Paul Lynch se lleva el Booker
El escritor irlandés se alzó el pasado lunes con el prestigioso premio Booker de novela, por su libro "Prophet Song" (Oneworld): una distopía de signo orwelliano que destaca por su fuerza expositiva, y por su habilidad para adaptar la actualidad política y social a un tiempo futuro e impreciso. Un texto que recuerda, por su técnica creativa, a "Ulises" de James Joyce; ya que ambas obras retuercen la puntación ortográfica convencional de una manera peculiar y voluntaria.
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Paul Lynch ha interpretado, en las abigarradas páginas de Prophet Song (Oneworld), el mundo futuro con los mimbres desesperanzadores del universo que experimentamos en la actualidad.
El ascenso agresivo y asfixiante de la extrema derecha, la falta de empatía hacia los refugiados, las guerras carentes del más pequeño signo de compasión y las migraciones denunciadas y perseguidas por muchos de los gobiernos de las potencias occidentales son los ingredientes que alimentan el curso narrativo de este libro distópico y contundente, con el que el creador nacido en Limerick se llevó el pasado lunes el prestigioso premio Booker.
Las cincuenta mil libras esterlinas con las que está dotado el mencionado galardón han ido a parar a Lynch por la frescura y valentía con que el compatriota de James Joyce establece siniestras y elocuentes simetrías, entre lo que sucede en su novela futurista y lo que se puede contemplar diariamente en los informativos televisivos a nivel planetario. Una realidad que amenaza con acabar con la libertad de pensamiento establecida en la Declaración universal de los derechos humanos, con el resurgimiento de las fuerzas totalitarias de antaño; ahora disfrazadas con los uniformes contestarios de los populismos mediáticos más estrafalarios, y espoleadas por mensajes vacuos que pretenden motivar el alzamiento de las masas convenientemente alienadas.
Con estas premisas, Prophet Song relata un argumento situado en una ciudad de Dublín devastada por el abismo del totalitarismo, en la que los derechos sociales e individuales de los ciudadanos se encuentran controlados por potentes fuerzas represoras, que torturan y encarcelan a los disidentes.
Javier Milei, Giorgia Meloni, Donald Trump, Viktor Orbán, Geert Wilders, Santiago Abascal, Jair Bolsonaro… Los líderes destacados de los partidos de la ultraderecha toman posiciones en los países occidentales, a base de discursos agresivos contra el sistema establecido por los que defienden el compromiso democrático. Una corriente de signo totalitario que pretende acabar con la preservación de las instituciones ajenas a los dogmatismos de único sentido.
En un ecosistema como el descrito, los protagonistas de Prophet Song luchan por sobrevivir en una República de Irlanda sumida en la tenebrosidad de una latente guerra civil, mientras sueñan con emigrar a las lejanas tierras de Canadá.
PAUL LYNCH SORPRENDE CON UNA OBRA FUTURISTA, QUE DESCRIBE REALIDADES MUY PRESENTES EN EL MUNDO ACTUAL
El argumento de Prophet Song centra su atención en la familia Stack: un clan formado por unos padres intelectuales y cuatro hijos.
Larry Stack (el progenitor) es un profesor comprometido con la pesadilla social que experimenta su país. El hombre participa activamente en una manifestación, por lo que es detenido en su casa a manos de la policía secreta, y torturado salvajemente hasta desaparecer.
Después del encarcelamiento de Larry, su esposa Eilish se ve en la obligación de proteger ella sola a sus cuatro hijos y a su padre con demencia senil. Esta científica se ve introducida en un grupo de resistentes contrarios a las fuerzas que secuestran a los disidentes, mientras escribe con emoción a su hermana Áine, para emigrar con ella a su casa ubicada en las paradisiacas extensiones de Canadá.
La capacidad imaginativa de Paul Lynch, sumada a su prosa descarnada y convenientemente sulfurosa, marca cada evolución dramática en Prophet Song, mientras los lectores notan la ausencia de rupturas entre los diferentes párrafos. Un recurso estilístico que enfatiza la asfixia que sufre Eilish Stalk, en un cosmos que bien podría haber sido el de la Alemania de Hitler, la España de Franco, el Portugal de Salazar, el Chile de Pinochet, o la Argentina de Videla.
Todo un compendio de relaciones siniestras con el horror, en las que subyace la inteligencia protectora de un escritor que busca presionar a las audiencias para impedir que las distopías literarias se conviertan algún día en realidades de las que es muy difícil salir.
Más información en
https://oneworld-publications.com/
