Wladyslaw Strzeminski, Katarzyna Kobro y el lenguaje de los objetos
Wladyslaw Strzeminski y Katarzyna Kobro inundan la tercera planta del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, con sus arriesgadas propuestas de Arte absoluto.
La pareja es objeto de una amplia muestra en la que se exhiben sus trabajos más relevantes, sujetos a procesos de experimentación continua.
La institución madrileña descubre a los visitantes el mundo vanguardista y combativo de este par de creadores, nacidos en las entrañas de la U.R.S.S.
Los ecos de la Revolución de Octubre adquirieron tonalidades de vanguardia, a través de las elocuentes obras de Strzeminski y Kobro.
Desde el caballete y el plinto, este matrimonio de artísticas alianzas lideró el talento de muchos de los creadores alineados en torno a las ideas marxistas; y consiguió introducir en los países del bloque soviético las propuestas modernas, nacidas al calor de la bohemia francesa y la agresividad cromática centroeuropea.
En el currículum de Strzeminski y Kobro subyacen el pulso del minimalismo, la esencia primigenia del reduccionismo y el esqueleto enérgico de un constructivismo basado en la concepción del Arte como sociedad.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) rinde cumplido homenaje a estos precursores de tendencias, por medio de una vasta selección de algunos de sus trabajos más conocidos, fechados en el período comprendido entre 1910 y 1950.
Un curso profesional y vitalista en el que se produjo la Gran Guerra, la revolución leninista, el derrocamiento del zar , la Segunda Guerra Mundial, las purgas stalinistas y la Guerra Fría.
WLADYSLAW STRZEMINSKI Y KATARZYNA KOBRO COMO AGLUTINANTES
Pintura, escultura, arquitectura y diseño gráfico e industrial; el campo multidisciplinar de WS y KK es como un caleidoscopio de formas y sugerencias precisas, en torno a las ideas atomizadoras de la expresión plástica; como si marcaran un duelo mortal entre el espacio y la materia.
Dentro del manual particular de la pareja, la obra debe alcanzar la coherencia interior, para luego transmitirla a los espectadores con un discurso rompedor y claro. En caso contrario, la belleza por sí sola muere en la vacuidad y el silencio.
El Arte era para Wladyslaw y Katarzyna un vehículo de transformación con el que cambiar el mundo, siempre sujeto a las metamorfosis producidas por la experimentación.
Según esa máxima, el ingenioso tándem nacido más allá de los Urales elaboró tesis de estructuración milimétrica de los componentes de un lienzo o una escultura. Fórmula activa con la que las piezas se convertían en altavoces de las necesidades de las mujeres y los hombres, eternamente influenciadas por la evolución histórica de la humanidad.
Esto generó que las propuestas del matrimonio variaran en función de la realidad que les tocó vivir. Un vaivén de inspiraciones que cubrieron un amplio arco de influencias; en el que prestaron atención a las espectaculares lentes de gente como Kazimir Malevich, al tiempo que abrían tentáculos de reserva para los accesos constructivistas del Grupo Blok y del Grupo Praesens.
El laberinto artístico diseñado por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el experto Jaroslaw Suchan (Director del Museo Sztuki de Lodz, en Polonia) se deja pocas cosas en el tintero; y en su paisaje multicolor de líneas y abstracciones coherentes hay incluso sitio para las evocaciones nostálgicas y consistentes de maestros como Piet Mondrian, Theo van Doesburg y Filippo Tomasso Marinetti. Así como recuerdos emotivos a la legendaria Bauhaus.
Todo un viaje de enriquecedoras profundidades, en el que surge con luminosidad diamantina el talento compartido de este par de imaginativos amantes de los lenguajes plásticos, llamados Wladyslaw Strzeminski y Katarzyna Kobro.
Nota.- La exposición Prototipos vanguardistas estará abierta en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el próximo 18 de septiembre de 2017.
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