Juliette Gréco y su cancionero
Universal Music Division Decca Records France rinde homenaje a Julietté Gréco, con la aparición de "L'essentiel": una recopilación de 13 discos, nutridos con las mejores y más recordadas canciones de la artista de Montpellier, fallecida el pasado 22 de septiembre de 2020.
Juliette Gréco poseía una voz impactante e hipnótica, dotada de un dramatismo escénico y discursivo de alta gradación declamatoria. Un timbre comparable en su destino trágico con los quebrados atormentados de otra gran dama de la canción francesa: la icónica Édith Piaf.
La musa de intelectuales y filósofos, pintores y directores de cine, nacida en Montpellier en 1927reside desde hace cuatro días en el cementerio parisino de Montparnasse. Descanso capitalino para una mujer que estuvo en activo durante más de siete décadas, apoyada por las ideas y palabras de genios de la hondura creativa de Jean-Paul Sartre, Jacques Brel, Charles Aznavour, Georges Brassens o Serge Gainsbourg.
El legado de Gréco es inmenso y exuberante en sus variaciones líricas y musicales, y retrata con sus estrofas una historia extensa del país de La Marsellesa. Un pretérito ilustrado por versos somnolientos, entonados figuradamente en míticos cabarets, del tipo de Le Boeuf sur le toit; o esgrimidos en anónimas callejas iluminadas fugazmente, y congeladas por las sulfurosas ráfagas del Sena.
L’ essentielle (Universal Music Division Decca Records France) recupera muchos de esos momentos sinfónicos, en los que se forjó la leyenda de la ahijada artística de Jean-Paul Sartre y la escritora Anne-Marie Cazalis. Y que reúnen interpretaciones desde el lejano 1946 (cuando Gréco inicio su carrera en los escenarios, como cantante), hasta su retirada definitiva y voluntaria, en 2016. Un curso vital jalonado de grabaciones sorprendentes y mitificadas por sus innumerables admiradores, en las que la voz de Marie-Juliette Gréco toma un protagonismo heroico y aguerrido.
A lo largo de los 13 CDs que presenta tan especial antología sonora, las doscientas ochenta y siete composiciones -remasterizadas para la ocasión- relatan un sinfín de argumentos emotivos y sensibles, orquestados por el pulso contundente de algunos de los mejores autores y rapsodas de la Francia de la segunda mitad del siglo XX; con Boris Vian y Raymond Quenau, en primera línea.
JULIETTE GRÉCO Y SUS SIETE DÉCADAS DE LETRAS INSUPERABLES
Nada más iniciar el curso narrativo de L’ essentielle aparecen ante el oyente los acordes trágicos de Les amours perdues, ideados en 1961 por el polifacético y determinante Serge Gainsbourg. Letra de desilusión y dramatismo existencial, a la que Gréco otorga el juicio de las eternidades sombrías, y de los padecimientos concluyentes. Un arranque que pronto enfatiza su paisajismo de tonalidades grisáceas, con la incorporación de La belle vie (con toda su carga de ambivalencia vital en plena forma).
Así, hasta más de dos centenares de momentos en blanco y negro y pasados gloriosos y espectrales; entre los que se encuentran el arriesgado crescendo del infalible Sous le ciel de Paris; las angustiosas confesiones de Embrasse-moi; o las soledades desangeladas de Je hais les dimanches (maravilla en formato de pentagrama, firmada por Charles Aznavour).
Actriz antes que cantante, el arte dramático hizo presa en el estilo de Gréco a lo largo de todo su currículo musical; hasta el extremo de exhibir sus condiciones de versatilidad discursiva en un simple estribillo, o ante una estrofa de determinante signo emocional.
Bajo esas coordenadas, L’ essentiel descubre plenamente las armas de esta celebrada e imaginativa trovadora de la tierra de Victor Hugo; señora de signo inspirador e inspirado. Una intérprete que supo cómo sobreponerse a su supuesto papel de musa de los existencialistas, para volar al lado de los talentosos arquitectos de la chanson.
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