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Camilla Läckberg regala a sus lectores un especial obsequio para pasar las vacaciones invernales: un spin-off de la saga protagonizada por Erica Falck, que lleva por título Tormenta de nieve y aroma de almendras (Maeva Ediciones).
El libro sigue una investigación llevada a cabo por el joven Martin Molin: colaborador habitual de Patrik Hedström, el marido de Erica.
El relato se completa con cuatro redacciones breves, interpretadas por personajes recurrentes de la serie literaria ambientada en Fjällbacka.
Si Agatha Christie tuvo la genial ocurrencia de situar en el mapa turístico de Inglaterra a la pequeña localidad de St. Mary Mead (cuna de la perspicaz Miss Jane Marple), Jean Edith Camilla Läckberg Eriksson (Suecia, 1974) ha conseguido algo similar con Fjällbacka.
Este enclave costero, muy cercano a la vecina Noruega, es el marco donde la escritora nórdica ha situado la totalidad de sus tramas lideradas por el matrimonio formado por la narradora Erica Falck y el policía Patrik Hedström. Un escenario que no le es ajeno a la creadora de bestsellers, ya que se trata del sitio en el que ella vino al mundo, hace cuarenta y dos primaveras.
Así, desde 2002, la tranquilidad marítima de Fjällbacka convive con la frenética actividad de los viajeros, ansiosos de pasear por los mismos lugares en los que Falck ha destapado cada uno de los populares complots criminales ideados por CL.
Aunque el último de ellos sucede a bastantes kilómetros distancia de la pintoresca villa…
Ajena al cosmos familiar de los Hedström, la acción de Tormenta de nieve y aroma de almendras sigue la pista de Martin Molin: el agente de la ley marcado por la tragedia, que trabaja al lado de Patrik.
Al comienzo del volumen, este joven policía decide pasar las navidades junto a sus parientes, los cuales residen en una isla cercana.
El intenso frío sobre la helada superficie vikinga hace de la estancia vacacional un auténtico calvario desde el inicio, aunque lo que más complica la situación es el aparente envenenamiento del patriarca: Ruben, el adinerado abuelo de Martin.
CAMILLA LÄCKBERG SE PERMITE LOS HOMENAJES OCULTOS
Sin claves oficiales sobre la inspiración real, usada para elaborar la historia del primer spin-off de la saga de Erica y Patrik, la responsable del popular texto de La princesa de hielo parece recoger lo sembrado por la gran dama del misterio: Agatha Christie.
A tenor de las similitudes entre el argumento situacional de Tormenta de nieve y aroma de almendras con Diez negritos y Asesinato en el Orient Express, es justo pensar en un velado homenaje por parte de la compatriota de Henning Mankell, hacia la maestra de Testigo de cargo.
Ambas señoras componen sus rompecabezas homicidas con la inteligencia detectivesca, que caracteriza a las obras destinadas a captar la atención del lector de principio a fin. Sin embargo, la distinta época experimentada por Läckberg hace que su prosa sea más lineal, como más impetuosa y efectista que la de Christie.
Mrs. ACh activaba mejor los mecanismos de las células grises, que reclamaba en todo momento el incomparable Poirot; mientras que el estilo de CL gana en asociaciones directas, necesarias para la posible adaptación de las tramas al formato audiovisual.
Semejantes fórmulas literarias convierten a Tormenta de nieve y aroma de almendras en un excelente reclamo y un atractivo entretenimiento, con el que alimentar la expectación ante la próxima aventura de Erica y Patrik.
Con casi total seguridad, el futuro caso del famoso matrimonio escandinavo ya sucederá en Fjällbacka, y con un killer de postín como inevitable motor del misterio.
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