Gilliam Anderson ya no quiere creer
La agente Danna Scully, de Expediente X, tendrá que lidiar ahora con las ocurrencias de un compañero algo más pesado que el agente Fox Mulder: Johnny English.
El espía que caracterizó el cómico Rowan Atkinson hace ahora siete años regresa a la pantalla grande; aunque en esta ocasión cambia el director original Peter Howitt por el marcadamente literario Oliver Parker (Dorian Gray). El humorista que se dio a conocer internacionalmente con los personajes de Mr. Bean y de Black Adder está en estos momentos haciendo realidad su sueño de despejar dudas sobre la secuela de Johnny English, un asunto que le ha dado más de un quebradero de cabeza a este amante de los coches potentes y la vida lujosa. De hecho, la estrella televisiva vio peligrar su carrera -según las malas lenguas, tuvo que pasar por las manos de algún que otro especialista de la mente- tras las negativas para dar marcha a este proyecto, destinado a devolverle a la popularidad perdida en este tiempo de ausencia de interpretaciones realmente significativas.
Un reparto de caras conocidas (además de Anderson y Atkinson, se podrá ver a Dominic West y a Rosamunde Pike, entre otros actores) y una trama que gravita sobre los intentos de asesinar a un mandatario de origen chino son los datos más sobresalientes de un filme que llegará a las salas del planeta –si la adversidad no lo impide- en 2012.