Nekrassov deserta en Madrid
El Teatro de la Abadía acoge el estreno de "Nekrassov": una obra satírica de Jean-Paul Sartre, en la que el responsable de "La Náusea" expone la cuestionable ética del llamado cuarto poder.
Nekrassov apareció en la cartelera parisina en plena época de la Guerra Fría, y adquirió pronto la notoriedad de las obras destinadas a rasgar la máscara los poderes establecidos; en este caso, el de la Prensa.
Jean-Paul Sartre elevó a montaje elocuente su sátira sobre el comportamiento interesado de un puñado de periodistas, trabajadores en el ficticio diario Soir de Paris. A través de las palabras diseñadas como dardos por el autor de La Náusea, la borrosa faz de la verdad informativa queda retratada en su veleidosa apariencia: esbozada por unos profesionales preocupados únicamente de vender periódicos, sin importarles transmitir un contenido acorde con la realidad.
Pero la pieza del compañero de Simone de Beauvoir no se contenta solo con exponer los vicios de los medios de comunicación de la época, sino que también hunde su bisturí en la carne flácida de las identidades frágiles, capaces de modificar el concepto social del ser humano como tal.
El británico Dan Jemmett recupera el discurso imaginativo de Nekrassov, para edificar una puesta en escena peculiar y enérgica, donde los actores ejercen sus respectivos papeles como marionetas dentro de un universo absurdo y autodestructivo; en el que solo importa la apariencia de los textos, y no la veracidad de lo que estos narran.
NEKRASSOV ALUMBRA EL HUMOR DE SARTRE
Cuando en la actualidad se hace referencia al manido asunto de las “fake news” (informaciones falseadas) y a la manipulación obsesiva de cualquier noticia con visos de acaparar la atención de los lectores, resulta sorprendente que un visionario como Jean-Paul Sartre ya denunciara hace más de medio siglo -con su inteligencia habitual- la facilidad para trastocar los hechos, de la que siguen haciendo gala muchos imperios de la comunicación y líderes políticos en el presente siglo XXI.
El escritor de El ser y la nada no conoció a Rupert Murdoch en todo su apogeo conspirador, y tampoco tuvo acceso vital a la intervención de fuerzas externas para decidir votaciones como la del Brexit; pero las ocho escenas que componen Nekrassov dejan claro el mensaje de advertencia sobre el peligro de transformar la realidad, normalmente al antojo de los intereses periodísticos y las argumentaciones parciales.
Brenda Escobedo, a través de la fidedigna traducción de Miguel Ángel Asturias, reproduce la magia desestabilizadora de las frases sartreanas; las cuales componen con sus ecos acelerados la alocada situación de un periodista llamado Sibilot.
Este hombre (protagonista traslúcido de la trama) trabaja con amargura desnutrida en un rotativo nominado Soir de Paris. El tipo lleva tiempo sin levantar cabeza, hambriento de una exclusiva con la que conservar su puesto laboral. Así se lo hace saber su jefe: el ambicioso Jules Palotin, un individuo al que solo le importan las cifras y la aclamación popular. En busca y captura de una noticia bomba, Sibilot se topa con Georges De Valera: un aventurero con miras cosmopolitas, que parece ser el singular Nikita Nekrossov (el ministro del interior soviético, que acaba de dimitir de su cargo).
Escobedo y Jemmett meten de lleno al elenco interpretativo en este juego de tejemanejes falsarios de índole humana, para alimentar las reflexiones relativas a la metamorfosis de las informaciones que llegan a los quioscos del París de los cincuenta; teñidas en la obra por la paleta de los impactos amarillistas.
Nota.- Nekrassov estará en la Sala Juan de la Cruz del Teatro de la Abadía, del 17 de enero al 24 de febrero.
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