Ron Rash y el aroma de USA
El escritor estadounidense presenta la edición en español de "Un pie en el paraíso" (Siruela): una obra con múltiples temas y voces narrativas, que algunos expertos han comparado con el estilo literario de William Faulkner.
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Ron Rash ha conseguido domar el componente salvaje del lenguaje, con la poesía como figurado terrón de azúcar: un método realmente eficaz a la hora de construir las atmósferas pretendidas, que en su caso huelen a maíz a punto de ser cortado y a humedades eternas, adormecidas por el canto dolorido de Los Apalaches.
El autor de la visceral Serena nació en Carolina del Sur, lugar de buscadores de oro y de leyendas enraizadas en las rocas vetustas de USA; y su cuna le ha influido para generar una serie de escritos dotados de una reconocible crueldad humana, carente de los terciopelos adictivos de las sociedades acomodadas en el bienestar.
A través de las palabras que componen la mayoría de sus obras, el lector es capaz de escuchar el rumor amenazante de los bosques, y las querellas interminables de los desplazados por el progreso.
Sensaciones a golpe de párrafo, que se reúnen nuevamente en Un pie en el paraíso (One Foot in Eden): un texto de naturaleza femenina, publicado originalmente en 2002; y que ahora edita Siruela, acomodado a los hipnotizadores contoneos silábicos de la lengua de Cervantes.
“Con un pie en el paraíso,
miro hacia el otro lado.
El gran día del mundo se acaba,
y qué extraños esos campos que hemos cultivado
durante tanto tiempo con semillas de amor y odio“
Esta cita del poeta británico Edwin Muir le sirve de comienzo a Rash, para adentrarse con soltura y determinación en las oscuras y procelosas existencias de los supervivientes en Oconee; una especie de traslación agreste del inolvidable y ficticio Yoknapatawpha.
RON RASH MEZCLA GÉNEROS
A primera vista, el interés de Un pie en el paraíso parece hallarse en las entrañas de un thriller policíaco. No en vano, la trama arranca con la denuncia de una mujer, ante la misteriosa desaparición de su hijo. A su llamada acude el sheriff Will Alexander: un veterano de guerra universitario, que se gana la vida como agente de la ley en la depauperada localidad de Oconee.
La zona está de enhorabuena, cuando la potente compañía eléctrica Carolina Power anuncia la futura compra de un antiguo territorio cheroqui (más que compra, expropiación) para construir una enorme presa fluvial, que anegará los campos y los cultivos.
Tras este desasosegante comienzo, el texto sigue los pensamientos y acciones de Alexander, quien relata las pesquisas de su investigación para encontrar a Hollan Winchester. La cosa no pinta nada bien, después de que la madre de la supuesta víctima escuchara un disparo procedente de la granja de Billy Holcombe: un vecino que odiaba al desaparecido, debido a que este había tenido una affaire con su esposa Amy.
A partir de la aparición de los nuevos personajes, Un pie en el paraíso cambia el estilo y la voz narrativa: del sheriff pasa a la seductora Amy (la esposa adúltera, que se convierte en el auténtico motor del relato), para tomar un matiz a lo tragedia de William Shakespeare con la incorporación de Isaac (el hijo ilegítimo de Amy y de Holland Winchester).
Rash traza este violento tapiz de traiciones y venganzas con una prosa rica en elementos simbólicos, que otorga al resultado final una especie de sentido de parábola bíblica sobre el castigo y la penitencia.
Ingredientes que casan a la perfección con la interminable sequía que experimenta Oconee, y que se convierte en la protagonista inesperada de una historia con sabor a amargura y desdén.
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