Adornos florales e impresionistas visten la Villa y Corte

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"Casa en Ruell", de Edouard Manet
"Casa en Ruell", de Edouard Manet

La naturaleza en su estado de aparente mansedumbre, con colores rebosantes de descomposición onírica y contradictoria, fue un tema recurrente en muchos de los artistas de finales del siglo XIX y de las vanguardias precedentes del período de entreguerras. Las paletas a disposición de la fusión entre el hombre y la creación vegetal, como si de una reunión pretendidamente divinizada se tratara, obsesionó a impresionistas, fauvistas y hasta a algún que otro adalid de la abstracción.

"El Hermitage en Pontoise", de Paul Cézanne
"El Hermitage en Pontoise", de Paul Cézanne

El Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid recuperan -en una titánica exposición- esa pasión por la ornamentación selvática; y proponen un recorrido de unas ciento cuarenta piezas maestras, en el que queda de manifiesto la belleza controlada a la que se rindieron pintores como Camile Corot, Joaquín Sorolla o Pierre-Auguste Renoir.

"El gran jardín", de Pierre Bonnard
"El gran jardín", de Pierre Bonnard

La muestra, concebida como si se transmutara en un laberinto de hojas y ramas en alguna mansión campestre situada al sur de Francia o en la verde campiña inglesa, inicia su viaje en las salas del Thyssen, con las primeras aproximaciones al tema. Casi bodegones de marchita eternidad componen estos lienzos de espátula y aceite, en los que el concepto existencialista se escapa con la facilidad con la que caen los pétalos de las flores. Tras ellos, las magnas y más complicadas aproximaciones de los propiamente llamados impresionistas dan una idea del gusto de los decimonónicos por los espacios libres, adornados con las salpicaduras de extrañas plantas procedentes de lugares tan exóticos como África y Asia. En este apartado, mención individualizada la merece el gran maestro del movimiento Claude Monet, quien con su popular jardín de Giverny, en París, concretó las propuestas que sus correligionarios solamente se atrevieron a reflejar al calor de las tinturas, y con la imaginación del voyeur ávido de emociones visuales realmente alentadoras.

"Lotus lillies", de Charles Courtney
"Lotus lillies", de Charles Courtney

Escenas de paseos entre caballeros galantes y damas casaderas, juegos inocentes de seducción arropados por las sombras de árboles deudores de la historia más lacerante o campesinos labrando lo que significaba un modo de sometimiento a la tierra baldía forman parte del imaginario que compone esta imponente exhibición con la que, sobre todo en estos de ecologismo de cartera y de boquillas medio abiertas, todo hijo del Edén desvirtuado se tendría que reconciliar.

"La partida de croquet", de Edouard Manet
"La partida de croquet", de Edouard Manet

“Jardines impresionistas” se puede visitar en el Museo Thyssen (Paseo del Prado, 8) y la Fundación Caja Madrid (Plaza de San Martín, 1), hasta el próximo 13 de febrero.

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