Humans apuesta por la rebelión de los androides
Humans cambia la percepción de la robótica. La serie, financiada por AMC y Channel 4, es un remake de la producción sueca Äkta människor (Real Humans).
¿Pueden las máquinas expresar más sensibilidad que quienes las han creado?
¿Es posible que los circuitos eléctricos porten más ADN humano que las venas sin paredes de plástico?
En 2012, una serie sueca montó una decena de capítulos con semejantes cuestiones de trascendencia reflexiva y existencial. Su título era Real Humans, y sus tesis tomaron parte de la filosofía esbozada por autores de la ciencia ficción como Phillip K. Dik, Isaac Asimov y Ray Bradbury. Aparte de emparentar, directa y voluntariamente, con películas del estilo de Blade Runner e Inteligencia artificial.
Sin embargo, y a pesar de los inevitables parecidos circunstanciales y temáticos, una diferencia sustancial marcaba a la producción nórdica con respecto a sus modelos: un componente de rabia social parecido al de la novela Un mundo feliz, de Aldous Huxley. Elemento que el creador Lars Lundström aprovechó al incluir una nueva variante en la ecuación de los robots con el alma vendida. Una incógnita relacionada con el amor y el sexo entre conexiones USB.
El éxito alcanzado por Real Humans traspasó las fronteras de los antiguos vikingos, hasta llegar a Estados Unidos. Ansiosa de captar guiones especialmente atractivos, la industria audiovisual norteamericana -a través de AMC– adquirió los derechos sin perder tiempo, para levantar una adaptación de lustre internacional, en la que también estaba involucrada la cadena británica Channel 4 y la empresa asociada Kudos (aparte de Xbox Entertainment Studios de Microsoft, ahora al borde de la quiebra).
Así nació Humans, el serial que próximamente llegará a los hogares planetarios para alertar sobre las predicciones relativas a la humanidad perdida.
HUMANS PONE EN TELA DE JUICIO LOS PROTOCOLOS DE ASIMOV
Ocho episodios son las partes de las que consta esta versión anglosajona del polémico y atrayente libreto escandinavo, en el que la acción la pone un futuro de aparente normalidad vivencial. Un paraíso de postales artificiosas, donde la tecnología ocupa un lugar de importancia casi determinante.
La rutina de los ciudadanos de la urbe donde transcurre la trama depende en demasía de los androides, a los que dan tareas como trabajadores, sirvientes y personal de compañía para quienes se encuentran solos. Unos robots que se distinguen únicamente de los humanos por la piel, el pelo y la brillantez artificial de sus ojos siempre claros.
Pero los fabricantes pronto plantean la posibilidad de ir más allá de las meras atribuciones domésticas de estos complementos amables y hogareños: desean dotar a las máquinas de pasiones y sentimientos. Unas actividades aparentemente prohibidas en los protocolos fundacionales, y que entran en confrontación con las atribuciones más exclusivas e íntimas de los hombres y mujeres.
El actor norirlandés Colin Morgan (al que los espectadores recordarán por su interpretación del mago de Camelot, en la serie Merlín) encabeza un reparto en el que también colaboran William Hurt, Eva-Jane Willis, Jack Derges e Ivanno Jeremiah, entre otros.
Humans aún está en proceso de grabación y montaje, y no tiene una fecha fija de emisión. Sin embargo, una vez que tenga luz verde para abrir su caja de Pandora, muchos descubrirán que no es raro que en un conjunto de circuitos haya más implicación con las emociones sensibles que en una anatomía de carne y hueso.
Un planteamiento que lleva nuevamente a cuestionarse dónde reside realmente la humanidad….
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