El misterioso regreso al espacio sideral de Ridley Scott
La inmensidad del universo se convierte en la mente del creador cinematográfico de Blade Runner en algo parecido a lo que significa la ansiada autovía de Valencia para los playeros vacacionales: se torna en la senda de la diversión. Las cerca de tres décadas de ausencia profesional en el cosmos galáctico del realizador británico han sido un exilio demasiado duro, para un hombre que comenzó a llamar la atención en el séptimo arte a bordo de la nave USS Nostromo. Pero esta marginación estelar tiene visos de acabar; ya que el veterano filmador de Legend graba en estos meses, en un secretismo al estilo del MI6, Prometheus: una obra que él mismo cataloga como un trabajo original; aunque supuestamente con la base estilística, situacional y discursiva del universo concitado en su célebre película de 1979 Alien, El octavo pasajero.
Poco o nada ha trascendido aún del argumento del largometraje que prepara entre los fogones de los estudios de la Fox Ridley Scott (South Shields, Inglaterra, 1937), cuyo estreno está previsto para llevarse a cabo a mediados de 2012. Sin embargo, Internet ha empezado a proveer los servidores informáticos de vaticinios más o menos sorprendentes respecto a este rodaje que lleva implícito el sello de mítico; sobre todo porque normalmente las asociaciones entre el responsable de Robin Hood y la ciencia ficción suelen ser de las que dan sus frutos en forma de obras maestras. A este respecto, los más sagaces ya apuntan a aventurarse a proclamar que Prometheus va a erigirse como un preámbulo de Alien; y que la acción se situaría temporalmente en la época pre-Ripley, cuando las criaturas de la cabeza a lo casco de ciclista surcaban el universo en busca de incautos planetas en los que quedarse a vivir. Como es más o menos factible, en medio de esa epopeya -con salivazos mortales incluidos- no faltarían los androides respondones, los monstruos amenazadores y los humanos, considerados como la carnaza de las bestias en un hábitat marcado por la supervivencia del más fuerte.
No obstante, la productora no solo está manteniendo el mutismo de cara a la Prensa en cuanto al guion; sino que la norma de la mordaza también se ha extendido al reparto que compone el elenco artístico. Aunque -según las fuentes del imdb- el alemán Michael Fassbender (Heidelberg, 1977), la sueca Noomi Rapace (Hudiksvall, 1979) y la sudafricana Charlize Theron (Benoni, 1975) son tres de los intérpretes que ya podrían haber estampado su firma en sus correspondientes contratos. Por los proyectos que atesora en su agenda, Fassbender debería autoproclamarse como un actor afortunado. La racha acompaña a este germano de nacimiento y británico de adopción, desde que hizo sendas colaboraciones en las taquilleras y mediáticas cintas Malditos bastardos y 300. De físico entre duro y sensible, el rubio centroeuropeo todavía tiene en la fresquera de los estrenos las esperadas X-Men: First Class (en la piel del maquiavélico Magneto), Jane Eyre (como el misterioso Sr. Rochester) y A Dangerous Method (caracterizado como Carl Jung).
Pero, si el compatriota de Richard Wagner está causando sensación en Hollywood, Rapace no le va a la zaga. El rostro avispado de la hacker Lisbeth Salander de la saga Millenniun se incorporaría a la grabación de Scott después de haber ayudado al famoso investigador de Baker Street –ideado por Sir Arthur Connan Doyle- en Sherlock Holmes: A Game Of Shadows, a las órdenes de Guy Ritchie.
Aparte de este trío de componentes, que se dan con una cierta seguridad como integrantes finales del cuadro dramático, suenan al mismo tiempo los nombres del camaleónico Guy Pearce (El discruso del rey) y del gigantón Idris Elba (Ladrones) como más que posibles incorporaciones a la película de RS, que coincide en título con de una nave de Stargate y con un personaje mitológico.
Poco a poco, las certezas empezarán a filtrarse en torno a esta interesante propuesta del hermano de Tony Scott; y con ello se irán aclarando las relaciones existentes entre Prometheus y Alien. Sin embargo, hasta que eso ocurra solo cabe esperar que esta nueva incursión de Ridley en los caminos interplanetarios siga en 2012 similares pasos que los andados por los fotogramas de El octavo pasajero y Blade Runner: dos ejemplos míticos de un pasado en el que el autor de Los duelistas dominaba, con la varita de la genialidad, un género que con los años ha ido devaluándose merced al uso excesivo de los efectos especiales.