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Brad Pitt es el protagonista de “Fury“, un filme que dirige David Ayer sobre un grupo de soldados durante el final de la contienda contra Hitler.
Hace siete décadas, los aliados consiguieron romper las líneas de ocupación alemanas a través de la playa Normandía.
Tal hecho acaeció durante el determinante 6 de junio de 1944, y se consideró el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Transcurridos setenta años desde esa legendaria operación, ni las arrugas ni los achaques de la edad han podido impedir que los supervivientes de la incursión volvieran a ese mítico enclave francés en 2014, sólo con el propósito de conmemorar el aniversario del evento.
Allí, con las pupilas puestas en el más allá, los antiguos militares recordaron a sus compañeros muertos en el Día D, agazapados eternamente tras montículos de arena húmeda, mientras las balas silbaban canciones de camposanto a su paso.
Fury, la película que dirige en Inglaterra desde el pasado septiembre David Ayer (Vidas al límite), no recoge exactamente los acontecimientos de ese 6 de junio quemado en pólvora y ahogado en sangre; aunque sí revive el crepúsculo del conflicto en el que tuvo lugar.
BRAD PITT PILOTA UN TANQUE SHERMAN
Ambientada en abril de 1945, la historia del filme (cuyo rodaje se ha desarrollado en escenarios naturales de Reino Unido y en los célebres y también británicos Pinewood Studios) sigue las andanzas de un grupo de soldados con la misión de introducirse en el peligroso corazón de la entonces renqueante Alemania nazi.
Y, como jefe de la cuadrilla, se encuentra el sargento Wardaddy (extraño juego de palabras), un tipo de cigarrillo continuo y cejas en penumbra al que da vida el solicitado Brad Pitt.
El marido de Angelina Jolie repite experiencia profesional al grabar de nuevo una película que tiene lugar durante la Segunda Guerra Mundial, una epopeya vestido de verde que ya probó con notables resultados en Malditos bastardos (Quentin Tarantino, 2009).
Sin embargo, la perspectiva de la obra de Ayer dista bastante de la recreada por el responsable de Pulp Fiction.
Interesado en mostrar los desajustes emocionales y humanos de un enfrentamiento bélico a nivel planetario, el realizador de Sin tregua ha elaborado un producto que pretende seguir -en cierta forma- la estela de los cocinados por maestros como Samuel Fuller (Uno rojo, división de chopque), Steven Spielberg (Salvar al soldado Ryan) y Sam Peckinpah (La cruz de hierro).
Todo ello sustentado por un guion elaborado por el mismo Ayer, en el que las consecuencias de la devastación bélica son más importantes a nivel argumental que establecer un documento fidedigno y milimétrico de la situación en el Viejo Continente en abril de 1945.
A tal efecto, el cineasta sube a los protagonistas a bordo de un tanque Sherman (en realidad se trata de un Tiger 131, procedente del Bovington Tank Museum); recurso que le sirve para enlazar de manera afectiva (casi familiar) al quinteto de combatientes que se halla en el interior del carro acorazado.
Un vehículo de robusto armazón en el que Brad Pitt hace sitio para que se acomoden compañeros tan taquilleros como Logan Lerman (Noé), Shia LaBeouf (Nymphomaniac) y Scott Eastwood (hijo de Clint y de Jacelyn Reeves, quien debutó en pantalla grande al lado de su progenitor, en la movie Banderas de nuestros padres).
Sony Pictures ya ha filtrado el próximo 14 de noviembre como posible fecha del estreno de Fury (nombre del tanque que aparece en el largo).
Lapso de espera que, una vez cumplido, mostrará a los espectadores si el carisma de Mr. Pitt sigue levantando pasiones femeninas con el uniforme a punto.
Más información en http://www.sonypictures.com
