John Verdon y el “noir” sobrenatural
El creador del detective David Gurney regresa con "El ángel negro" (Roca Editorial): una novela conectada con el terror inspirado en lo desconocido, en la que el protagonista de "Sé lo que estás pensando" se enfrenta a un asesino de naturaleza un tanto extraña.
John Verdon ha cosechado en algo más de una década miles de seguidores en todo el mundo, con su detective retirado David Gurney.
Desde 2010, tras la aparición en las librerías de Sé lo que estás pensando, el autor neoyorquino ha mantenido en vilo a sus fieles, con las arriesgadas aventuras de Dave: un antiguo policía de homicidios de la urbe del Empire State, que decide abandonar el servicio activo, para vivir una existencia más tranquila al lado de su perspicaz esposa, llamada Madeleine. Sin embargo, su fama de investigador contumaz persigue al eficaz policía; por lo que este no para de recibir propuestas de colaboración de sus viejos compañeros del cuerpo, destinadas a resolver complicados casos con ramificaciones imprevistas.
Con semejante personaje como adalid, John Verdon se ha mantenido en lo alto de la lista de libros más vendidos a lo largo de dos lustros, distinción que este otrora carpintero y constructor de muebles vuelve a obtener con El ángel negro (Roca Editorial): la séptima entrega de la serie de Gurney, quien experimenta una de sus indagaciones más cercanas al terror colectivo y psicológico.
A través de una prosa sencilla, y un fuerte y ágil esqueleto argumental, JV recrea una historia fantasmagórica, donde las ramificaciones relativas a sectas satanistas y ritos ancestrales marcan la enrarecida atmósfera que se respira desde el primer capítulo.
Precisamente, esa capacidad para diseñar misterios ocultos y reveladores es la que dota de interés a las novelas del creador norteamericano, el cual suele desplegar mundos siniestros tras realidades amenazantes.
JOHN VERDON FIRMA LA SÉPTIMA AVENTURA DE GURNEY
El ángel negro (cuyo título original es On Harrow Hill) comienza con la mediática muerte del millonario Angus Russell: uno de los hombres más poderosos de la localidad de Larchfield. La mencionada víctima es hallada sin vida en su majestuosa mansión, con el cuello rajado de parte a parte. Todas las pistas conducen a un tipo llamado Bill Tate. Este individuo acredita numerosas detenciones, relacionadas con su gusto por el satanismo y el esoterismo extremo. Sin embargo, la detención de este sospechoso resulta imposible, ya que ha fallecido repentinamente. Las autoridades se presentan rápidamente en la morgue, para certificar el deceso; pero encuentran el ataúd vacío, y sin marcas de haber sido abierto desde el exterior.
Ante tales acontecimientos, el jefe de policía se muestra incapaz de aportar algo de luz al asesinato de Russell, por lo que recurre a la ayuda de su antiguo compañero David Gurney. Este se declara inicialmente algo reacio a ponerse en camino, pero no puede resistirse ante un misterio como el que asola a los habitantes de Larchfield.
Este argumento, que bien podría pertenecer a un relato de Lovecraft por su componente demoniaco, marca el desarrollo de una novela que prende el interés del lector con cada giro argumental, como si fuera una película del estilo de El corazón del ángel, o un episodio alargado de la serie Expediente X.
Tales virtudes se encuentran potenciadas por el protagonismo de David Gurney: un personaje que libro a libro ha adquirido hábitos reconocibles. Unos rasgos visibles y característicos, que Verdon ha esculpido incluso sacándolos de su propia existencia. Por ejemplo, tanto Verdon como Gurney son neoyorquinos, y ambos presentan similares obsesiones por racionalizar cualquier elemento que forma parte de sus respectivas actividades profesionales.
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