Galveston es una figurada extensión que alberga un espacio hipnótico y opresivo con perfil de renglones torcidos, descrito a través de grisáceos contornos por el norteamericano Nic Pizzolatto.
Las zonas sombrías, y las reflexiones al borde de la cremación existencial, forman el alimento discursivo de este sincero relato: compuesto por personajes en continua descomposición emocional, que se suben al vehículo de la supervivencia con pocas esperanzas de ir demasiado lejos en su travesía.
Semejante material de embalaje humano alentó al creador de True Detective a diseñar una novela de tintas sudorosas, que la directora y actriz francesa Mélanie Laurent (conocida internacionalmente por haber puesto físico a la inolvidable Shosanna, de Malditos bastardos) ha convertido en un filme de confesiones a media asta; en el que transpira una atmósfera de clasicismo noir y de cine indie de los setenta.
El bostoniano Ben Foster (Comanchería) es el encargado de meterse en la complicada psique de Roy Cady: un tipo malcarado y violento, al que le realidad le pone en el brete de cambiar, cuando le es diagnosticado un cáncer de pulmón con tan solo cuarenta inviernos.
La capacidad del intérprete de Alpha Dog para dibujar el comportamiento extremo de hombres al borde la locura se hace especialmente patente en esta intensa y adictiva movie, donde los infiernos individuales asaltan cada fotograma con agresividad y contundencia.
GALVESTON EXTIENDE SU INFLUJO
El argumento de la obra de Pizzolatto guarda similitudes estéticas más que evidentes con el cosmos decadente y malsano de True Detective, aunque igualmente se pueden hallar puntos en común con una obra maestra del séptimo arte, del calibre de Taxi Driver.
El Roy Cady que protagoniza la acción en Galveston parece como hechizado por la faz amenazante del icónico Travis “Robert de Niro” Bickle. Mientras que la joven prostituta, objeto de las ansias redentoras de Cady en el filme de Laurent, se parece en esencia a la singular Iris: la meretriz adolescente que inmortalizó Jodie Foster, también en Taxi Driver.
Estos puntos de conexión hacia el título rodado por Martin Scorsese en 1976 son solo guiños de flirteo en clave de homenaje, de un autor (Pizzolatto) que no duda en firmar el guion bajo el pseudónimo de Jim Hammett (un posible acercamiento al novelista Dashiel Hammett, del que el sureño se declara admirador).
Una extraña belleza se cuela entre los diálogos cortantes del libreto original de Galveston, para retratar con fidelidad mortuoria el desplazamiento opresivo del protagonista: un ser condenado por sus excesos, el cual tiene la oportunidad de hacer algo bueno, cuando recoge a una prostituta callejera llamada Raquel “Rocky” Arceneaux (rol que interpreta la esbelta Elle Fanning).
La relación de amistad mantenida entre Roy y Rocky marca la evolución dramática del argumento, en el que percibe la tragedia desde el inicio del mismo. Una progresiva aproximación a la destrucción colectiva, en la que también participan la madrileña María Valverde (La flaqueza del bolchevique) y el veterano Beau Bridges (Las cuatro plumas), entre otros.
Nota.- Galveston llegará a las salas españolas el próximo 7 de diciembre de 2018.
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Tráiler oficial de Galveston, subido por RLJE Films