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Adrien Brody tiene una relación especial e intensa con los personajes que han experimentado en sus propias carnes la trágica realidad de los campos de exterminio, durante la Segunda Guerra Mundial.
El actor neoyorquino obtuvo el reconocimiento internacional tras encarnar precisamente a un músico que huía de los nazis, trabajo que fue premiado en 2003 con el Oscar al Mejor Actor por su escalofriante caracterización de El pianista; donde la estrella de King Kong dio evidencias de sus dotes dramáticas para expresar el sufrimiento, y la agonía de las víctimas del Tercer Reich.
Más de dos décadas después de la citada gesta, Brody vuelve a mostrar en la pantalla los demonios ocultos de un superviviente del salvajismo de los partidarios de la esvástica, en The Brutalist: una acerada crónica de los laberintos impredecibles de las existencias al límite del desastre, y que va desde la derruida ciudad de Budapest a la cosmopolita Filadelfia. Una odisea que narra en primera persona el arquitecto magiar László Tóth (papel inventado para la ocasión, y que no se corresponde con alguien real).
El cineasta Brady Corbet (La infancia de un líder) es el responsable de este inspirado acercamiento a lo que siempre se ha denominado “el sueño americano”, y que exhibe en la cinta más sombras que luces. Una perspectiva entre la ilusión y la zozobra, que diseña con imaginación el guion de la autora noruega Mona Fastvold y del propio Corbet (ambos poseen unas prolíficas carreras como actores, antes de meterse en el rodaje de The Brutalist).
El despliegue visual del director de fotografía Lol Crawley (Four Lions) da alas a Corbet para seguir las huellas del esperanzado László Tóth, el cual posee una capacidad sobrehumana para encontrar su resiliencia en los ambientes más hostiles.
Una lucha que el arquitecto húngaro mantiene frente a la sociedad y a sus constantes caídas emocionales, y en la que obtiene la ayuda de su mujer enferma (a la que encarna la actriz británica Felicity Jones) y de su sobrina enmudecida por los horrores de la Segunda Guerra Mundial (papel que ha caído en la manos de Raffey Cassidy). Junto a ellos, el casi siempre efectivo y camaleónico Guy Pearce (Memento) moldea la parte del empresario Harrison Lee Van Buren Sr.
ADRIEN BRODY VUELVE A BRILLAR CON UN PERSONAJE QUE HA SUFRIDO EL INFIERNO DEL HOLOCAUSTO PERPETRADO POR LOS NAZIS
El argumento de The Brutalist se ocupa de la accidentada existencia de László Tóth como si se tratara de una novela troceada en capítulos.
El primero de esos apartados temáticos arranca en la Hungría de la época correspondiente a la contienda planetaria, con un László apartado de su familia, para ser internado en un campo de trabajo.
Tras la caída del Tercer Reich, el arquitecto judío regresa a Budapest, pero la ciudad que conoció de niño y de joven ya no es la que era. Las posibilidades de salir adelante son muy limitadas, y él está muy agobiado por las pesadillas que le ocasionaron su internamiento en un complejo dedicado al exterminio sistemático y aleatorio de los prisioneros. Por eso, László decide probar suerte en Estados Unidos, donde le espera su primo Attila.
En este punto, la historia abandona la Europa de los escombros y los millones de muertos, para recalar en la América de la promisión y los sueños de prosperidad. La empresa de muebles de su pariente le supone un cobijo puntual a Tóth, pero la acusación de la esposa de su familiar contra el inmigrante de intentar seducirla hace que Attila prescinda de sus servicios.
Sin dinero y en un país extranjero, el protagonista toca fondo; hasta que el empresario Harrison Lee Van Buren Sr. recurre a él como arquitecto, para que le ayuda a levantar una biblioteca singular y diferente.
La relación profesional con Van Buren permite a László pagar los billetes a la nación de las barras y estrellas de su esposa Erzébet -enferma de osteoporosis- y de su sobrina Zsófia. Una vez allí, la familia intenta mantener un mínimo de unidad afectiva y sentimental, que les permita salir indemnes del mundo descarnado del capitalismo salvaje y de los demonios del apocalipsis htileriano.
Brady Corbet intenta acercarse a las distintas realidades que experimenta László Tóth con la contundencia de un testigo fiel de las incertidumbres y miedos de un hombre asolado por los fantasmas de un pasado que le asfixia; y así permanece hasta su fallecimiento, después de asumir que el bienestar anhelado es una especie de ilusión demasiado vaporosa e inaprensible.
Nota: The Brutalist tiene previsto su estreno en España para el próximo 24 de enero de 2025.
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