Marruecos tinta su historia

El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía analiza las variaciones plásticas del país magrebí, por medio de la muestra "Trilogía Marroquí (1950-2020)": un ambicioso y colorista recorrido por la pintura, escultura, revistas y grabados de una tierra muy desconocida fuera de sus fronteras, sobre todo a nivel artístico y cultural.

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Marruecos
Marruecos ha desarrollado una amplia gama de artistas, inspirados por los cambios sociales/ Foto: Mohamed Melehi, IBM, 1962/ Mathab Arab Museum of Modern Art-Qatar Museums y Qatar Foundation

Marruecos se codea con Europa por medio de la salubridad del muro marítimo que oscurece sus extensiones líquidas; mientras envía intermitentes señales de su desértico calor, solo para demostrar que es un vecino con ganas de expresarse.

Pese a la cercanía geográfica con España y Francia, el país magrebí es bastante desconocido desde el punto de vista artístico. Un silencio que los creadores de distintas generaciones han intentado romper, a base de exposiciones montadas en los lugares más distantes a la cuna de estos; en las que han expresado la enorme sincronía que existe entre el desarrollo plástico de los pintores y escultores marroquíes con las convulsiones sociales de la nación donde se hunden sus raíces.

Esa implicación enérgica entre la paleta y las manifestaciones callejeras, entre el plinto y las contradicciones espirituales, entre el caballete y las proclamas en favor de una libertad contra las imposiciones de una monarquía férrea y dominante, es el componente principal de Trilogía Marroquí (1950-2020): la exhibición que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía tiene previsto inaugurar el próximo 31 de marzo en Madrid, y en la que queda reflejado el compromiso de los artistas norteafricanos, en pos de ilustrar la metamorfosis de una tierra plagada de miedos y mensajes contundentes.

Ante el reto de narrar siete décadas en imágenes tintadas y documentos impresos, los comisarios Manuel Borja-Villel y Abdellah Karroum han dividido el ingenioso laberinto de nombres y obras seleccionados en tres momentos históricos trascendentales: los años previos a la declaración de independencia de 1956, los años de plomo (correspondientes al intervalo comprendido entre 1970 y 1999), y el activismo colectivo de 2000 a 2020 (mediatizado por la implosión de la Primavera árabe).

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Marruecos ha reunido un gran número de tendencias y estilos, durante los últimos setenta años/ Foto: Khalid El Ghrib, Sin título/ Foto: Philippe Bousbib

Del colonialismo a las reivindicaciones de un nacionalismo marginador, de la apertura a la modernidad al regreso a las tradiciones estilísticas y temáticas, de las represiones estatales al exilio obligado de los que se negaban a seguir las consignas del poder, de la transición democrática a la necesidad de aplicar el simbolismo crítico en los lienzos y grabados; las etapas por la que ha pasado la tierra del poeta Abdellatif Laábi (fundador de la determinante revista Souffles) son tan diversas como los creadores que las protagonizaron.

MARRUECOS RECLAMA SU LUGAR

El colonialismo detentado por España y Francia llegó a su fin en 1956, año en que el Reino de Marruecos alcanzó su ansiada independencia. Después del largo período imperialista comandado por la citadas potencias del Viejo Continente, la clausura del yugo europeo promovió una fuerte corriente nacionalista; aunque también hubo ciudades que aprovecharon la ocasión para abrir sus centros formativos a los movimientos vanguardistas que aparecían en Europa y Estados Unidos.

Con esta atmósfera cosmopolita, Casablanca, Tetuán y Tánger se convirtieron en los vértices más interesantes a nivel artístico, dentro de la nación con capital en Rabat. Allí se fraguó el germen de una miscelánea heterogénea de pintores y escultores, que mezclaban las tradiciones plásticas con soluciones adoptadas de París, Londres y Nueva York; en un intento por participar activamente en las corrientes culturales que marcaban el ritmo intelectual en los años del librepensamiento hippy.

Bajo semejante paraguas, Tánger se erigió como el centro norteafricano más cercano a la generación beat estadounidense; lo que dio origen al nacimiento de la revista Souffles, ideada por el poeta y escritor Abdellatif Laábi (publicación que fue esencial en el desarrollo literario y artístico de la parte no oficialista de Marruecos).

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Marruecos ha desarrollado una amplia gama de artistas, inspirados por los cambios sociales/ Foto: Mohamed Melehi, IBM, 1962/ Mathab Arab Museum of Modern Art-Qatar Museums y Qatar Foundation

Todo ese reclamo de posicionamientos ajenos a las intervenciones políticas quedó pronto lastrado por los llamados años de plomo (jornadas que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía circunscribe a la época comprendida entre 1970 y 1999). Estas dos décadas se caracterizaron por la progresiva arabización del modernismo occidental de la etapa precedente, mientras el estado practicaba un duro y agresivo control de los disidentes; lo que dio pie a la huida de muchos artistas, en busca de un crecimiento profesional carente de limitaciones institucionalistas.

Entre las medidas que se tomaron por parte de los poderes fácticos del país destaca la de la prohibición de la revista Souffles, en 1972; hecho que vino acompañado de la proliferación de publicaciones clandestinas de gran valor documental, como Intégral y Lamalif. En la misma línea de protesta sistemática contra las cadenas de signo patriótico, se sucedieron numerosos festivales y bienales, que acogieron un arte que deambulaba entre el acerbo popular y el modernismo importado de otras culturas. Al final, los asfixiantes controles gubernamentales se vieron ligeramente rebajados en intensidad a finales de la década de 1990, con la llegada de la ansiada transición democrática.

El último apartado de Trilogía Marroquí (1950-2020) se ocupa de los años que van de 2000 a 2020, con la eclosión de una generación de artistas que arroparon el activismo como regla general, con la que aunar sus trabajos en un discurso capaz de denunciar iconográficamente las injusticias sociales del reino magrebí.

La ruptura con el pasado, sumado al abrazo sincero hacia un simbolismo rico en matices y expresiones, hizo que las corrientes intelectuales y plásticas mostraran una cara diferente a la visión tradicional y localista, que los extranjeros solían tener del arte realizado en el país norteafricano.

Entre las obras más destacadas de ese nuevo panorama plástico se encuentran las caligrafías de Noureddine Daifallan, las variaciones más tradicionalistas de Bouchta El Hayani, las composiciones visuales de Malika Agueznay, los espacios titánicos de Mounir Fatmi, o las abstracciones flamígeras ideadas por Tibari Kantour.

Nota: Trilogía Marroquí (1950-2020) estará en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid desde el próximo 31 de marzo, hasta el 27 de septiembre de 2021.

Más información, entradas y horarios en

https://www.muesoreinasofia.es

 

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