Lupita Nyong’o huye de los ruidos
Lupita Nyong'o sustituye a Emily Blunt, como la protagonista de la nueva entrega de la saga titulada "Un lugar tranquilo". El cineasta estadounidense Michael Sarnoski (Pig) se pone al frente de esta precuela de las célebres películas apocalípticas ideadas por John Krasinski, cuya acción remonta a los espectadores a los momentos previos a la invasión de los alienígenas que se valen de los sonidos para localizar a sus víctimas.
Lupita Nyong’o muestra su terror arropada por las calles de Nueva York, sumida en un caos de muerte y destrucción, provocado por la invasión de alienígenas que encuentran a sus víctimas a través del sonido, dentro del film Un lugar tranquilo: Día 1.
La actriz nacida en México, de padres procedentes de Kenia, toma el testigo de la británica Emily Blunt, en esta precuela de la saga ideada por John Krasinski; la cual modifica su ambientación rural de los primeros capítulos por las avenidas y arterias de la urbe de La estatua de la libertad. Algo que acerca la tensión de los personajes a la experimentaba por Will Smith, en Soy leyenda (Francis Lawrence, 2007).
El cineasta estadounidense Michael Sarnoski (Pig) es el responsable de este nuevo acercamiento a la distopía guerrera que inició su curso cinematográfico en 2018, y que tuvo una secuela en 2020. Sarnoski llegó al proyecto después de que Jeff Nichols se desentendiera de la obra, debido a discrepancias con los productores.
Al final, Un lugar tranquilo: Día 1 ha conseguido superar los numerosos obstáculos de por medio, y arrancar una nueva saga ambientada en los momentos en que los díscolos extraterrestres aterrizan en la Tierra. Unos prolegómenos que recuerdan vagamente a los de Guerra Mundial Z (Marc Forster, 2013), con la expansión de una pesadilla proveniente -en el caso de la cinta de Sarnoski– del espacio exterior (por el contrario, en el citado film protagonizado por Brad Pitt la pesadilla era provocada por un virus zombi), que transforma la vida de los humanos, convertidos en presas de una terrible cacería colectiva.
Lupita Nyong’o (12 años de esclavitud) encabeza el elenco artístico, con un trabajo en el que saca partido de su impactante expresividad y de un sorprendente efecto de maquillaje. Ya en las anteriores entregas, Emily Blunt tuvo que echar mano de recursos dramáticos casi de cine mudo, para sacar adelante con verosimilitud la complicada situación de una madre que debe permanecer en silencio para sobrevivir junto a sus hijos.
Al lado de Nyong’o, Djmon Hounsou (Gran turismo), Joseph Quinn (Stranger Things) y Alex Wolff (Hereditary) completan un reparto que huye de las estrellas mediáticas, para centrar la atención en las caracterizaciones solventes, carentes de identificaciones ajenas a la propia movie. Tal requisito, basado en una atenuada espectacularidad hollywoodiense, permitió a John Krasinski sacar adelante las dos primeras partes de Un lugar tranquilo.
LUPITA NYONG’O PRESENTA BATALLA A UN GRUPO DE INVASORES ALIENÍGENAS, ANSIOSOS POR DESTRUIR A LA ESPECIE HUMANA
El argumento de Un lugar tranquilo: Día 1 sitúa la acción en la ciudad del Empire State, algo antes de que se confirme la llegada de los extraterrestres pendientes de los sonidos, que perseguían a Emily Blunt y a su familia. Michael Sarnoski, John Krasinski y Bryan Woods conforman, con semejante escenario, una historia bastante diferente a la que se pudo contemplar en los dos capítulos anteriores; ya que el contexto modifica convenientemente las sensaciones expuestas en el metraje.
Uno de los elementos fundamentales que presenta esta tercera entrega -que en realidad es una precuela- reside en la sorpresa que supone para los neoyorquinos descubrir que son las víctimas propicias de unos seres misteriosos y agresivos, sumidos en una oscuridad profunda.
Ese desconocimiento de la amenaza por parte de los humanos se hace especialmente palpable en Sam (Lupita Nyong’o): una mujer que ve cómo su mundo da un vuelco de manera repentina, cuando un grupo de conciudadanos ayuda a la joven a sobrevivir a una guerra inesperada e infernal.
Michael Sarnoski aprovecha la oportunidad de presentar una Nueva York ausente de ruidos, como si un letargo general y diabólico hubiera acabado con la idiosincrasia de la “ciudad que nunca duerme”. Tal visión, de soledad aparente, se asemeja a la escenificada en El último hombre vivo (Boris Sagal, 1971), o a la que ejecutó Alejandro Amenábar en plena Gran Vía madrileña, en Abre los ojos.
Como en las dos partes anteriores de Un lugar tranquilo, este Día 1 (cuyo aspecto cronológico puede remitir a los aficionados a la saga de 28 días después) despliega unos efectos audiovisuales medidos e imaginativos, en los que los monstruos exhiben poco a poco su aspecto.
Una fórmula centrada en el misterio que, aparte de Krasinski, fue explotada de manera sobresaliente por Ridley Scott, en Alien, el octavo pasajero.
Nota: Un lugar tranquilo: Día 1 tiene previsto su estreno en las salas de cine para el próximo 28 de junio.
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