Daniel Radcliffe cambia la varita por los espíritus
La niebla cubre con su manto disperso las inmediaciones de una lustrosa mansión británica. Es un día en que los espectros de la campiña se asocian en un particular ritual demoniaco, para asustar a los vivos con sus máscaras mortuorias. Y entre los fantasmas de singular espanto y dotes para lo macabro sobresale la figura de La mujer de negro. El personaje creado por la escritora inglesa Susan Hill personifica un terrible misterio, una mancha en las vetustas y marmóreas conciencias de los ciudadanos de una aparentemente respetable localidad del Reino Unido, que deberá resolver un joven con el rostro de Daniel Radcliffe (Londres, 1989).
La veinteañera estrella de la saga de Harry Potter se aleja de Las reliquias de la muerte para probarse la ropa victoriana y decimonónica, en esta versión del libro The Woman in Black -obra de la mencionada Hill- que recrea para la pantalla grande el director James Watkins (Eden Lake). El barbilampiño ex mago de las novelas de J. K. Rowling encarna en esta cinta a un abogado con poca experiencia, que debe acudir a la apartada propiedad de una clienta para dejar arreglados todos los documentos referentes a su legado. Nada más llegar a su destino, el letrado descubre una extraña historia respecto a una señora que causa el pavor entre los habitantes de la comarca de Crythin, y que siempre aparece envuelta en ropajes de color tan oscuro como la sepultura de la que procede.
El veterano Ciarán Hinds (Munich) y Janet McTeer son algunos de los compañeros de reparto de Radcliffe, en esta aventura cinematográfica en la que el moreno intérprete tendrá la ocasión de demostrar que es capaz de alumbrar una carrera mucho más larga que su participación en los relatos del hechicero de la cicatriz en la frente. Un papel como el de Arthur Kipps, que le da pie para desplegar su potencial dramático a través del terror psicológico de inspiración gótica muy del estilo de la inmortalizada por autores como Wilkie Collins, es una inmejorable carta de presentación para convencer a los que pensaban que lo de Daniel con el séptimo arte era un simple pelotazo mediático.
Pero, aunque la versión de Watkins será -casi con total seguridad- la que mayor expectación genere debido a su cuadro escénico, esta trama macabra y trágica ya ha gozado de otras adaptaciones anteriores. Tal vez, la más destacable sea la televisiva que -bajo el título de The Woman in Black– se grabó en 1989, a las órdenes de Herbert Wise (el sabio realizador que ideó audiovisualmente la magnífica Yo, Claudio). En esa producción ochentera, Adrian Rawlins se ocupó de la parte de la que ahora se encarga Radcliffe; y en ella también aparecían los rostros de Bernard Hepton (The Contract) y de la eficaz e inquietante Pauline Moran, como La Mujer de Negro. Por su parte, los españoles también tuvimos la oportunidad de disfrutar del texto, en las tablas de un teatro con Emilio Gutiérrez Caba como cabeza de cartel.
Como es de esperar, el otrora niño de Harry Potter está poniendo toda la carne en el asador en su trabajo para el fantasmagórico filme de James Watkins; aunque el chico no se sentará a esperar los resultados entre sus fans, una vez estrene este largometraje. Tal aseveración la confirma el hecho de que el londinense ya esté preparando lo que puede convertirse en su próximo proyecto (si la falta de financiación no lo impide). Se trata de The Journey Is The Destination, una película que tiene pensado dirigir la cineasta Bronwen Hughes (Las fuerzas de la naturaleza).