Martin Landau deja la estación Alpha sin su comandante

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Martin Landau, uno de los últimos actores que saboreó la época dorada de Hollywood, falleció el sábado pasado en el Ronald Reagan UCLA Medical Center de Los Ángeles, en USA.

El intérprete se mantuvo en activo hasta el final de su vida, con dos películas aún pendientes de estreno, más varios proyectos entre manos.

Papeles como el del antagonista de Cary Grant, en Con la muerte en los talones (Alfred Hitchcock, 1959); el agente Rollin Hand, en la serie Misión imposible (1963-1969); y el comandante John Koenig, en Espacio: 1999 (1975-1977) hicieron de él uno de los rostros más populares en el cine y la televisión de los últimos 60 años.

Martin Landau (en la foto) comenzó a trabajar como ilustrador, en el New York Daily News
Martin Landau (en la foto) comenzó a trabajar como ilustrador, en el New York Daily News

Nunca fue un protagonista especialmente cotizado, hasta que decidió cambiar el séptimo arte por la pequeña pantalla; y, sin embargo, Martin Landau siempre sabía cómo brillar, cómo sacar la cera oculta a cada uno de los roles que caían en sus manos.

El icónico espía de las misiones imposibles no era alguien que se rindiera fácilmente, cuando tenía entre ceja y ceja un objetivo por el que luchar. Y de esta manera es de la que puede definirse su pasión por la escena, que le llevó a abandonar una prometedora carrera como dibujante, para rendirse sin vallas protectoras a la farándula y a los contratos firmados en la cuerda floja de los éxitos impredecibles.

Primero en el teatro, y luego en el cine; el 1,88 de estatura con el que el neoyorquino se presentaba a los castings le abrió las puertas de un ramillete de secundarios memorables, a los que regaba con su innegable talento para localizar el arte de la emoción. Unas virtudes innatas, que Landau pulió en la escuela de Lee Strasberg, donde fue aceptado en 1955, al lado de un profesional emergente llamado Steve McQueen.

Martin Landau recibió un Oscar por su caracterización de Bela Lugosi, para el filme "Ed Wood"
Martin Landau recibió un Oscar por su caracterización de Bela Lugosi, para el filme “Ed Wood”

Amigo personal de James Dean, y representante digno de una de las mejores generaciones de intérpretes que ha dado la Meca del Cine y Broadway, Martin abandonó este mundo el sábado pasado, al poco de ser ingresado de urgencia en el Ronald Reagan UCLA Medical Center de Los Ángeles.

Un triste desenlace para un hombre que se batió sin vértigos de por medio con el mismísimo Cary Grant, en las orografías faciales del Monte Rushmore, dentro de la eterna trama de Con la muerte en los talones.

MARTIN LANDAU, UN INCANSABLE TODOTERRENO

A cinco días de cumplir noventa años, la insensible “pelona” se llevó al aventurero comandante Koenig, al que la falta de presupuesto le abandonó ficticiamente con su tripulación vagando por el universo, y encerrado en la base lunar Alpha. Esta caracterización la efectuó la estrella neoyorquina como protagonista de la inmejorable Espacio: 1999 (1975-1977), serial donde el estadounidense compartió títulos de crédito con los no menos recordados Barbara Bain (esposa de Landau en esos momentos), Catherine Schell y Tony Anholt,, entre los más destacados del reparto.

La citada producción de Gerry Anderson puso a Gran Bretaña en la lista de los países más brillantes en el sector audiovisual, a la hora de acercarse a la ciencia ficción a través de la televisión. Y eso que la historia de Space: 1999 podría haber sido bastante distinta, si Landau hubiera obtenido el papel de Mr. Spock en Star Trek, para el que pujó sin éxito contra Leonard Nimoy.

Martin Landau brilló con potencia al frente de la serie "Espacio: 1999"
Martin Landau brilló con potencia al frente de la serie “Espacio: 1999”

Una década antes de las talentosas tramas de Espacio: 1999, el antiguo ilustrador ya exhibió su poder en las seiscientas veinticinco líneas, a través de su encarnación del elegante Rollin Hand, dentro de los ingeniosos episodios de Misión imposible.

El segundo lustro de los sesenta y los setenta al completo supusieron dos de las mejores etapas artísticas para ML, quien no se resignó al olvido que conlleva las edades avanzadas; dictadura cruel que suele imponer el show business a las glorias de tiempos pretéritos. Y la batalla le salió bien una vez más (por tesón y buen hacer).

Woody Allen, con Delitos y faltas (1989); y Tim Burton, con Ed Wood (1994) volvieron a poner a Landau en el mapa de los guiones con enjundia. Un club que el vecino de la Estatua de la Libertad no abandonó en ningún momento, y que finalizó con su soberbia colaboración en Remember (Atom Egoyan, 2015).

Tal fue el empuje laboral del carismático alter ego de Bela Lugosi, que aún quedan pendientes de estreno dos trabajos del aguerrido John Koenig: The Last Poker Game, una comedia dirigida por Howard Weiner; y The Red Maple Leaf, de Fran D’Angelo.

Para los aficionados a otros mundos de psicodelia setentera, ML siempre estará buscando el camino de vuelta a la Tierra, arropado por los cráteres lunares que albergaban a la base Alpha: icono soñado por generaciones enteras, y abrigado en los decorados misteriosos de Espacio: 1999.

De izquierda a derecha, Tony Anholt, Catherine Schell, Nick Tate, Barbara Bain y Martin Landau, en "Espacio: 1999"
De izquierda a derecha, Tony Anholt, Catherine Schell, Nick Tate, Barbara Bain y Martin Landau, en “Espacio: 1999”
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