Spielberg bendice a Mangold

El director responsable de las cuatro primeras entregas de Indiana Jones cede el testigo a James Mangold (En la cuerda floja), en "Indiana Jones y el dial del destino": la nueva aventura protagonizada por el arqueólogo caracterizado por Harrison Ford, quien ahora se enfrenta a un grupo de nazis protegidos por el gobierno de USA, después del final de la Segunda Guerra Mundial.

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Spielberg
Steven Spielberg y George Lucas participan en el film como productores ejecutivos

Spielberg y George Lucas conformaron hace algo más de cuatro décadas un tándem talentoso y genuino, unidos a la capacidad narrativa de Lawrence Kasdan y a la imaginación proyectiva de Philip Kaufman. Ellos fueron los pilares artísticos y creativos -en el lejano 1981– de En busca del arca perdida: la película inaugural y la mejor de la saga protagonizada por el arqueólogo y profesor universitario llamado Indiana Jones.

La fórmula de aprovechar el clasicismo de las historias de espionaje con nazis de por medio dio alas a una producción espectacular, cuyo guion incluía el misterio insondable y eterno que oculta el arca de la alianza. Tras un comienzo tan fulgurante, propiciado también por la colaboración de un actor tan solvente en semejantes lides como Harrison Ford, Indiana Jones y el templo maldito (1984) contribuyó a reforzar al héroe del látigo y el sombrero. Un díptico que contó con un tercer episodio a la altura de sus precedentes cinematográficos, titulado Indiana Jones y la última cruzada (1989). Esta trilogía, dirigida por Steven Spielberg, supo cómo equilibrar un concepto sorprendente de la acción, con generosas dosis de romanticismo y un humor socarrón y envolvente.

Sin embargo, el parón producido entre la ingeniosa movie La última cruzada e Indiana Jones y el reino de la calavera del cristal (2008) reveló que algo había cambiado con el paso de las décadas. Harrison Ford ya no se mostraba excesivamente creíble en la curtida piel del arqueólogo nominado como su perro, y la época de la Guerra Fría tampoco se ajustaba muy bien a las exigencias de un relato que había reventado las taquillas subido a los espectrales lomos del dominio asesino del Tercer Reich.

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal supuso, por las causas reseñadas y otros fallos estructurales y argumentales, uno de los mayores fiascos profesionales de Steven Spielberg; y ya nada volvió a ser lo mismo en el universo de Indiana Jones. Tal fue el revés mediático, que el responsable de Tiburón se retiró pronto de la silla de director en esta quinta entrega, para intentar mejorar las sensaciones con el pulso esperanzador de James Mangold (Logan).

De esta manera, Indiana Jones y el dial del destino se erige como un renacimiento de una franquicia legendaria. Una vuelta de tuerca que se ha teñido de nostalgia iconográfica, con el anuncio de Harrison Ford relativo a que se trata de la última cinta en que la estrella de Blade Runner encarne al heroico personaje diseñado por la cabeza de George Lucas, hace ahora más de cuarenta años.

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“Indiana Jones y el dial del destino” supone un nuevo comienzo de la franquicia iniciada con “En busca del arca perdida”

Muchos son los cambios en esta famosa y millonaria pentalogía. La primera de esas modificaciones, y no por ello baladí, es la sustitución de Paramount Pictures por Disney, con todo lo que ello conlleva en asuntos de ingeniería mediática. Con ese movimiento, resulta comprensible esperar una ligera metamorfosis en la estética y en el argumento de esta quinta parte, con respecto a las otras cuatro.

Junto a la sustitución de la empresa audiovisual responsable de la obra, quizá la incorporación más importante resida en la inclusión de papeles nuevos, pensados para marcar la senda de la serie cinematográfica en este siglo XXI. Roles como el de la ahijada del profesor Jones (Helena, a quien encarna la británica Phoebe Waller-Bridge) y el de la aguerrida agente Mason (Shaunette Renée Wilson). Unos raíles humanos que reclaman la importancia femenina en esta saga, la cual parece encaminarse a su conclusión (por lo menos, como la conocen los espectadores).

SPIELBERG DEJA QUE JAMES MANGOLD RECUPERE LA FRESCURA DE LAS PRIMERAS ENTREGAS

Ambientada en 1969, Indiana Jones y el dial del destino sitúa su trama en plena carrera espacial. En esos momentos, el gobierno de la nación de las barras y estrellas se encuentra obsesionado con mantener a raya a los soviéticos, y ganar al bloque comunista en la conquista del universo. Esta es la razón principal por la que que la NASA aprovecha la ayuda de los científicos nazis, huidos de Alemania tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial.

Uno de estos seguidores de Hitler damnificado por la Casa Blanca es Jürgen Voller (Mads Mikkelsen): un inteligente investigador integrado en el equipo de la NASA, quien alberga unos siniestros planes de resurgimiento del poder de la esvástica. Solo Indiana Jones es capaz de parar los pies a la peligrosa organización que lidera Voller. Un trabajo en el que recibe la ayuda de su ahijada Helena, su amigo Renaldo (Antonio Banderas), el excéntrico Basil (Toby Jones) y el simpático Sallah (John Rhys-Davies repite en el rol del colega árabe de Indiana, después de sus apariciones en En busca del arca perdida y en La última cruzada).

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Spielberg no quería que Harrison Ford fuera rejuvenecido mediante la tecnología informática

Rodada en Estados Unidos, Gran Bretaña y Marruecos, Indiana Jones y el dial del destino repite el esquema de los capítulos precedentes, centrado en persecuciones vertiginosas, efectos visuales cargados de espectacularidad, constantes giros de guion, traiciones sorprendentes y banda sonora atronadora y nostálgica (en este tiempo, hay pocos que no recuerden las notas definitorias y en crescendo de la composición original de John Williams).

Tras quemar cuatro décadas en las pantallas sin problemáticos síntomas de cansancio, el arqueólogo más genuino de la pantalla parece afrontar su adiós definitivo, con un film de los que intentan provocar la emotividad experiencial de los fans, a través de los rasgos faciales del genuino Harrison Ford (Spielberg no quería que el actor fuera rejuvenecido con técnicas informáticas, aunque no ha conseguido evitar lo que él consideraba un riesgo innecesario). No obstante, y a pesar de la intención de Ford de abandonar la franquicia, nadie puede aventurar si la saga continuará su curso, aunque no cuente con el octogenario Han Solo para mantener el GPS artístico alerta.

Nota: Indiana Jones y el dial del destino tiene prevista su fecha de estreno para el 30 de junio de 2023.

Más información en

https://www.disneystudios.com/

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