Peter Bogdanovich aún resiste
Peter Bogdanovich presenta en el Festival de Venecia su nueva obra en formato de celuloide: una comedia neurótica titulada “She’s Funny That Way“, que protagonizan Imogen Poots y Owen Wilson.
Dos generaciones distintas de cineastas, y un mismo espacio creativo: el babilónico Hollywood.
De semejante unión ha surgido la energía necesaria para finiquitar el último trabajo del responsable de “Luna de papel“, asfixiado por una industria que suele valorar las atronadoras dosis de efectos especiales por encima de un guion más inteligente que espectacular.
En medio de ese panorama comercial, las majors ya no buscan las ideas de los integrantes del llamado New Hollywood para firmar las movies que imperan en las carteleras planetarias.
De hecho –salvo en el caso del ahora jubilado George Lucas– este imprescindible grupo anda perdido en los pozos insoldables de la falta de financiación, o derrotado por retiros obligados ante la imposibilidad de sacar adelante sus proyectos.
Una realidad de la que ha podido escapar por momentos el neoyorquino Peter Bogdanovich, quien –con la citada ayuda de jóvenes colegas como Noah Baumbach y Wes Anderson– ha sido capaz de acabar su comedia “She’s Funny That Way“.
PETER BOGDANOVICH NO COMULGA CON LOS SUPERHÉROES
Como en el pasado más efervescente del creador de “¿Qué me pasa, doctor?”, el humor que alimenta el guion elaborado por Mr. Bogdanovich y su expareja Louise Stratten sigue el acelerado ritmo de antaño, el cual recuerda vagamente en su engranaje al estilo desplegado por gente como Blake Edwards.
Todo para concebir un filme de transpiraciones pretéritas, cuyos pilares argumentales están construidos a base del equívoco y la duplicidad de personalidad. Ideas que remiten en esencia generatriz al teatro shakespeareano de ubicación isabelina.
Bajo esas consignas, el antiguo enamorado de Dorothy Stratten (la madre del citada Louise) defiende un largometraje en el que la heroína es una prostituta convertida en actriz de Broadway, señorita con high heels que responde al nombre de Isabelle “Izzy” Beatty (role que encarna la británica Imogen Poots).
Esta protagonista desarrolla un sinfín de escenas con diálogos de doble sentido, en las que intentará conseguir el favor de un afamado director teatral, llamado Arnold Albertson (Owen Wilson).
La ciudad de Nueva York es el escenario principal donde transcurren las vivencias de la atípica pareja elaborada por Bogdanovich: dos seres tocados por una existencia confusa, que esculpen su existencia con el material de los encuentros casuales y las relaciones aparentemente imposibles.
En definitiva, una activa historia que –pese a su atractivo temático y al currículo del cineasta que la defendía- ha estado en el frigorífico de los proyectos a punto de realización desde 2005.
No obstante, los obstáculos ya han sido superados; y “She’s Funny That Way” es -con todo merecimiento- una obra física constatable.
Un título que gana enteros de cara a la taquilla merced a su nutrido elenco, en el que (aparte de los mencionados Poots y Wilson) comparecen estrellas de fuerte pegada, tales como Jennifer Aniston; Rhys Ifans; y Joanna Lumley. A las que se suman las recuperadas Cybill Shepherd y Tatum O’Neal (más un sorprendente cameo de Quentin Tarantino).
Puede que la época dorada del New Hollywood quede demasiado ajada por el tiempo y la espera. Sin embargo, los nombres que dominaron las pantallas estadounidenses durante el movimiento setentero siguen muy vivos.
Un grupo imprescindible de maestros que aún reclama con insistencia la oportunidad de engrosar sus admirables carreras.
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