Jamie Lee Curtis quiere ser Satanás
La enérgica Laurie Strode, la heroína de la saga iniciada con "La noche de Halloween", ha mostrado su interés en poner voz al Diablo, en la nueva trilogía que Blumhouse prepara sobre "El exorcista".
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Jamie Lee Curtis se ha cansado de correr para no ser localizada por el machete sanguinario de Michael Myers, y eso que a la norteamericana aún le queda enfrentarse al gigante matarife en Halloween Ends. Quizá tal sea la causa por la que la hija de Janet Leigh y Tony Curtis ha propuesto al cineasta David Gordon Green modificar su relación con el género del terror, y empezar a ser ella la que propague el miedo en el patio de butacas.
Curtis, que ha coincidido con Green en el set de la nueva trilogía de La noche de Halloween, aprovechó la noticia de que el director nacido en Arkansas había sido el elegido para comandar el reboot de El exorcista para comunicar al creador estadounidense su intención de tomar el testigo de la legendaria Mercedes McCambridge, y convertirse en la voz audible del Príncipe de las Tinieblas y el Ángel Caído.
Las razones aportadas por la protagonista de Entre pillos anda el juego estriban en que acredita una edad similar a la de McCambridge, cuando esta fue seleccionada por William Friedkin para poner timbre a Belcebú; posee un tono de declamación ronco y agresivo al estilo infernal de tan siniestro rol; y es capaz de pronunciar las atemorizantes sentencias del invisible personaje con la suficiente convicción y contundencia.
Si Gordon Green accede a los ruegos de la icónica Laurie Strode, Curtis habrá conseguido probar cómo se disfruta la participación en una cinta de terror de las que electrifican a los espectadores, desde un posicionamiento diametralmente distinto al de las potenciales víctimas del sádico de turno. Una actuación que no requeriría de ella más que trabajar con las inflexiones de su garganta, y construir su papel a través de los silencios cavernosos y las palabras escupidas con violencia verbal y expresiva.
Por el momento, el proyecto anda todavía en mantillas, y tan solo se conocen algunas líneas generales de un guion que -según los responsables- guardará más de una sorpresa de cara a los aficionados. Entre los posibles atractivos del esperado reboot de la historia ideada por el novelista William Peter Blatty se encuentra el rumor de la recuperación para la saga de Ellen Burstyn, quien repetiría como la atemorizada Chris MacNeil. Un personaje que daría el pie necesario para el regreso de la inolvidable Linda Blair, como la otrora endemoniada Regan (en la faceta de mujer recuperada de su tormentoso pasado, a la que ya no le seducen las papillas verdes).
JAMIE LEE CURTIS ACREDITA SUFICIENTES TABLAS
La formación teatral y cinematográfica de Jamie Lee Curtis, unida a su afición a los espacios radiofónicos, aporta suficiente aval a la intérprete de El tren del terror para imaginar la dicción del ancestral Diablo. Una aventura de altura creativa, en la que además cuenta con el modelo de la talentosa McCambridge, quien completó sus virtudes declamatorias con una sucesión de efectos de sonido, que fueron distinguidos con numerosos premios a comienzos de los setenta.
JLC ha destacado que disfrutaría enormemente con este papel de naturaleza sobrenatural, bastante distinto de los que ella suele encarnar en los films del género de los sustos desatados y las pesadillas escenificadas. Un rol de micrófono en ristre, que asumiría en una historia que -al parecer- arrancaría su curso tras los acontecimientos narrados en la movie de 1973. Fórmula que David Gordon Green ya ha usado con excelentes resultados, en el reboot de La noche de Halloween.
La trama de la renovada trilogía de El exorcista tiene el propósito de seguir la trágica realidad que experimenta un angustiado padre, cuando descubre que su hijo está poseído. Este individuo (para el que suena el actor Leslie Odom Jr.) se encuentra perdido, hasta que toma contacto con Chris MacNeil (Ellen Burstyn), con el fin de que esta le ayude a superar la terrible situación, y le cuente cómo lo hizo para salvar a la pequeña Regan.
Tales trazos argumentales dejan claro que Blumhouse no pretende utilizar más que el material de la película original de 1973, y obviar el de las dos secuelas, la precuela y la serie de televisión. Una decisión que ha animado a los fans de la mítica película de William Friedkin a cuestionar si se podrá ver nuevamente a la ya citada Linda Blair, toparse con el esforzado padre Damien Karras, o escuchar como es debido los tenues acordes de Tubular Bells, de Mike Oldfield.
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