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Alfonso Cuarón vuelve a rodar en la urbe donde nació, para narrar los años de guerra sucia coincidentes con el gobierno de Luis Echevarría Álvarez, y que dieron como resultado la matanza estudiantil del 10 de junio de 1971.
Roma, título escogido por el responsable de Gravity debido a su sentido icónico, centra su historia en una familia de clase media, residente en las violentas calles de Ciudad de México a principios de los complicados años setenta.
Cuarón intenta recuperar con esta obra la capacidad para congelar atmósferas sudorosas, y para matizar el vertiginoso aroma del miedo colectivo e individual.
Los fotogramas de Alfonso Cuarón adquieren la contundencia de las heridas palpitantes cuando recrean los paisajes más agrestes de su país natal; compuestos normalmente por colores saturados a base de calor anímico, y por la pérdida voluntaria de la cordura.
En realidad, es como si a través de los píxeles de la filmografía mexicana de AC se concitara una fuerza extraña y misteriosa, que la industria millonaria de Hollywood amortiguó un poco, con sus desafiantes presupuestos y su apabullante mercadotecnia activa.
Nada más pisar el territorio donde el cineasta vino al mundo hace cincuenta y seis años, el responsable de Hijos de los hombres ha vestido rápidamente su mirada de esas sensaciones al borde el abismo situacional, con las que arropó cintas tan valoradas como Y tu mamá también.
Y con ellas ha nutrido el guion de Roma, escrito a través de la rabia desatada ante los crímenes sin resolver.
El enorme plató que supone la poliédrica Ciudad de México sirve de decorado generacional y humano, para reflejar la caída a los infiernos sociales de la nación de Pancho Villa, durante la década de los setenta.
Primero con el mandato de Gustavo Díaz, y luego con el de Luis Echevarría; el país centroamericano vivió una situación de miedo en las calles, debido a las matanzas soterradas ante cualquier tipo de oposición al régimen presidencial.
Una realidad que estalló con las marchas estudiantiles del 10 de junio de 1971, las cuales acabaron con una carnicería masiva de manifestantes, perpetrada por la acción salvaje y homicida del grupo paramilitar conocido como Los Halcones.
ALFONSO CUARÓN ENARBOLA SU PANCARTA
Los sanguinarios hechos descritos entran de lleno en el período que cubre Roma, aunque el director y su equipo no den la más mínima pista sobre el tema exacto del esperado filme; por lo menos hasta su estreno, previsto para 2018.
No obstante, y a pesar del secretismo oficial para no desvelar cualquier fleco argumental a los periodistas, sí parece claro que el libreto ideado por el propio Cuarón se acerca con coraje a los asesinatos ocurridos en la llamada Masacre del Jueves del Corpus.
Un hecho de trágica naturaleza, que golpea fuertemente a los miembros de la familia protagonista de la movie.
Marina de Tavira (Efectos secundarios), la debutante Daniela Demesa, Marco Graf y Yalitza Aparicia son algunos de los actores que completan el elenco artístico de esta película, que Cuarón define como “valiente“, después de haber despertado el adormecido el león de la denuncia a golpe de cámara, que parecía domesticado con su estancia en Estados Unidos.
Sin duda, una vez estrenada Roma, será interesante comparar los mimbres de este vibrante drama familiar con La tormenta de hielo: la crónica de un clan estadounidense en los setenta, rodada por Ang Lee en 1997.
Ambas cintas están ambientadas en una época similar, y las dos lubrican sus escenas con el perfume de la disidencia política. Sin embargo, seguro que las distancias entre los dos universos resultantes son diametralmente diferentes…
