Sophie Auster ha estado rodeada de creatividad desde su nacimiento. Ser hija de los escritores Paul Auster y Siri Hustvedt hizo que la cantautora neoyorquina conociera a músicos, literatos, poetas e intelectuales de una manera natural, alejada de los encorsetamientos habituales que provocan los entornos meramente académicos y mediáticos.
Tal poso de experiencias dialectales y charlas al calor de un sinfín de reuniones amistosas animó a Sophie Auster a lanzarse al universo del arte, a una edad tan temprana como los ocho años. Aunque sus primeras incursiones en el cosmos cultural se produjeron en el campo de la actuación (Auster debutó como intérprete a las nueve primaveras, en un pequeño papel en el film Washington Square, de Agnieszka Holland), pronto fue la música la que copó las mayores inclinaciones personales de la hija del autor de La trilogía de Nueva York.
Auster grabó su primer álbum a los dieciséis años, junto a dos de los componentes del grupo One Ring Zero; y lo hizo avalada por el desgarramiento trágico y vivencial de rapsodas tan impactantes como Tristan Tzara, Paul Eluard y Guillaume Apollinaire, entre otros.
Después de seis discos en el mercado, Sophie Auster presenta Milk for Ulcers (CEN Records), un Cd compuesto por diez canciones de ritmo acompasado y letras introspectivas; donde la cantautora norteamericana intenta ofrecer un reflejo de sus diferentes estados de ánimo, marcados por la muerte de varios de sus familiares y por el alumbramiento de su primer hijo. “Este es el disco más íntimo y crudo que he hecho. Mientras lo escribía y lo grababa murieron mi sobrina y mi hermano, descubrí que estaba embarazada y, cuatro meses más tarde, vi fallecer a mi padre en la misma casa en la que yo había crecido“, afirma en su página web.
Los sentimientos adquieren un determinante protagonismo en Milk for Ulcers, estimulados por un folk teñido de pop melancólico, en el que la voz de Sophie Auster se comporta como una elocuente narradora de tono envolvente. Ese es el sello artístico de esta compositora de escenarios sutiles y atmósferas volátiles.
El piano, omnipresente en la mayoría de los cortes, actúa en conjunción con la hija de Siri Hustvedt como un compañero de aventuras en blanco y negro; dando a la decena de temas una dimensión profunda y serena, tempo en adagio que se mueve con soltura por los surcos de esta cuidada obra sonora.
SOPHIE AUSTER DESVELA SUS SENTIMIENTOS A TRAVÉS DE DIEZ CANCIONES INSPIRADORAS Y VITALISTAS
“Time is going by/ Throw myself against the tide/ Body aches as I try…” (El tiempo pasa/ me lanza contra la marea/ el cuerpo duele cuando intento…), estas estrofas forman parte del primer corte de Milk for Ulcers, titulado Flying Machine, y exponen el argumento existencial que describe el disco.
Sophie Auster se permite el lujo de poner contra las cuerdas de la humanidad responsable el uso fraudulento de la Inteligencia Artificial, y la tendencia de empaquetar las sensaciones a base de algoritmos y de desafectación digitalizada. En este sentido, la sensibilidad que transmite el séptimo trabajo de la artista de Manhattan despliega la bandera de la creatividad surgida de las entrañas, como si los versos sueltos de las canciones fueran en realidad posicionamientos vitales contra la depresión, la zozobra, la tristeza, las pérdidas irrecuperables y la rabia que genera el no poder controlar lo que nos sucede en el mundo real.
La música que desarrolla Auster no es susceptible de ser atronadora, ni es de las que se acoplan a las multitudes ensordecedoras de los estadios de fútbol. La cadencia casi new age en la que se sumerge la creadora estadounidense se vuelve hipnótica a través de una escucha sosegada; siempre efectiva en las distancias cortas, mediada por una garganta cristalina y la degustación privada de un conjunto de mensajes de lírica trovadoresca.
Entre las diez piezas que nutren el pulso dramático de Milk for Ulcers, Sophie destaca el tema titulado Blue Team: una cálida balada que versa sobre el amor que esta sentía hacia su padre, un corte que el progenitor de SA pudo escuchar poco antes de su fallecimiento. Sin duda, una canción plena de emotividad, que describe a la perfección el curso existencial de un álbum pensado para sanar heridas y apaciguar rebeliones afectivas.
Nota: Sophie Auster estará el 31 de mayo en Benisalem (Mallorca), y 2 y el 3 de junio en Jamboree Sala 3, en Barcelona.
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https://www.sophieaustermusic.com