Franz Ferdinand sorprendieron en los primeros compases del siglo XXI con su rock desenfadado y potente, inspirado ligeramente en el legado de bandas tan totémicas como Oasis y Blur.
El quinteto de Glasgow desembarcó en la escena musical de Reino Unido por todo lo alto, cuando los sones de Britpop y el indie de laboratorio comenzaban a perder el añorado fulgor masificador de los noventa, y los aficionados a los grupos de pegada “anti-mainstream” reclamaban nuevos talentos en la labor de crear temas de indudable trascendencia emocional.
Dentro de ese caleidoscopio de energías palpitantes, Franz Ferdinand congeniaron rápidamente con las multitudes que acudían a los conciertos a pasar buenos momentos melódicos, donde las guitarras aullaran con la fuerza épica de la década anterior y los metales se sometieran a los encantamientos de voces tocadas con la varita de los divismos de micrófono elitista y con carne de portada de revista cool.
Tras cinco discos de distinto bagaje artístico, la formación escocesa acaba de lanzar al mercado The Human Fear (Domino Records/ Universal Music): un álbum concebido para proclamar el renacimiento vitamínico de los compatriotas de Sir Walter Scott, en el que el otrora fuego contestatario aparece sometido a los rigores rítmicos de quienes pretenden agradar a todo tipo de público, sin importar el mantenimiento forzoso de su ADN iniciático.
La mano del ingeniero de sonido y mezclador Mark Ralph establece las coordenadas de un trabajo en el que Alex Kapranos juega con la concatenación lírica de diferentes temores que -según sus creencias- acechan al ser humano contemporáneo.
Las relaciones tóxicas, el miedo al compromiso, el abismo de la soledad no deseada, el vértigo de quedar fuera del sistema… Las diferentes pesadillas de los hombres y mujeres del tercer milenio aparecen retratadas por un puñado de letras huidizas de los análisis profundos, en las que las melodías ahogan las insinuaciones salvajes de los espíritus que las protagonizan, condenados a aceptar lo inevitable.
FRANZ FERDINAND EXHIBEN UN TRABAJO REPLETO DE GIROS INSTRUMENTALES, A LOS QUE DA COHERENCIA LA VOZ DE ALEX KAPRANOS
Desde 2002 (el año en que Franz Ferdinand se dieron a conocer), el grupo liderado por el icónico Alex Kapranos ha pasado por diferentes estados de ánimo e inspiración.
El vértigo asfixiante de Take Me Out y Darts of Pleasure ha sido sustituido por un sentimiento de acomodo sincero y comprensible, algo que muchos asociaron con la posibilidad de que la banda no grabara más obras de estudio. Sin embargo, la efervescencia de colaboraciones varias animó a AK a reunir a sus compañeros de fatigas, con el fin de revitalizar a la formación que en su nombre homenajean al archiduque austriaco asesinado en Sarajevo, en 1914.
Este esperado regreso, titulado The Human Fear, vino anticipado por el tema Audacious, song que desveló en parte el universo de notas que el quinteto aún era capaz de elaborar. El mencionado corte da inicio a un CD repleto de cambios de narrativa instrumental, con los que el grupo de Glasgow transmite atmósferas que lubrican la mente, a través de imágenes subliminales apegadas a la Gran Bretaña de tonalidades desconcertantes, paisajes similares a los que cineastas del tipo de Danny Boyle idearon para ilustrar películas tan ubicadas en el desencanto como Trainspotting.
Tras escuchar canciones como la rabiosa The Doctor, la balada somnolienta Tell Me I Should Stay o la estilosa Black Eyelasher, la sutiles referencias al sonido de Pet Shop Boys establecen una brújula artística que incentiva las esperanzas de encontrar un ecosistema colorido y animoso.
Y esos anhelos quedan altamente cumplidos por las odas de disfrute que se marcan con soltura Alex Kapranos, Julian Corrie (teclista), Audrey Tait (el batería debuta en este disco de Franz Ferdinand, en sustitución de Paul Thomson), Dino Bardot (guitarra) y Bob Hardy (bajo).
Nota: Franz Ferdinand tienen pensado actuar el 15 de febrero en A Coruña (Sala Pelícano), el 17 de febrero en Madrid (La Riviera) y el 18 de febrero en Barcelona (Razzmatazz).
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