y productor estadounidense presenta "All Visible Objects" (Little Idiot/ Mute Records): un álbum de orquestaciones somnolientas, en el que resuenan mensajes de concienciación planetaria y ecológica.
Moby, conocido en su vida diaria como Richard Melville Hall, ha pasado por diferentes etapas creativas a lo largo de sus más de tres décadas de carrera artística; un recorrido de sonidos inspirados en sus experiencias personales y sus musas de laboratorio, que tiene en la electrónica y el dance dos de sus pilares fundamentales.
Adepto a la variante un tanto estrafalaria de la singularidad mediática (muy común en el universo de los autores con propósitos de diferenciación outsider), el instrumentista, mezclador y disc jockey se alejó un tiempo de los focos mainstream; después de la tormenta de declaraciones desatada por la actriz Natalie Portman ante una supuesta relación con Melvil Hall, comentada brevemente en el segundo volumen de las polémicas memorias del fogueado compositor y mezclador norteamericano: libro que apareció bajo el título de Then It Fell Apart.
Los meses de silencio en los que Moby se sumió voluntariamente le sirvieron para centrarse en su faceta musical y en sus luchas en pos de un mundo mejor y más justo para los animales y los seres humanos; campos de acción con los que ha alumbrado All Visible Objects (Little Idiot/ Mute Records): una obra surgida de las reflexiones sociales del neoyorquino, en las que gozan de un protagonismo claro la situación de la Tierra y la degradación del medio ambiente; aparte de insertar coros determinantes relativos al papel de la humanidad en ese apocalipsis anunciado de antemano, y al que en apariencia todos los seres vivos estamos abocados tarde o temprano (mensaje que cobra especial relevancia, con la tragedia actual provocada por la pandemia de la Covid-19).
Tales argumentos encarrilan la narrativa sonora de All Visible Objects, y la llevan por una ruta plagada de consignas enérgicas y aguerridas, como “we must fight against the oppressors” o “power is not shared” (ambas frases incluidas en la letra del alegato techno titulado Refuge).
MOBY SE MUEVE ENTRE LA RABIA Y LA NOSTALGIA
El mundo que se atisba en All Visible Objects es un lugar en un proceso de revolución necesaria, sumido en paisajes interminables de instrumentaciones a golpe de teclados y percusiones de elitismo efusivo. Un universo de lirismo amable y participativo, en el que la mano rectora de Moby se expande en cada nota y acceso dramático, los cuales acontecen al compás de los estudiados cambios de tonalidad rítmica.
Esta figurada puesta en escena, dividida en 11 cortes, se aleja por momentos del downtempo de los últimos trabajos del neoyorquino, y anida sin rubor en similar cauce creativo al que inundó algunas de las obras más laureadas del estadounidense. Composiciones de recordados pentagramas envolventes, como Play o Porcelain (tema incluido en la banda sonora del film La playa).
No resulta descabellado asegurar que el decimoséptimo disco de estudio del autor de Everything Is Wrong adquiere un poso más certero de solidez al asociarlo con las nostálgicas atmósferas de los after y las fiestas rave de los clubs de moda en los noventa, donde la pose era casi tan importante como la calidad de los sonidos proyectados. Una época en la que triunfaban los experimentos sinfónicos de pscodelia perfumada en tecnificados laboratorios de trovas épicas, en los que el ambient llegó a tentar también a genios de poliédrico talento como Jean-Michel Jarre y Mike Oldfield.
All Visible Objects es incapaz de recuperar el misterio y la frescura que Moby irradió hace unas cuantas décadas, pero bien puede ser interpretado como un comienzo para captar parte de las esencias de un pretérito emotivo, y sumamente estimulante.
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