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Jennifer Lawrence se convierte en el alter ego femenino de Jason Bourne, dentro del thriller de espionaje titulado Red Sparrow.
El filme, que dirige el austriaco Francis Lawrence, sigue la homónima novela escrita por Jason Matthews, la cual gira en torno a la existencia de una agente eslava con problemas de identidad profesional.
Joel Edgerton, Jeremy Irons y Matthias Schoenaerts acompañan a la heroína de Los juegos del hambre, en esta cinta cuyo rodaje comenzó el pasado mes de enero, en Budapest (Hungría).
La caída del Muro de Berlín supuso un cambio de paradigma y de actuación, dentro de los servicios secretos que mantuvieron el tablero de ajedrez conocido como la Guerra Fría.
La CIA y el KGB se vieron obligados a modificar sus tácticas y su posicionamiento en el globo terráqueo. Pero, ¿cómo afectó esta realidad a los agentes pertenecientes a las citadas organizaciones, garantes del secretismo internacional?
Jason Matthews puso a cavilar su mente como narrador, y de sus reflexiones surgió Red Sparrow: un libro que algunos críticos estadounidenses compararon con los relatos de John le Carré, y que centra su visión en el cuerpo de una trabajadora de la inteligencia de Vladimir Putin.
La vertiginosa e imaginativa trama de la novela captó rápidamente la atención del cineasta Francis Lawrence (Los juegos del hambre), quien recibió con agrado el encargo de trasladar a imágenes en movimiento el guion elaborado por Justin Haythe y Eric Warren Singer.
Las calles de Budapest (Hungría) sirven de escenario, desde el pasado 5 de enero, para acoger el rodaje de Red Sparrow. Un proyecto que ha levantado la expectación de los aficionados, ansiosos por ver los resultados en la pantalla de una fémina capaz de poner en más de un aprieto a James Bond, y que en muchas de sus actuaciones puede remitir a la energética Angelina Jolie, en Salt (Philip Noyce, 2010).
JENNIFER LAWRENCE ADELANTA EL ESPIONAJE DEL SIGLO XXI
El tercer milenio ya no alienta los bucólicos convencimientos del Cambridge del período de entreguerras, ni si quiera es susceptible de adaptar su cerámica tecnológica a los rigores misteriosos del Telón de Acero. El efecto 2000 también afectó a la manera de moverse en el terreno de los secretos planetarios, aunque sería más exacto puntualizar que el motivo de la transformación fue el del éxito de la perestroika.
En semejante decorado es en el que se sitúa el argumento de Red Sparrow. La acción comienza durante el gobierno de Vladimir Putin. Rusia se encuentra en un momento importante y confuso a la vez. La otrora potencia desea recuperar su pretérito papel en la escena global; y, a pesar de que las reglas del juego ya son otras muy distintas a las que imperaban hace unas cuantas décadas, el politburó no afloja sus directrices.
Tal realidad es a la que se enfrenta la esforzada Dominika Egorova (Jennifer Lawrence): una heredera del antiguo KGB, que tiene que adaptar sus métodos a la nueva situación. El nombre en clave de la joven es Sparrow, y sus artes se circunscriben a la seducción.
La misión encargada a Dominika es la de interceptar la actividad de un oficial de la CIA, llamado Nathaniel Nash (Joel Edgerton): un hombre muy parecido a su oponente rusa, el cual cae en las redes pasionales que le tiende la peligrosa protagonista.
El británico Jeremy Irons y el belga Matthias Schoenaerts (Lejos del mundanal ruido) completan el elenco de la película, la cual tiene previsto contar con la banda sonora del efectivo y prolífico James Newton Howard.
Nota: Red Sparrow tiene fecha de estreno prevista para el 10 de noviembre de 2017, en USA.
