El pesimismo existencial, que acompañaba habitualmente los textos del autor de Jude the Obscure, parece ser una estación de paso deseable en la prolífica mente creativa del director de Código 46. Las habitaciones en penumbra cargadas de misticismo y sincera autodestrucción -por las que se tambalearon las frágiles sombras del sufrido Angel Clare, la ingenua Tess o el insensible Alec D’Urberville– se han convertido, para el filmador británico, en lugares de encuentro matrimonial entre el objetivo de la cámara y la pasión interpretativa. Desde que en el año 2000, Michael Winterbottom (Blackburn, Lancashire, Inglaterra, 1961) adaptara libremente El mayor de Casterbridge –obra de Thomas Hardy que el realizador tituló El perdón– este alumno aventajado de la sólida escuela audiovisual de la BBC no se había cruzado curricularmente con otro texto del novelista de los poemas de Wessex. Cosa que el narrador cinematográfico pretende remediar en 2012.
Algo más de dos lustros después del estreno de The Claim –protagonizada por Wes Bentley y Peter Mullan-, el responsable de 24 Hour Party People vuelve al universo del melancólico y profundamente humano literato de la lengua de Shakespeare, para rescatar una de sus historias más conocidas: Tess of the D’Urbervilles (publicada originalmente en 1891).
Winterbottom parte del argumento narrado por Hardy; pero le da la vuelta a su manera habitual. Si en El perdón la acción la trasladó de la clasista y cruel Gran Bretaña del siglo XIX a las montañas nevadas del Oeste estadounidense; ahora planea versionar las desgracias de la muchacha provinciana, que responde a la identidad de Tess, en la India. Para empezar, el creador nacido en Lancashire se propone un cambio radical -aunque no de esencia- al modificar aspectos circunstanciales como el nombre de la protagonista -a la que bautiza como Trishna-. A la par que las alteraciones complemetarias de algunos aspectos de los personajes principales, en esta producción la trama cuenta el devenir romántico de la hija de un conductor de riskshaw (los taxis con motor humano que pululan por las calles del país de Gandhi), en vez del sufrimiento sentimental de una campesina anglosajona. La joven en el guion de MW se enamora perdidamente de un chico cuyo padre posee una exitosa empresa, que sustituye al noble rural del libro. Así, el director europeo pretende actualizar un relato que ha conocido anteriormente adaptaciones más que sobresalientes.
Quizá, la más celebrada a nivel planetario sea la que llevó a cabo Roman Polanski, en 1979. El artista del celuloide -parisino por alumbramiento y polaco de adopción- firmó una intensa visión de las páginas manuscritas por el autor natural de Higher Bockhampton, con Tess: una cinta que ganó tres Oscar en 1981 y optó a las estatuillas de importancia, como las relativas a la Mejor Película y al Mejor Director. La por entonces emergente Nastassja Kinski encarnó a la heroína, con el misterio de su físico de belleza innegable y profunda mirada. La hija de Klaus construyó uno de los más perfectos trabajos de su -lamentablemente irregular- periplo profesional; aunque tampoco andó coja la labor de los británicos Peter Firth (como Angel Clare) y Leigh Lawson (Alec d’Urberville).
En el terreno cinematográfico, el largometraje de Polanski es lo más llamativo que se ha proyectado en una sala con respecto al visceral y sorprendente manuscrito de Hardy; y eso que existe un largo de 1913 titulado Tess of the D’Urbervilles (grabado por Searle Dawley). Sin embargo, la televisión sí ha sido prolífica en buenas adaptaciones centradas en el trágico destino de la chica decimonónica, que acababa sus días colgada de una soga. En concreto, dos miniseries son las que se llevan la palma. Ambas bautizadas como el volumen impreso, la primera fue filmada en 1998, bajo la batuta rectora de Ian Sharp, y con Justine Waddell, Jason Flemyng y Oliver Milburn encabezando el elenco interpretativo. Con respecto a la segunda, la producción data de 2008 y cuenta con actores tan interesantes como Gemma Arterton (Furia de titanes), Eddie Redmayne (Los pilares de la tierra) y Hans Matheson (Alejandro Magno).
Winterbottom parece apreciar el descarnado legado del responsable deThe Return of the Native; algo que honra a un realizador que, a pesar de generar tantos detractores como fans ante sus apuestas audiovisuales, tiene la peculiaridad de no dejar al público sumido en la indiferencia. No obstante, antes de acometer el reto de Trishna, este profesional del séptimo arte deberá acabar el rodaje de Seven Days (thriller para Channel 4, que reúne en el reparto a Shirley Henderson, John Lynch y John Simm) y de la extraña y reflexiva Bailout (guion que recrea el best seller The Finalcial Lives Poets, texto de Jess Walter sobre un periodista financiero reciclado a la fuerza, que tiene previsto interpretar Jack Black).
En cuanto al cuadro dramático evaluado para la visión india de Tess, el cineasta de cincuenta primaveras tiene en la cartera de los contratables a la espectacular Freida Pinto (la actriz estrena en agosto Rise of the Planet of the Apes, y tiene pendientes la esperada epopeya mitológica Inmortals y la aventura arábiga de Jean-Jacques Annaud Black Gold) y al londinense Riz Ahmed (este intérprete de ascendencia asiática empezó a ser conocido tras su aparición en Centurión, y su agenda indica que coincidirá con Pinto en el plató de Black Gold).