César Mallorquí es un creador al que no le asustan los virajes ocasionales en su trayectoria profesional. El autor nacido en Barcelona, aunque madrileño de adopción, se inició en la literatura a los quince años; pero pronto cambió su interés adolescente por los relatos de ficción para rpobar suerte con el Periodismo, para luego moverse con soltura en los terrenos directos y estimulantes de la Publicidad. Al final, y tras semejantes experiencias, Mallorquí abrazó la escitura como forma de vida, y no le está yendo nada mal.
Numerosos premios (tales como el Nacional de Literatura Juvenil, en 2013) reconocen la prolífica imaginación del vástago de José Mallorquí (el responsable de las aventuras de El Coyote), en el terreno de los libros pensados para los lectores jóvenes. Ahora, y con una extensa lista de relatos fantásticos a sus espaldas, César Mallorquí se ha decidido a editar su primera novela “adulta”. Un volumen de corte histórico, con nazis huidos, organizaciones ultracatólicas y pscóticas de origen croata, conspiraciones encubiertas y asesinatos a cada giro de página, que lleva por título El secreto de Gabriela Salazar (La esfera de los libros).
TLCM: En El secreto de Gabriela Salazar mezclas la realidad y la ficción. ¿Qué es lo que más te sorprendió a la hora de realizar la investigación previa?
César Mallorquí: Justo cuando estaba investigando para el libro, lo que más me llamó la atención fue el tema de los ustachas (grupo ultraconservador y católico de origen croata, que apoyó al Tercer Reich). Conocía algo de ellos; pero, cuando leí más detenidamente sobre este organismo bélico, se me ponían los pelos de punta. Y luego más, cuando descubrí que los dos máximos líderes ustacha, Ante Pavelic y Vjekoslav “Maks” Luburic, estaban en España; uno en Madrid, y el otro en Valencia. Eso me llamó poderosamente la atención, ya que no conocía previamente lo que estos hacían en la Segunda Guerra Mundial.
TLCM: Los ustachas era incluso más bestiales que muchos nazis…
César Mallorquí: Eran mucho más salvajes que los nazis, y ya es decir. Lo que pasa es que de los nazis nos horroriza la sistemática y burocrática gestión del Holocausto. Es decir, parecen una fábrica de muerte; y eso genera una frialdad que nos conmueve. Los ustacha eran todo lo contrario: eran salvajes, bestias, animales, no se andaban con sutilezas… Es decir, había que matar a un prisionero, pues lo hacían con un mazo o arrancándole los ojos… Tanto es así, que muchos de los oficiales nazis destacados en la extinta Yugoslavia escribían que era lo más parecido al infierno de Dante… y eso lo decían los nazis…
CÉSAR MALLORQUÍ: “DE LOS NAZIS, NOS HORRORIZA LA SISTEMÁTICA Y BUROCRÁTICA GESTIÓN DEL HOLOCAUSTO”
TLCM: El secreto de Gabriela Salazar pone en primer plano el pacto de silencio que existía, con respecto a los nazis huidos tras la Segunda Guerra Mundial, en Argentina. Sin embargo, en la Costa del Sol española, los criminales de guerra evadidos del Tercer Reich no escondían su admiración pública hacia Hitler…
César Mallorquí: Bueno, Franco extraditó a unos pocos al principio; pero luego le entregaron una lista con los nombres de todos los que se habían establecido en España, y no concedió nunca la extradicción. Que Franco no concediera la extradición de los nazis entra dentro de lo normal; lo que yo no me explico es por qué después de la Transición, con la democracia en España, los antiguos nazis seguían en la Costa del Sol tan tranquilos, sin ser extraditados. No encuentro explicación.
TLCM: ¿Piensas que existe una especie de banalización o blanqueamiento en la actualidad de las atrocidades del Nazismo y del Fascismo?
César Mallorquí: No. La verdad, no lo creo. Evidentemente, hay ciertos círculos políticos en España, que no voy a nombrar porque todos los conocemos, en los que existe un lavado de cara del Nazismo… y lo ha existido siempre. Los simpatizantes no van a dejar de serlo porque hayan perdido la guerra. Pero, fíjate, todas las películas que aparecen sobre el Nazismo… ¿Sabes que los mejores villanos literarios y cinematográficos que hay son los nazis? Eso es por un doble motivo; porque son tan perversos y tan malos que no hay ni que explicar lo malos que son. Y, después, porque tienen unos uniformes preciosos, como diseñados por Hugo Boss, y eso es muy cinematográfico también. Y luego está el paradigma de la monstruosidad. Y, si te fijas en las películas que todavía se estrenan sobre el Nazismo, que son muchas, no encontrarás ninguna que intente lavarles la cara. Creo que la gente sabe muy bien lo que fueron los nazis.
TLCM: ¿Por qué el Tercer Reich está tan presente en la literatura y el cine?
César Mallorquí: Existe el tema de la fascinación por el mal. Es lo mismo que cuando vamos por la carretera y hay un accidente y miras. En mi propia novela tienes a Bastian, que es el paradigma del salvaje; pero su padre, Helmut, es un hombre culto, que se ha vinculado al Nazismo no por ideología, sino por el dinero. Hubo muchos de esos, que sacaban beneficio de aquello.
CÉSAR MALLORQUÍ: “EXISTE EL TEMA DE LA FASCINACIÓN POR EL MAL”
TLCM: El secreto de Gabriela Salazar trata sobre tres mujeres; de las cuales, dos de ellas, descubren una faceta oculta y admirable en el pasado de sus respectivas progenitoras…
César Mallorquí: Sí, la verdad es que eso ha pasado en ocasiones. Es decir, gente que tenía una madre de lo más normal y descubre de repente que, durante la guerra, fue una colaboracionista con los nazis, o bien todo lo contrario. Y personas, mujeres, que hubo muchas más de las que pensamos, que colaboraron con la resistencia en Francia y en Checoslovaquia, Yugoslavia y otros países. Esas mujeres no han sido nunca las heroínas de las novelas ni de las películas y, sin embargo, eran espías importantes y transmitían comunicaciones vitales.
TLCM: ¿Te inspiraste en alguien para elaborar los personajes de Guadalupe, Gabriela y Lola?
César Mallorquí: No, me he inspirado en la historia de decenas y decenas de mujeres. Y, además, es que hay que pensar… (Se detiene un momento para reflexionar) Cuando acabó la guerra, en Alemania faltaban hombres, había muchas más mujeres que hombres. Durante la Segunda Guerra Mundial es el momento en que la igualdad de derechos empieza a brotar de forma clara. Cuando por la guerra los hombres se marchaban al frente; en las fábricas, los puestos los ocupan mujeres, y lo hacen exactamente igual que los hombres. La lucha contra el Fascismo… Hubo cientos de mujeres vinculadas a aquello. Para mí, de esas tres mujeres, la que más cariño e interés me despierta es Guadalupe Salazar, la abuela; porque es la que toma una serie de decisiones que acabarán con su muerte, pero son decisiones muy nobles. Es una mujer muy fuerte, no solo por lo que hace al inflitarse en la casa de Helmut Reinhardt, sino por la lucha por el bienestar de su hija.
César Mallorquí: El desencadenante de todo es Guadalupe, por supuesto. Y Gabriela muestra la reacción ante el brutal asesinato de Guadalupe. Y lo que hace está en función de vengarse del hombre que mató a su madre.
TLCM: Mientras leía El secreto de Gabriela Salazar se me venía con frecuencia a la mente la película Encadenados, de Alfred Hitchcock…
César Mallorquí: Sí, claro; porque ahí también es una mujer que se introduce en una casa de nazis. No me había acordado de esta película. No la había tenido en mente mientras escribía la novela, pero sí que hay similitudes.
CÉSAR MALLORQUÍ: “EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, LA IGUALDAD DE DERECHOS ENTRE HOMBRES Y MUJERES EMPIEZA A BROTAR DE FORMA CLARA”
TLCM: Gran parte de la historia del libro se desarrolla en San Carlos de Bariloche, en Argentina. ¿Has visitado ese lugar de La Patagonia?
César Mallorquí: No, fíjate. Me apetecería muchísimo. Me he documentado mucho a base de películas y de leer sobre el asunto. Y luego, por casualidad mientras estaba escribiendo, mi hijo mayor y su mujer se fueron a Argentina, y fueron a Bariloche, y me consiguieron documentación muy valiosa para la novela.
TLCM: Europa vive una especie de resurgimiento de la extrema derecha apoyada por el electorado más joven. ¿Puede estar ganando terreno el revisionismo con respecto a los crímenes del Nazismo o el Fascismo? ¿Por qué piensas que pasa esto?
César Mallorquí: Sí, es algo que existe realmente, y es peligroso. Yo creo que se debe a… Tanto el Nazismo como el Fascismo son movimientos políticos generados por el Romanticismo. Reúnen las características del Romanticismo: la exaltación de la patria, la reinvención del pasado… Los jóvenes son románticos por naturaleza, y qué ideología política les ofrece la idea de cambio y de ruptura: desgraciadamente, hoy en día solo lo hacen los partidos fascistas y de extrema derecha. Pienso que es por la falta de motivación. Un joven no se siente motivado para trabajar para partidos institucionales, como el PSOE o el PP, o cualquier otro. Eso es lo convencional. Y luego, los jóvenes es que lo tienen fatal, muy mal. Los jóvenes van a tener tremendos problemas laborales, de vivienda… Se sienten desamparados. Van a ser la primera generación que va a vivir peor que sus padres. En la oferta política para ellos son más atractivos los movimientos de la extrema derecha, que les prometen cosas que no se van a cumplir; pero funciona muy bien como cebo.
TLMC: También resulta muy extraño que en estos momentos sea un gobierno como el israelí el que esté llevando a cabo un genocidio contra el pueblo palestino, después de haber sufrido el Holocausto…
César Mallorquí: Es horrible, es terrible. Es explicable, en unos términos… Benjamin Netanyahu está haciendo lo que está haciendo para librarse de ir a la cárcel. Es asqueroso. De todas formas, el conflicto de Oriente Medio y de Israel y Palestina… Es un tema tan complejo, donde los errores han sido tantos y tan grandes desde el principio… uno detrás del otro… que me cuesta mucho opinar. De todas formas, lo que está sucediendo ahora es una matanza que no tiene ninguna disculpa, lo haga quien lo haga. Es un genocidio que está exterminando a la población civil, y eso es lo que se llama crímenes de guerra, que es lo que están haciendo los israelitas. Paradójicamente, igual a lo que hicieron sus grandes enemigos, los nazis. Pero supongo que es una cuestión de fuerza, de poder y de fanatismo.
TLCM: ¿Te resultó complicado elaborar una trama que ocurre en muchos lugares distintos y en épocas diferentes?
César Mallorquí: Bueno, lo que me resultó costoso en tiempo fue documentarme, sobre todo. Antes de escribir la novela estuve varios meses documentándome, leyendo, en Prensa, en Internet… Todo eso fue muy costoso. Escribir esta novela fue muy trabajoso, por manejar toda la información y obtenerla. En cuanto a la trama, no; porque yo tenía muy claro desde el principio lo que iba a ser la novela.
TLCM: ¿Encontraste dificultades al narrar desde una perspectiva femenina los tres relatos que componen El secreto de Gabriela Salazar?
César Mallorquí: No me resulta complicado. Tengo otras novelas policiacas, que están protagonizadas por una detective llamada Carmen Hidalgo, y encima están escritas en primera persona. Cuando me puse a escribirlas, comprendí que tenía que meterme en la piel de una mujer. Hice todo un ejercicio de introspección, y saber qué siente una mujer, y que reacciona de diferente forma a los hombres. Y ese ejercicio fue muy práctico, porque me sentía una mujer. Recuerdo a mis dos editoras, que me dijeron que lo habían leído y que parecía escrito por una mujer, sin ningún problema. Eso que dicen de que un hombre no puede entender a una mujer, y viceversa, es una soberana tontería.
TLCM: Ya, pero, como dices, un personaje femenino tiene unas características y manera de actuar que son distintas a las de uno masculino…
César Mallorquí: Lo que tienes que hacer es olvidarte de los estereotipos, y pensar simplemente que son personas que tienen unas peculiaridades distintas a los hombres, y actuar en consecuencia. Evidentemente, yo no puedo poner a mis protagonistas a liarse a tortas con los nazis. Pero es mejor así, porque, por ejemplo, Gabriela Salazar tiene que ingeniárselas muy mucho para conseguir la muerte de Bastian Reinhardt; y tiene que desarrollar un plan muy complejo para conseguirlo. Esa sería una diferencia entre un personaje masculino y uno femenino, las mujeres son más indirectas que los hombres.
TLCM: ¿Te influyó algo tu padre, José Mallorquí, en tu decisión de ser escritor?
César Mallorquí: Bueno, estoy convencido de que yo sin mi padre no sería escritor. No por el hecho directo en sí, si no por todo lo que hay de indirecto. Me crié en una casa atestada de libros, donde la literatura y la cultura se consideraban el pan nuestro de cada día. Veía gente culta e interesada por temas muy diversos. Entonces, Desde pequeño, a mí me leían mis padres antes de dormirme, y luego me daban libros, o los cogía de mi casa. Me crié en un entorno literario ya de por sí. La pregunta que me hacen muchas veces es si se puede vivir de la literatura, y yo les digo que es difícil, pero sí se puede vivir; incluso puedes hacerte millonario, aunque no sea lo normal. Yo vivía en la casa de un señor que se ganaba la vida únicamente escribiendo, y lo veía como una posibilidad normal. Aún así, yo no pensé dedicarme a la literatura desde el principio. Lo que tenía era una tremenda afición a escribir, pero no a ser escritor. De hecho, primero estudié Periodismo y trabajé como periodista; luego, durante diez años, me cambié a la Publicidad, antes de ser escritor. Y me reencontré con la literatura con treinta y ocho años. Sin embargo, la afición a escribir ha estado siempre conmigo, pero no la vocación de ser escritor. En el fondo, yo pensaba que mi padre era escritor, uno de mis hermanos mayor que yo también; y me convencí de que tres Mallorquí escritores era ponerse un poco pesado. Entonces, desestimé durante mucho tiempo la idea de escribir; y solo más adelante, y por razones en ocasiones casuales, tomé el camino de la escritura.
CÉSAR MALLORQUÍ: “ESTOY CONVENCIDO DE QUE SIN MI PADRE NO HABRÍA SIDO ESCRITOR”
TLCM: Después del éxito de El secreto de Gabriela Salazar, ¿piensas probar con otra novela para adultos?
César Mallorquí: Momentáneamente, no. Tengo una carrera, sobre todo, en literatura juvenil e infantil de muchos años y muchos títulos; me funciona muy bien y me divierto mucho escribiendo en este género. Así que, de momento, no; ni hablar. El año que viene, vete tú a saber. Mi agenda se queda muy corta en ese sentido, no sé lo que haré.
TLCM: ¿Te sientes menos constreñido a la hora de elaborar un libro juvenil que uno para un público más adulto?
César Mallorquí: Exacto, tengo mucha más libertad con la literatura juvenil; porque para escribir una novela como El secreto de Gabriela Salazar, que es un thriller histórico, me tengo que restringir a los márgenes de la novela histórica y del thriller. Si escribiera otra novela histórica, tendría que hacer lo mismo; pero, en la literatura juvenil, la gran ventaja para mí es que puedo cambiar el género cuando quiera. Es decir, escribo un thriller juvenil, y lo siguiente que escribo puede ser una novela romántica, o de aventuras, o lo que sea. Puedo elegir; y, lo más importante, es que sé que lo voy a poder publicar sin ningún problema. Sin embargo, en la literatura para adultos encontraría más restricciones, probablemente.
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