Hereditary, la película que ha aterrorizado a USA llega a España

Ari Aster construye un filme espeluznante, en el que los sucesos extraños y paranormales tienen lugar en el seno de una familia norteamericana.

By jesusmartin On Jun 18, 2018

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Hereditary es ante todo una obra de autor, en la que la verosimilitud y el realismo se sitúa por encima de los sustos gratuitos, y de los golpes de efecto mediados por rocambolescas técnicas de ordenador.

Frente a las habituales preguntas sobre el fondo creativo que inspiró la peculiar e impactante historia que narra la movie, el director y guionista Ari Aster suele contestar que en su mente no estaba simplemente rodar una cinta de horror; sino que más bien quería meter en una coctelera de emociones contrastadas ingredientes como el de las pesadillas tras pérdidas importantes, la desestructuración de la unidad familiar, la progresiva locura que conlleva una profunda depresión, o el shock sensitivo que genera la muerte de los seres queridos. Todo ello regado por un elemento primordial para hilar las secuencias, como es el de la incomunicación.

Tales componentes sirven al debutante cineasta para montar un paisaje desangelado y demoniaco, donde los miedos interiores adquieren la contundencia de las amenazas reales.

Un eficaz mecanismo de rareza explícita y medioambiental, en el que los terrores concitados recuerdan a los que desplegaron largometrajes tan célebres como La semilla del diablo y La bruja.

Desde su paso por el Festival Internacional de Cine Independiente de Sundance, Hereditary ha cosechado un sinfín de opiniones beneficiosas, relativas a la capacidad de sus imágenes para esparcir la llama del desasosiego progresivo. Virtud que ha situado su estreno a la altura de recientes sleepers del género, como Déjame salir (Jordan Peele, 2017).

HEREDITARY NO TIENE PUNTOS DE FUGA

Una aislada casa conforma el decorado principal para alimentar el terror en estado puro que diseña la ópera prima de Ari Aster. Originalmente, el inmueble fue localizado en una zona boscosa de Salt Lake City (Estados Unidos); aunque lo que se puede ver en la pantalla es -en la mayoría de las escenas- un gigantesco plató, construido con el fin de facilitar el trabajo de los técnicos y de los actores.

Allí, en las habitaciones en constante penumbra, los Graham subsisten en un secretismo enfermizo y fantasmagórico, que les aísla incluso de ellos mismos.

Este extraño clan está conjuntado por Steve (el sensato y tranquilo patriarca), Annie (la desquiciada madre), Peter (el caótico y mimético hijo adolescente) y Charlie (una niña de 13 años, con serios problemas de comunicación con los demás). A ellos hay que sumar la presencia constante de la abuela fallecida: una mujer de comportamiento oscuro y siniestro, que provoca el inicio de la travesía al Infierno de la condenación eterna (entendido en sentido literal).

Aster saca un partido asombroso a las limitaciones espaciales que necesita la historia, y con ello enfatiza el poder activo de un guion que nunca pierde fuelle en su anhelo por alcanzar el ansiado clímax, dentro del circuito del terror envolvente que desencadena.

En esta labor por situar la esfera de la película en un continuo entorno lóbrego y malsano, el cuadro interpretativo ayuda sobremanera. El trabajo grupal de Toni Collette (El sexto sentido), Gabriel Byrne (El fin de los días), Alex Wolff (Jumanji: Bienvenido a la jungla) y de la pequeña Milly Shapiro (quien debuta en el cine, con su caracterización de la singular Charlie) es el que hace posible que Hereditary transmita la adecuada angustia existencial encarnada por los Graham.