Steven Soderbergh finaliza su tiempo de separación voluntaria con el séptimo arte, para dirigir un activo thriller con atracos arriesgados y carreras a altas velocidades, titulado Logan Lucky.
La película ha sido grabada sobre el asfalto del NASCAR y la Coca-Cola 600 Race, acontecimientos automovilísticos por excelencia en Estados Unidos.
Channing Tatum, Adan Driver y Daniel Craig son los protagonistas de esta aventura de alto octanaje, cuyo estreno está previsto en USA para el próximo 18 de agosto.
Hace un tiempo, Steven Soderbergh era un hombre orquesta, capaz de enlazar largometrajes en las salas con una capacidad sobrehumana.
El oscarizado creador tocaba los géneros más diversos con el denominador común de su fino sentido de la escenografía: unas veces de manera acertada (como en la magnífica Traffic), y otras con el punto de mira bastante atrofiado (como en Ocean’s Twelve).
Sin embargo, tanta visita a las carteleras y tanta exposición mediática acabaron por agotar al norteamericano, quien llegó a sentenciar -desde su cuenta en Twitter– que abandonaba definitivamente la industria audiovisual, para dedicarse a escribir. Una decisión que no resultó muy afortunada; ya que al poco de propagarla por las redes, el imaginativo cineasta ha vuelto a comandar la elaboración de una movie (para regocijo de sus numerosos fans).
Para esta continuación de su carrera a base de fotogramas con más luces que sombras, Soderbergh ha confiado en una guionista principiante, llamada Rebecca Blunt; y en un argumento bautizado Logan Lucky, el cual rezuma atmósfera setentera, con robos pirotécnicos y mucha adrenalina en el ambiente.
Rompecabezas de estrellas famosas y reconocibles, más motores atronadores; en el que ejercen de maestros de ceremonias Channing Tatum y Adam Driver, en la piel de los hermanos Jimmy y Clyde Logan.
STEVEN SODERBERGH SOBRE RUEDAS
La trama de Logan Lucky sigue las andanzas de un par de outsiders perseguidos por la mala suerte y las maldiciones genéticas.
Clyde y Jimmy Logan van dando tumbos por sus respectivas existencias, debido a su peculiar habilidad para meterse en toda clase de problemas, siempre en el lado opuesto al de la ley.
Cuando comienza la película, los brothers y sus neuronas trabajan conjuntamente para preparar un golpe capaz de sacarles del anonimato y de la pobreza. En realidad, el asunto va sobre un saqueo en toda regla, destinado a aparecer en la secreta historia de la delincuencia.
Un asalto que piensan llevar a cabo en una de las competiciones automovilísticas más seguidas en el país de las barras y estrellas: la Coca-Cola 600 Race, perteneciente al Charlotte Motor Speedway.
Douglasville, en Georgia, ha sido el lugar escogido por Steven Soderbergh y su nutrido equipo de colaboradores para construir el paisaje dramático de esta frenética obra, en la que los aficionados podrán contemplar numerosos cameos de estrellas del motor, junto a apetitosos reencuentros con stars del séptimo arte desaparecidas de las pantallas por algún que otro lustro (tales como Katie Holmes y Hilary Swank).
Aunque los papeles protagonistas de este largometraje -con resquicios de nostalgia de clásico setentero- han recaído en los cada vez más solicitados Adam Driver (Kylo Ren, en la nueva saga de Star Wars), en Channing Tatum (Querido John) y en la joven Katherine Waterston (Alien Covenant).