Cabaret pone ritmo a Broadway
Cabaret desembarca su mundo de entreguerras en la sala neoyorquina Studio 54, desde la pasada primavera. Tras meses de representaciones, esta versión dirigida por Sam Mendes y Rob Marshall se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada.
La chica de Chelsea, la misma chispeante muchacha que puso en jaque a la Alemana de la República de Weimar, vuelve cada noche a hacer acrobacias sobre una silla.
Al son de sus tonadas cargadas con balas de sensualidad, el coro afila el flequillo y se ajusta medias de corista; mientras la oficialía nazi toma posiciones para el asalto electoral al gobierno de la nación.
Los locos años treinta, preludio del mayor genocidio de la Historia, acuden a su cita con el timbre ensoñador de Sally Bowles y las contorsiones del Maestro de Ceremonias; tal cual lo hicieron en el lejano 10 de noviembre de 1966, fecha en la que Cabaret se asomó por primera vez a una platea (acontecimiento efectuado en el Broadhurst Theatre de USA).
Casi cincuenta años después, el Studio 54 de Broadway (124 W. 43rd St) reverdece la brillantez rítmica del libreto elaborado a tres bandas por Christopher Isherwood (argumento), John Kander (partituras) y Fred Ebb (letras).
Alojamiento en la calle teatral por excelencia de Nueva York que corre a cargo de dos creadores tan afamados como Sam Mendes (Skyfall) y Rob Marshall (Chicago), encargados de la dirección artística y de las coreografías, respectivamente.
Un espectáculo que afronta su actualidad con dos nominaciones a los premios Tony y miles de entradas vendidas, datos que han convertido a la obra en una de las sensaciones de la temporada escénica en Estados Unidos.
CABARET Y EL DEBUT DE MICHELLE WILLIAMS
Con un derroche de medios de altura considerable-propiciado por la Roundabout Theatre Company-, esta adaptación musical del relato breve escrito por Christopher Isherwood (“Goodbye To Berlin”) aporta elementos novedosos y sorpresivos.
Para empezar, el elenco interpretativo lo encabeza Michelle Williams, en la piel de Sally Bowles: una joven actriz que –pese a acreditar una exitosa carrera en el mundo del cine, con títulos como “Brokeback Mountain” y “Mi semana con Marilyn“- debutaba en el vivo y el directo.
No obstante, la estrella del celuloide comprendió muy bien las lecciones aceleradas de Mendes y Marshall, destinadas a que ésta encendiera con su voz y movimientos desde el gallinero a los palcos. Precisamente, la energía desplegada por la norteamericana en canciones como “Money, Money” y “Mein Herr” fue muy valorada por la crítica y los aficionados. Y eso que el papel acreditaba la complicación añadida de haber portado con anterioridad el rostro y la personalidad de damas de rompe y rasga, como Liza Minnelli, Jill Haworth o Judi Dench.
Un ejercicio de sobresalientes resultados que se encargará de mantener en todo lo alto Emma Stone (“Criadas y señoras“), cuando la pareja de Spider-Man sustituya a Williams a partir del próximo mes de noviembre.
Aunque la participación de la protagonista no es lo único resaltable de un show con trazas de histórico; ya que, junto a ella, el resto del cuadro artístico demuestra unas virtudes excelentes para transportar a los espectadores a la Alemania del período de entreguerras. Casting que completan el talentoso Alan Cumming (Maestro de Ceremonias), Linda Emond (Fraulein Schneider), Danny Burstein (Herr Schultz), Bill Heck (Cliff Brandshaw), Aaron Krohn (Ernst Ludwig) y Gayle Rankin (Fraulein Kost).
A través de ellos, la añeja relación amorosa entre la ingenua bailarina del Kit Kat Klub y el intelectual asqueado por el ascenso del Nazismo renueva sus estribillos efervescentes, siempre en un volumen similar al orquestado por Bob Fosse, y exhibido en la célebre adaptación cinematográfica del musical (con la que Fosse se llevó ocho Oscar de la Academia de Hollywood, en 1973).
Vídeo del montaje de “Cabaret“, por la Roundabout Theatre Company
Más información y entradas en http://www.roundabouttheatre.org