Guillermo del Toro da rienda suelta a su gusto por el universo gótico de autores como Mary Shelley en su última película: un drama titulado The Shape of Water.
La historia, cuyo curso se desarrolla durante la época de la Guerra Fría, muestra la peculiar relación amorosa mantenida entre una criatura mitad pez y hombre y una científica solitaria.
La británica Sally Hawkins y el camaleónico Doug Jones lideran un reparto en el que también participan Octavia Spencer y Michael Shannon.
Los seres vivos suelen ser islas, que de vez en cuando se encuentran con otras y forman un archipiélago de índole emocional y privado.
Al estilo de canciones del tipo de Islands in the Stream, de Dolly Parton y Kenny Rogers; o Islands, de Mike Oldfield, las mujeres y los hombres vagan por la existencia con la espada del aislamiento sobre sus cabezas, de manera perenne y autoritaria. Una situación que las llamadas criaturas sin clasificación en la escala evolutiva sufren de forma profunda y determinante.
Así lo padeció el mítico monstruo de Frankenstein, bajo los vaivenes románticos de la pluma de Mary Shelley: personaje que ha incentivado la imaginación del cineasta Guillermo del Toro desde su más tierna infancia.
Con esa ansiedad por recuperar sus anhelos de pantalón corto, y después de anunciar que con toda probabilidad no habrá nueva entrega de Hellboy, el responsable de la serie The Strain regresa al cosmos de los experimentos científicos -con ribetes de gótico decimonónico entre las costuras de los fotogramas- en su última producción cinematográfica: The Shape of Water.
Una obra que sustenta su desarrollo en una idea original de Daniel Kraus y del propio Guillermo del Toro, quien también ha elaborado el guion al lado de Vanessa Taylor (Juego de tronos, Divergente).
GUILLERMO DEL TORO RECUPERA AL FAUNO
1963 es el año en el que arranca la acción de The Shape of Water.
En el interior de un laboratorio bunkerizado del Gobierno de USA, una joven científica llamada Elisa (Sally Hawkins) pasa sus jornadas laborales sin hablar con nadie, acompañada únicamente por su sombra.
La investigadora se siente invisible en una vida que requiere el silencio para alcanzar la eficiencia prescrita en el contrato. Aunque la aparición de una compañera de trabajo, conocida como Zelda (Octavia Spencer), hará que su realidad se convierta en una experiencia mucho más emocionante.
Junto a su nueva amiga, la protagonista descubre un día la presencia de una masa corporal perteneciente a una especie extinta: un individuo que es mitad hombre y mitad pez, al que han nominado como La Criatura (Doug Jones).
Este monstruo de Frankenstein de la década sesentera comparte su soledad con la ingenua Elisa, y entre ellos surge una pasión romántica, que devendrá en un amor sincero y comprensible. Situación que tiene visos de cambiar, cuando el citado ser comienza a verse utilizado como arma contra el enemigo exterior del país de las barras y estrellas: la temida U.R.S.S.
Animada por la música compuesta por Alexandre Depslat, esta prometedora historia cuenta con muchos de los elementos que han hecho célebre el cine de Guillermo del Toro: los decorados desconcertantes, los diálogos profundos, las escenas con encuadres clásicos, la fantasía sin restricciones, y la búsqueda del lado sensible que reside en la mal denominada anormalidad.
Nota.- The Shape of Water tiene previsto su estreno en las salas estadounidenses para el próximo 8 de diciembre, según el calendario publicitado por la compañía Fox Searchlight Pictures.