Lorde consigue liderar las exigentes listas estadounidenses, con su segundo álbum de estudio: un inspirado trabajo, titulado Melodrama (Republic Records, Universal Music Group).
La cantante neozelandesa presenta once temas, surgidos de las entrañas de su ser más íntimo. Selección que potencia el productor Jack Antonoff, con su capacidad para explotar la vena poética de la artista de Auckland.
Lorde actuará el próximo 9 de octubre, en el Sant Jordi Club de Barcelona.
Planear por los sentimientos, sin perder de vista los ritmos atmosféricos del indie electrónico de viejo cuño. Con estas señas de identidad, la música de Elia Marija Lani Yelich-O’Connor (más conocida como Lorde) ha girado 180 grados desde las barricadas de sulfuro adolescente contenidas en Pure Heroine (2013), para aterrizar en los horizontes insondables de las depresiones verbales.
El aspecto épico y escultórico de esta joven neozelandesa de 20 años (cumplirá los 21 en noviembre) acude a su segunda cita curricular con el aplomo de una trovadora que anhela ser valorada por sus logros artísticos, más que por su capacidad para clonar el postureo anatómico de las divas mercadotécnicas.
Alentada por semejantes propósitos, la joven oceánica se encerró en el estudio nada más concitar el éxito teen de su primer disco. Un voluntario recogimiento que le ha permitido sacar adelante un puñado de canciones con tonalidades ocres, aliñadas por el peculiar y diamantino barroquismo de su garganta grave y agresiva.
“Quiero enseñar a mis seguidores el nuevo mundo donde me muevo“, afirma Lorde, en su página web. Unas palabras que explican con contundencia el cosmos creativo que nutre el aspecto sensible de esta lúcida obra, titulada Melodrama (Republic Records).
LORDE ESTIMULA LOS SUEÑOS
Como una encantadora de serpientes, la rapsoda nacida en Takapuna enlaza las notas de su pentagrama imaginario, con destreza y habilidad. Tales ecos de sirenas del siglo XXI emponzoñan los oídos de los que escuchan, mientras la mente se libera de las pastillas de freno embadurnadas con realismo y pragmáticos elixires.
Desde el inicial corte titulado Green Light (single escogido para presentar el disco), Melodrama despliega sus hipnotizadores influjos a base de baladas de conceptualismo militante, y electrónicas cargadas con cegadores destellos de pop noctámbulo.
A parir de la citada estación de paso nominada Green Light, el CD describe un peregrinaje sereno, con destino a la tierra de los espíritus a medio gas; fantasmas regados con el timbre escénico de una amante del jazz de Billie Holiday, y del soul de Etta James. Influjos que también dejan atisbar una especie de débito inspirador del Graceland, de Paul Simon.
Temas como Sober, The Louvre (una auténtica pieza de orfebrería sinfónica), Hard Feelings/ Loveless, Winter in the Dark o Perfect Places planean por la figura de esta veinteañera con trazas a lo Lana del Rey, a la que le encantaría rozar las caprichosas cotas melodiosas de Lady Gaga y Nicki Minaj (dos de las reinas de los escenarios, a las que la dama de melodramáticos trances confiesa admirar).
Vídeo oficial de Green Light, por LordeVEVO
I have checked your website and i’ve found some duplicate
content, that’s why you don’t rank high in google, but there is
a tool that can help you to create 100% unique content,
search for; Boorfe’s tips unlimited content