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Ingrid Bergman regresa a los cines de la mano de Stig Björkman. El documentalista escandinavo estrena, en USA y Canadá, Ingrid Bergman In Her Own Words: una cinta que exhibe, con música de Michael Nyman, el aspecto más cercano de la estrella de Casablanca.
“Es la actriz más concienzuda con la que he trabajado”. El productor David O. Selznick pronunció estas palabras para referirse a una espigada muchacha proveniente de Suecia, a la que tuvo que convencer para liderar -junto a Leslie Howrad– el reparto de la versión estadounidense de Intermezzo (movie dirigida en 1939 por Gregory Ratoff); después del triunfo de la cinta en su país de origen, con la misma chica en el papel protagonista.
La joven de mirada profunda y perfeccionismo extremo se llamaba Ingrid Bergman, y la citada película le abrió las puertas del Hollywood babilónico del star system; convirtiéndola en una de las mejores intérpretes de su generación, además de en un icono a escala planetaria.
Si un traicionero cáncer de pecho no hubiera acabado con su existencia, la fémina que encarnó a la romántica Ilsa Lund en la espectacular Casablanca (Michael Curtiz, 1942) y a la vulnerable Alicia Huberman en Encadenados (Alfred Hitchcock, 1946) ahora contaría con un siglo y varios meses de edad; ya que nació un 29 de agosto de 1915, en Estocolmo.
Tal efeméride animó al veterano documentalista Stig Björkman a elaborar Ingrid Bergman In Her Own Words, una obra de ciento catorce minutos de duración en la que el creador vikingo pasa revista a los momentos más íntimos experimentados por la heroína de Recuerda, todos ellos acompañados de frases pronunciadas por Bergman y de testimonios esgrimidos por gente que la conoció personalmente.
INGRID BERGMAN Y SU PELÍCULA INACABADA
En 1982, la musa de Cuckor y Hitchcock bautizada con el nombre de una princesa de su tierra ejecutó la última actuación de su vasto repertorio. Fue en la producción televisiva Una mujer llamada Golda, a las órdenes de Alan Gibson; la cual le valió a la fémina norteña el Globo de Oro por su caracterización de Golda Meir. Un apunte honorífico que sellaba una carrera aderezada con tres Oscar de Hollywood (por Asesinato en el Orient Express, Anastasia y Luz que agoniza) y siete nominaciones más por otros tantos trabajos.
La película diseñada por Björkman (fan declarado de la protagonista de ¿Por quién doblan las campanas?) compone su biografía a base de tomas inéditas que exponen el corpus de una joven y hogareña Ingrid, cuando esta se dedicaba a rodar filmes amateurs que mostraba únicamente a los más allegados.
A través de notas, cartas y escenas en blanco y negro (borradas por el paso del tiempo y por la escasa calidad de los aparatos con las que fueron grabadas), el responsable de la impactancte Tranceformer (largo relativo a la persona de Lars von Trier) transmite la visión amable y humana de la misma señora que inspiró a millones de individuos en los cinco continentes, con su capacidad para meterse en la piel de complicados e inolvidables personajes.
Ahí reside el mayor valor de In Her Own Words: en su misión confesa de ir más allá de la epidermis mediática de la que fuera pareja del cineasta Roberto Rosellini. Hazaña en la que colaboran eficazmente las declaraciones de los hijos de la actriz (Isabella, Isotta y Roberto); así como las aportaciones de amigas tan íntimas como Pia Lindström, y de herederas declaradas del legado de la dama de Estocolmo, como son Liv Ullman y Sigourney Weaver.
La biografía de Ingrid Bergman explica que la hija de Justus y Frieda cursó sus estudios en la Royal Dramatic Theatre School de Estocolmo, el mismo centro donde se formó Greta Garbo unos años antes. De esta manera, por casualidad o revelación, la impronta de La Divina pareció renacer en las dotes impulsivas y elegantes de IB; hecho que ejemplifica este documental, donde la voz de la protagonista de Juana de Arco adquiere el timbre de Alicia Vikander.
Tráiler oficial de In Her Own Words, por Rialto Pictures
Más información en
http://www.rialtopictures.com/ingrid.html
