Arturo Pérez-Reverte inicia una nueva saga
Arturo Pérez-Reverte planea por la confusa Europa de los años treinta, con una novela de tinta tabaquera y nocturna titulada Falcó (Alfaguara).
El texto, que llegará a las librerías el próximo 19 de octubre, bebe en las fuentes del género clásico del espionaje en blanco y negro; el mismo que alumbró obras maestras del cine como Casablanca y El tercer hombre.
La historia del esperado relato se sitúa en la España de 1936, cuando el antiguo contrabandista de armas Lorenzo Falcó es requerido para una peligrosa misión.
No hace ni cien años, el Viejo Continente fue la guarida perfecta del Anticristo.
Ocultos entre los callejones y cegados por los grises insondables de la desidia humana, el crimen y la traición se convirtieron en los protagonistas de la rutina ciudadana y política, mientras el miedo angustiaba las acciones de los que pretendían luchar con heroicidad contra los totalitarismos reinantes.
Lorenzo Falcó nunca quiso engrosar la nómina de esos valerosos soldados en pos de la libertad y de la justicia, ya que sus motores jamás encendieron gasolina que no le reportara un beneficio claro a sus intereses personales. Sin embargo, dentro de ese cinismo definitorio, el personaje creado por Arturo Pérez-Reverte es capaz de hacer triunfar causas que ennoblecerían a cualquier individuo.
Así es la nueva estrella literaria del padre de Alatriste: un hombre asolado por la constatación de un egoísmo sincero e inflexible, al que siempre acompaña una buena pistola para espantar las amenazas que se le presentan a lo largo de sus aventuras de gabardina, sombrero calado y cigarrillo colgante.
Concebida como el inicio de una futura saga literaria, Falcó ha dado la oportunidad a su autor para bucear en un período histórico que le fascinaba desde hacía tiempo, y que únicamente había podido tocar tangencialmente con la trama de El tango de la guardia vieja.
Arturo Pérez-Reverte crea un espía muy español
Aunque a primera vista podría parecer que Pérez-Reverte ha tomado como inspiración las novelas de James Bond, el escritor nacido en Cartagena ha dejado claro en las entrevistas concedidas que se trata ante todo de un personaje muy enraizado con la cultura de la Península Ibérica, como un Curro Jiménez sin la rabia en sus entrañas del bandolerismo romántico.
Falcó es un jerezano de buena familia, al que siempre le fueron el lujo y la vida fácil. Más conquistador que simpático, el tipo maneja un machismo de coctelera y confeti, similar al de los jóvenes con pedigrí de los años treinta y cuarenta.
No obstante, pese a tal pátina de voluntariosa insolidaridad, Lorenzo se ve inmerso en un sinfín de situaciones arriesgadas, promovidas por su ocupación como agente secreto. Y en ese traje profesional es en el que los lectores conocerán al peculiar antihéroe, cuando el individuo es requerido para acompañar en un viaje a los hermanos Montero y a Eva Rengel, durante el difícil otoño español de 1936.
Realista y emocionante, Falcó es una narración de acción presurosa y envolvente, enriquecida por algunos de los recuerdos de Reverte como reportero de guerra, y que le han servido para dotar de verosilimitud muchos de los escenarios por los que mueve el protagonista. Tenues fogonazos memorísticos de cigarrillos carbonizados ante el auge del Nazismo, el Fascismo y el Franquismo.