Aidan Turner cambia Poldark por el misterio clásico
Aidan Turner regresa a Cornwall, el lugar donde rodó el remake de Poldark, para ponerse el frente de And Then There Were None. Una miniserie de tres capítulos que produce BBC, según la homónima obra de Agatha Christie.
Una irónica canción infantil dio pie para una de las piezas literarias más conocidas en el planeta, un texto que adquirió relevancia a partir de su título: And Then There Were None (Diez negritos, en España). La responsable de tal prodigio de imaginación y fantasía fue la novelista británica Agatha Christie (Torquay, 1890- Wallingford, 1976), quien armó con los ingredientes del mejor suspense una trama que generaba la adicción de los lectores desde la primera página.
El famoso best seller tiene a su favor la aparente simplicidad de su planteamiento y desarrollo. En él, una decena de personas son invitadas a una isla apartada, situada en la costa de Devon (al sur de Inglaterra). Los anfitriones están ausentes, pero las inclemencias temporales y la curiosidad latente hacen que los comensales no se marchen inmediatamente. Sin embargo, su permanencia en Soldier Island vendrá acompañada de los correspondientes asesinatos de cada uno de los comparecientes a la siniestra velada. Eso sí, cada crimen está convenientemente escenificado según la tonada que da nombre al libro.
La popularidad de esta historia, junto a la celebración del 125 aniversario del nacimiento de su creadora, ha animado al canal BBC One a rescatar el siniestro argumento, mediante una miniserie de televisión que reúne un reparto más que brillante en torno a la citada trama homicida, publicada originalmente en 1939.
AIDAN TURNER DOTA DE FÍSICO AL AVENTURERO PHILIP LOMBARD
Fiel incluso en la ambientación del período de entreguerras en el que transcurría el texto de Christie, la producción de la cadena pública de Reino Unido despliega su poderío visual en torno a los paisajes inigualables y agrestes de Cornwall. En ese hábitat de naturalezas salvajes y ecos de contrabandistas, el director Craig Viveiros ha traducido a imágenes en movimiento la inteligente adaptación elaborada por Sarah Phelps.
A través de tres episodios de algo más de una hora de duración cada uno de ellos, los espectadores tendrán la oportunidad de toparse con el maquiavélico juez Lawrence Wargrave (Charles Dance), la solterona Miss Emily Brent (Miranda Richardson), el amargado doctor Edward Armstrong (Toby Stephens), el duro general en la reserva John MacArthur (Sam Neill) y el ligón de altos vuelos Anthony Marston (Douglas Booth).
Un elenco al que pone el punto de chispa aventurera el icónico Philip Lombard, que adquiere en la pantalla el rostro el actor irlandés Aidan Turner. El mediático Ross Poldark que tomó el testigo del mítico Robin Ellis es el encargado de meterse en la piel de un protagonista dibujado con los puntos oscuros de la posible culpabilidad, y que antes que él caracterizaron –entre otros- Louis Hayward y Oliver Reed.
Verosímil, y con el desbocado sentido del suspense, And Then There Were None toma lo mejor de las versiones precedentes; es decir, el desencadenante melodramático de la película de René Clair de 1945, el componente teatral de la cinta de George Pollock de 1965, y el apego estelar de la movie de Peter Collinson grabada en 1974.
Con estos propósitos, Diez negritos vuelve a deshojar la margarita de quién es el asesino; y lo hace con la misma capacidad de enganche que enarboló en 1939, sin el desgaste de haber sido una narración disfrutada ya por miles de personas.
Virtud que la obra ideada por ACh mantiene sin problemas, debido sobre todo a su prosa vertiginosa y sin estridencias innecesarias; lo que le ha regalado el honor de convertirse en una de las novelas más admiradas de todos los tiempos.
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