Justine Triet alza la Palma
El pasado sábado, la septuagésima sexta edición del Festival Internacional de Cine de Cannes entregó sus preciados galardones. Una ceremonia en la que la directora francesa Justine Triet ganó la Palma de Oro a la mejor película, por el thriller judicial "Anatomie d'une Chute" (Anatomía de una caída): una intensa obra sobre un misterioso asesinato, en la que destaca la esforzada interpretación de la alemana Sandra Hüller.
Justine Triet es una creadora que maneja con pulcritud e ingenio los resortes argumentales y dramáticos de los filmes que conforman su solvente currículo tras las cámaras. Así lo exhiben cintas como La batalla de Solferino (2013), El reflejo de Sibyl (2019) y Anatomía de una caída: la movie con que JT se alzó el pasado fin de semana con la Palma de Oro del Festival Internacional de Cine en Cannes.
El presidente del jurado del citado certamen (el cineasta sueco Ruben Östlund) destacó los valores artísticos y humanos de Anatomía de una caída, entre los que se encuentra la capacidad de Triet para dosificar la información que aporta el estudiado guion, nutrido con giros constantes en la trama, que invitan a visualizar con emoción los diferentes laberintos por los que transita el relato. Un trabajo de precisión milimétrica, que recuerda en su esqueleto y tesis, y no solo por el título, al clásico judicial Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959).
Rodada en la zona de los Alpes y en la región de Grenoble, más algunas localizaciones en París, Anatomía de una caída toma como punto de partida la extraña muerte de un hombre, que se ha precipitado al vacío desde una altura considerable. Entre los principales sospechosos de provocar el terrible accidente se encuentra su mujer (Sandra Hüller): una escritora germana, que defiende su inocencia a toda costa; aunque no consiga despejar las dudas sobre ser la asesina del individuo con quien compartía su existencia.
Según los críticos asistentes a la proyección de la película de Triet en Cannes, el largometraje consigue atrapar el interés de los espectadores con imaginación y eficacia, merced en gran medida a la habilidad de su puesta en escena; pero también por la inquietante interpretación de la actriz teutona Sandra Hüller (El hombre perfecto), quien encarna con verosimilitud el personaje de Sandra, sin silenciar todos sus miedos y las máscaras con las que ha ido manteniendo a salvo su deteriorada relación conyugal, hasta el momento de la muerte de su marido.
JUSTINE TRIET JUEGA CON LOS ELEMENTOS TRADICIONALES DE LOS THRILLERS JUDICIALES
Los ciento cincuenta minutos que dura Anatomía de una caída representan una sucesión controlada de sospechas voluntariamente ambiguas, mientras la realidad se transforma con cada revelación a golpe de fotograma. Al principio, todo hace suponer que la muerte del esposo de Sandra ha ocurrido por un fatal accidente o un suicidio programado, para luego desembocar -conforme transcurre la investigación- en la posibilidad de un crimen. Con semejantes coordenadas, y conforme la cámara escarba en el pasado de la pareja protagonista, los problemas insolubles de ellos como amantes se convierten en historias que fortalecen la teoría del asesinato.
Temas como la pérdida del amor compartido, el posicionamiento de poder en el seno marital, la incapacidad para admitir el fracaso y el desconocimiento mutuo como pareja chocan de manera imprevista en el guion de Anatomía de una caída, como si fueran testimonios sorpresivos con los que construir el puzle ideado por el guion de Arthur Harari y la propia Triet.
Los méritos de la obra de Justine Triet fueron lo suficientemente contundentes como para que la movie se erigiera como la favorita del jurado en la 76 edición del Festival de Cannes, y eso a pesar de que el palmarés estaba plagadaode títulos interesantes, como Perfect Days, de Wim Wenders, y La zona de interés, de Jonathan Glazer (en este film, Sandra Hüller también ejerce como protagonista).
Aunque, en cuestión de estrenos mediáticos, uno de los que mejores valoraciones ha recibido -pese a estar fuera de la competición- ha sido Killers of the Flower Moon: el impactante alegato de Martin Scorsese, contra la matanza de varios miembros de la tribu osage, ocurrida en la década de los años veinte del siglo pasado, en Estados Unidos. Mucho menos agasajada de manera tan unánime como la obra de Scorsese fue la proyección en la sección oficial de Asteroid City, de Wes Anderson: un mosaico de surrealismo costumbrista, ambientado en unas jornadas familiares de temática espacial, durante los años cincuenta en USA.
Nota: Anatomía de una caída tiene previsto su estreno en Francia para el próximo 23 de agosto.