Jörg Immendorff, active bites
El artista alemán es objeto de la primera retrospectiva de su trabajo en España, con una amplia muestra en el Reina Sofía de más de cien de sus obras.
Jörg Immendorff no rindió sus pinceles, cuando la RDA dirimía sus injusticias sociales y políticas en el silencio atronador de los dogmatismos férreos. Y tampoco quebró su paleta, frente a acontecimientos internacionales tan criticables como la Guerra de Vietnam.
El artista nacido en la región germana de Bledecke se distinguió desde sus inicios en la plástica como alguien cercano a la realidad, que intentaba recuperar el papel perdido entre los creadores; a la hora de ser reconocidos como altavoces válidos para expresar los problemas que asolaban a sus conciudadanos.
Desde que en 1976 acudiera a la Bienal de Venecia para repartir folletos contrarios a la situación de la antigua República Democrática Alemana (RDA), Immendorff se erigió como un espíritu inconformista y libertario, ajeno a las corrientes plásticas que dominaban los circuitos y los mercados.
Esa necesidad de convertir los cuadros y dibujos en fuertes soflamas, contra la opresión y las desigualdades, está muy presente en las más de cien obras que ilustran la exposición La tarea del pintor: un vasto recorrido por las distintas etapas profesionales del que fuera alumno de Joseph Bayeus, que el madrileño Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ha desplegado en la planta primera del Edificio Sabatini.
Las pinturas encendidas, los dramáticos dibujos, los collages crepusculares, y las esculturas estilizadas de JI forman un elocuente tapiz de texturas sociales, en las que es posible vislumbrar parte de la historia de la segunda mitad del siglo XX.
Un agitado cóctel de relatos inconclusos que asaltan la retina, y revelan la fuerza desprendida de un autor capaz de ir más allá de los posicionamientos vacuos.
JÖRG IMMENDORFF Y LA DINÁMICA DEL DESCONTENTO
El experto y amigo del artista Ulrich Wilmes es el responsable de esta imprescindible muestra, que sirve para comprender las diferentes etapas en la carrera del creador de la impactante serie Café Deutschland (1977-1978).
A partir de un acceso casi adolescente a la plástica, el itinerario propuesto no sigue un orden cronológico, sino que expone las piezas en función de sus ingredientes cromáticos y expresivos.
Tal fórmula potencia la metamorfosis de las soluciones lingüísticas de Immendorff, que se fueron desprendiendo progresivamente de su dependencia narrativa, para quedarse en un equilibrio estudiado entre el color y las líneas, entre el contenido y la forma, entre las luces y las sombras, entre lo onírico y lo constatable.
Poco a poco, el excesivo celo agitador se fue transformando en una especie de pintura interiorizada, personal y codificada. Esta depuración vino acompañada de la terrible enfermedad que sufrió el artista en sus últimos años de vida, y que le ocasionó la muerte en 2007.
Visto en su complejidad y su absoluto imperio de ideas, el legado de Jörg Immendorff adquiere todo su fulgor y comprensión, en un mundo que aún no ha superado los problemas expuestos; y cuyos fantasmas regresan para abrir en canal sus entrañas en aquelarres mediáticos, conjurados con la simple contemplación de sus figuras sulfurosas y demacradas.
Nota.- Jörg Immendorff: La tarea del pintor estará en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el próximo 13 de abril de 2020.
Más información, entradas y horarios en
https://www.museoreinasofia.es