Will Ferrell atesora una vis humorística fuera de toda duda, perfilada mediante una galería de personajes macerados por la argamasa de los comportamientos revolucionados y chistosos. Característica artística, que ha granjeado a este espigado profesional de las cámaras el honor de ser el nuevo Chevy Chase, dentro del cine made in USA.
Con semejantes credenciales, se podría pensar que Ferrell no era el más adecuado para protagonizar una película como Downhill: una crónica ácida y sarcástica sobre el papel de un supuesto cabeza de familia, cuando se enfrenta a una situación de grave riesgo para la existencia de sí mismo y de su clan.
Sin embargo, Nat Faxon y Jim Rash (directores y coguionistas de Downhill) no opinan lo mismo, respecto a la floja idoneidad del gesticulante WF para meterse en el rol principal de la movie; ya que ambos no dudaron ni un instante en ver a Will como el ideal Pete Stanton: el tipo que abandona a su esposa e hijos en Los Alpes, nada más producirse una avalancha que amenaza la integridad física de todos ellos.
El británico Jesse Armstrong (Succession) se hace cargo del libreto -junto a Faxon y Rash– de esta revisión de la producción sueca Fuerza mayor (Ruben Östlund, 2014); obra que alcanzó notable éxito de crítica y público debido a la sorprendente historia que narraba, y que surgió de una inspiración más o menos tomada de un hecho real.
Will Ferrell lidera el cuadro dramático de Downhill, acompañado de la sólida presencia de Julia Louis-Dreyfus (Seinfeld), Miranda Otto (Las dos torres), Giulio Berruti (Walking on Sunshine) y Julian Grey (Godless), entre otros.
WILL FERRELL ASUME EL MIEDO A LA MUERTE
La acción de Downhill transcurre en Los Alpes. Allí acuden los Stanton: una familia aparentemente feliz, con ganas de pasar unas vacaciones inolvidables, acompasadas por muchos selfies alocados y experiencias placenteras con la nieve y el esquí.
El ambiente que corre entre Pete (Will Ferrell), Billie (Julia Louis-Dreyfus) y sus pequeños les anima a olvidarse de los días de rutina laboral, y de los problemas de su lugar de origen. Pero un acontecimiento fortuito modifica todos los planes del clan al completo. Un trágico episodio relativo a una terrorífica avalancha.
En medio del caos, el padre de los Stanton desaparece sin dejar rastro, olvidando a sus queridos hijos y a su esposa abandonados a su suerte.
Los hados protegen a la cónyuge de Pete y a sus vástagos, y estos escapan a la muerte bajo toneladas de nieve. Sin embargo, algo se ha roto en los escasos minutos que ha durado la que podría haber sido una auténtica tragedia humana: la confianza y el lazo que les une al que pensaban que era el hombre que lucharía contra los elementos por preservarlos de cualquier mal.
Faxon y Rash ilustran este singular argumento con una mezcla entre comedia y drama, que contribuye a potenciar los aspectos más polémicos de una historia de por sí destinada a la reflexión profunda.
Östlund consiguió con Fuerza mayor poner bajo la lupa de los análisis de vulnerabilidad latente el ambiguo sentido de lo que significa ser el “cabeza de familia” en las sociedades contemporáneas; algo que lubrica el desarrollo de Downhill, y que coloca en el punto de mira la fragilidad de las colectividades patriarcales.
Tráiler oficial de Downhill, por Fox Searchlight