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Seurat, el genio que impulsó el Puntillismo desde la retaguardia del Neoimpresionismo, conquista la Quinta Avenida de Nueva York con sus payasos y arlequines.
Seurat’s Circus Sideshow es el título de la extensa muestra, que el Metropilitan Museum dedica al famoso creador francés hasta el próximo 29 de mayo.
A partir del monumental cuadro Actuación circense (1887-1888), la institución ubicada en la urbe del Empire State Bulding orquesta un recorrido a través de las influencias y los logros técnicos que inspiraron el trabajo del llamado maestro del color.
Un fondo oscuro, casi como de barroquismo circular, asalta las figuras en su aparente tranquilidad cotidiana. Mientras, en la escena comparece un grupo de personas con máscaras de falsa humanidad, teñidas por el amargo fulgor de las derrotas existenciales voluntarias y anunciadas.
Así es como George-Pierre Seurat (París, 1859- 1891) concibió la impactante obra titulada Actuación circense: una imagen colectiva, en la que puede traslucirse buena parte de la psicología a golpe de paleta acuñada centurias antes por genios del caballete como Velázquez y Caravaggio.
Las muecas de los personajes de la mencionada secuencia, imperceptibles por el difuminado de los detalles, indican un misterio insondable, que está más allá de las asociaciones simplistas; y que tiene que ver con los profundos cambios sociales acaecidos en Francia a raíz de las revoluciones de 1830 y de 1845.
En la tela hay bastante desapego a la alegría del cabaret, y lo que queda es la nostalgia de los caminos adobados con el mercantilismo militante.
Este cuadro, perteneciente a la colección del Museo Metropolitano de Nueva York, es el nexo de unión de la exhibición titulada Seurat’s Circus Sideshow. Un viaje propuesto por los expertos Richard Thompson y Susan Alyson a la tierra de los espectáculos sombríos; aliñados con ilustraciones en papel de periódico, carteles de concepción artística, y dibujos amplificados por las lentes de los entretenimientos de significado poliédrico.
SEURAT Y SU NECESIDAD DE EXPERIMENTACIÓN
George-Pierre Seurat elaboró Actuación circense con apenas 29 años. Precocidad que el talentoso fundador del Puntillismo aceleró en lo posible, debido al poco tiempo que permaneció en el mundo de los vivos (murió antes de cumplir 32 inviernos).
Amante de la aplicación científica a los procesos lumínicos, esta pieza es una de las más extrañas de cuantas configuran el canvás curricular del parisino. Y marcó con ella toda una corriente de seguidores, que vieron en la imagen un potente centro de historias sugeridas e interpretaciones diversas.
Esa base argumental es la escogida por los responsables del recorrido que ahora se puede contemplar en las salas del Met, donde queda desplegado un completo catálogo de influencias y de trabajos del propio Seurat, coincidentes temáticamente con el citado lienzo.
Bajo semejante tesis se ubican las 100 pinturas, los dibujos, las impresiones, los posters, los folletos, los periódicos ilustrados, los libros de ediciones limitadas, los instrumentos maquillados y el material documental; elementos entre lo animado y lo perceptible, que invitan al público a sumergirse en la época de los espejos somnolientos y de las tracas enquistadas en los futuros alienados.
Un laberinto con singular precisión de carromato, en el que destacan las aportaciones del caricaturista Honoré Daumier; de los entonces jóvenes Pablo Picasso, Pierre Bonnard, Lucien Pissarrro y Maurice Prendergast; y del asombroso Fernand Pelez (quien comparece con la contundente pieza bautizada Grimace and Misery- The Saltimbanquis, de 1888).
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