Michel Bouquet, un actor sin límites

París se tiñó de luto el pasado 13 de abril, con el fallecimiento del genial intérprete Michel Bouquet: un hombre que se dio a conocer en el mundo del arte dramático por su colaboración en films de directores tan valorados como Claude Chabrol y François Truffaut. Fama en formato de celuloide, que no le impidió desarrollar también una extensa y sobresaliente carrera en los escenarios franceses.

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Michel Bouquet
Michel Bouquet, caracterizado como el pintor Pierre-Auguste Renoir; trabajo por el que fue nominado al César como Mejor Actor

Michel Bouquet encarnó con inigualable brillantez, durante los años sesenta y setenta, la imagen más prístina del burgués francés. Un retrato que el intérprete capitalino esculpió a base de secretismo existencial, encerrado bajo las moralidades dogmáticas y políticamente correctas de los ciudadanos supuestamente respetables.

Dotado con una mirada pétrea y polivalente, el actor fetiche del cineasta Claude Chabrol supo regalar a sus personajes la sombría realidad de los seres extraños y huidizos. Una galería de tipos de ética de reclinatorio eclesiástico, los cuales sucumbían a las pasiones más execrables desde el punto de vista de las normas sociales sustentadas sobre sepulcros blanqueados.

Esa capacidad para transmitir emociones contradictorias y maquiavélicas llamó la atención de directores tan afamados como el citado Claude Chabrol y François Truffaut, quienes confiaron en Bouquet para incluir su talento en obras de naturaleza ilusoria y desconcertante, como La sirena del Mississippi (François Truffaut, 1969), La novia vestía de negro (François Truffaut, 1968) o La mujer infiel (Claude Chabrol, 1969).

La técnica del parisino era de las que entraban en la retina del espectador sin estridencias ni histrionismos estelares, como si se mimetizara con los miedos y las incertidumbres de los roles a los que prestaba su físico disfrazado de respetabilidad funcionarial, no exento de una cierta y voluntaria atmósfera de grisácea existencia.

Desde sus comienzos, Michel Bouquet nutrió sus experiencias en los platós y en los escenarios teatrales con ese sentido milimétrico de la coherencia creativa, siempre determinado por las pistas que los autores de las distintas obras dejaban a los actores, para que estos moldearan la faz externa e interna de los personajes.

Michel Bouquet
Michel Bouquet trabajó con Alain Delon, en “Dos hombres en la ciudad”

Con esta imprescindible brújula dramática, el que fuera alumno de Maurice Escande forjó una increíble carrera a pleno pulmón (en sintonía con la canción de Miguel Ríos): un currículo compuesto por frases elocuentes, miradas cómplices, coreografías enérgicas, actuaciones al borde del abismo profesional, y gestualidades estimuladas por la impulsividad fría y pausada propia de las fisonomías enlazadas con las normalidades comprobables.

Cuando aún le restaban algunos meses para cumplir noventa y siete años, Michel François Pierre Bouquet falleció el pasado 13 de abril, en la urbe del Sena. Una bajada del telón que dejó en las carteleras la última aventura cinematográfica del capitalino: una de esas apuestas por la innovación audiovisual que tanto le gustaban a MB, y que lleva por título Cérémonie Secrète, de Tatiana Becquet Genel.

MICHEL BOUQUET DEJA UNA EXTENSA LISTA DE INTERPRETACIONES SOBRESALIENTES

Michel Boquet solía contar en las entrevistas que, si la buena o mala fortuna no se hubiera cruzado en su camino, su ocupación profesional habría sido la de médico, Sin embargo, la ausencia de su progenitor, cuando Michel era solo un adolescente, hizo que el intérprete de La petite Chambre (Stéphanie Chuat, Verónique Reymond, 2010) tuviera que abandonar la escuela a los quince años, para practicar distintos oficios, con los que mantener a su familia.

Al final, y por intermediación de su madre, el entonces joven MB entró a dar clases de arte dramático, y el flechazo con la actuación fue instantáneo. A partir de sus primeros encuentros con los clásicos, el parisino no pudo más que rendirse a su vocación oculta. Pasión desatada por la caracterización, que se mantuvo inalterable hasta la muerte del intérprete.

A través de la versatilidad atesorada desde una visibilidad tenue -atrincherada tras la potente luminosidad de compañeros como Jean Gabin, Michel Serrault, Alain Delon o Gérard Philippe-, MB dotó de profundidad sonora las quejas de Harpagón, en El avaro, de Molière; la letanía de camposanto de Berenguer, en El rey se muere, de Eugène Ionesco; o la ironía clasista de Harry, en The Collection, de Harold Pinter.

Michel Bpuquet
Michel Bouquet fue uno de los actores preferidos de Claude Chabrol

Una de las virtudes del veterano protagonista de Les Côtelettes (Bertran Blier, 2003) fue su imperecedero esfuerzo por arriesgar desde el punto de vista dramático, siempre con el espíritu juvenil de descubrir los resortes de los roles que este debía encarnar.

Con semejante fuerza fue con la que afrontó su impecable retrato de François Mitterand, en Presidente Mitterand, de Robert Guédiguian. Un trabajo por el que logró su segundo César al Mejor Actor, en 2006. Tal energía, a prueba de descalabros o de desajustes escénicos, volvió a ser concitada por Bouquet en su sorprendente inmersión en la psique crepuscular del pintor de El almuerzo de los remeros, en el film Renoir (Gilles Bourdos, 2012).

Más de cien títulos completan el legado artístico de este actor de imborrable huella y talento enriquecedor. Un genio alejado del glamur mediático, el cual se enfrentó con sinceridad a los miedos y debilidades de los papeles que contribuyó a engrandecer.

 

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